sábado, 11 de enero de 2025

PROXIMAMENTE EN MADRID

 


Torres-García, un moderno clásico y eterno

La Sala Parés reivindica al pintor uruguayo de raíces españolas con una muestra de 120 obras, 'Entre el Novecentismo y las vanguardias', que después viajará a Madrid


'Dos figuras' (c. 1927) de Joaquín Torres-García.SALA PARÉS

Clásico y eterno como la escultura griega, moderno con cierto toque cubista, sintético como un grafiti de Basquiat (salvo que aún faltaban más de dos décadas para que éste naciera). Ya desde los ventanales de la calle Petritxol parece que la Sala Parés tenga dos exposiciones dedicadas a dos artistas distintos, pero esa lánguida mujer recostada, tan simbolista y elegante, y esa Figura mágica, una suerte de tótem entre primitivo y vanguardista son obra del mismo pintor: el uruguayo de raíces españolas Joaquín Torres-García (1874-1949).

A través de 120 obras y hasta el 1 de febrero, la Sala Parés redescubre la figura insuficientemente reivindicada de Torres-García y su decisiva etapa en Cataluña -adonde llegó con apenas 17 años- para la formación de un estilo único, que bebe de la tradición grecolatina, de la creación de los pueblos indígenas latinoamericanos y de las vanguardias internacionales.

En esta misma sala (la galería de arte más antigua de España, donde es un placer andar sobre el suelo de madera que cruje), un joven Torres-García expuso por primera vez a los 23 años en una colectiva del Cercle Artístic de Sant Lluc. Tiene algo de oracular ver su obra aquí, de nuevo, en una planta baja en la que se despliegan los lienzos más clásicos y simbolistas, con una atmósfera de jardín de Epicuro y mujeres con la fuerza de cariátides, mientras en la de arriba explota la vanguardia de paisajes bohemios, desde la Rambla y el puerto de Barcelona hasta el París de las luces pasando por la vertiginosa Nueva York que conoció en los años 20. Luego están las líneas, los trazos de potencia telúrica que conforman su arte constructivo universal, tal y como él mismo lo definió.

En sus Notas sobre arte, reproducidas en las paredes de la galería, Torres-García sintetiza su sentir artístico: "En toda obra de arte superior, la idea de cada objeto, más que su realidad o particularismo, es lo esencial [...] Un verdadero artista no ve el objeto en su significado ordinario, porque para él es pura forma, es decir, objeto de contemplación y no de utilidad [...] Él ve en el color y en la forma, la expresión de esa idea".

Como si fuese un bonus track, en la salita pequeña de la Parés, cuya entrada está custodiada por un piano, se pueden ver los juguetes de madera de Torres-García: casi esculturas lúdicas o la materialización de la geometría y el color. Torres-García diseñaba esos juguetes como elementos desmontables formados por piezas de colores para que los niños las desmontaran y recombinaran, potenciando no solo sus habilidades sino su sensibilidad artística. «Voy a meter toda mi pintura en los juguetes», escribió Torres-García.

Con el significativo título 'Entre el Novecentismo y las vanguardias (1891-1934)' y en colaboración con el Museo Torres-García de Montevideo, después de su estreno en Barcelona la exposición se podrá ver en la galería Leandro Navarro de Madrid. Una delicatessen para este 2025.


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