domingo, 28 de marzo de 2021

FUNDACIÓN MUSEO EUGENIO GRANELL (SANTIAGO DE COMPOSTELA )

 

«Parellas» reúne la obra más reciente del pintor Xulio Maside


                                              Detalle de la obra "Luci e mais eu" (2014), de Xulio Maside

Formado baixo o concepto renovador e modernista que tiña da arte o seu tío Carlos Maside, Xulio herdou ese afán transgresor que se plasma desde hoxe na Fundación Granell coa exposición As parellas. Unha temática que é vella coñecida para Xulio, quen nos anos 60 xa reflectiu nunha acuarela á figura dos miróns nunha experimentación sobre o concepto de erotismo e exhibicionismo. “Esta mostra é un cúmulo de pinturas que fixen nos últimos tempos, unha obra sobre o meu tema que é o ser humano, particularmente a muller”, explica Xulio, emocionado ao ver a exposición xa instalada.

Pese a que esta mostra recolle as súas obras desde 2014 ata a actualidade, a historia pictórica de Xulio Maside remóntase á infancia. De neno, comezou a pintar inspirado pola obra do seu tío, quen non quería que o sobriño fose pintor xa que cargaba nas costas as penurias económicas vividas. “Estudando Medicina, antes ou despois, un chega a médico. Exercín feliz 44 anos como anestesista na pública, pero son pintor desde neno”, contaba o pintor nunha entrevista concedida cando se inaugurou a retrospectiva adicada a el no Auditorio de Galicia en 2014, comisariada por Mercedes Rozas.

Vigués de nacemento, é picheleiro de corazón. Tras vivir en grandes capitais como Madrid, da que garda un gran recordo, regresou á súa Compostela, que considera unha cidade feita á súa medida, “unha marabilla de cidade”. De feito, sempre quixo que Compostela fose referente da arte en Galicia, e foi aquí onde creou o grupo O Galo para dar espazo a pequenos creadores galegos que non tiñan inda un lugar destacado.

EXPOSICIÓN



Afeccionado á pintura de Goya, do Greco, Velázquez ou Picasso, expertos que coñecen ben a súa arte consideran que a súa obra reflexa a inspiracións dalgúns deles, co carácter internacional que iso implica. En As parellas, todos os que se acheguen á Fundación Granell descubrirán preto de setenta pezas encabezadas por unha de gran formato chamada Luci e máis eu.

“Esta quere ser representativa da mostra xa que concilia obras anteriores coas posteriores que parten dela, con distinto formato e entidade. Compoñen un conxunto de pinturas emparentadas en ritmo e poesía, erotismo e humor. Acrílicos, collages, acuarelas, carbonciños, debuxos a man alzada, óleos de mediano e gran formato, dan conta do mundo de Xulio Maside, dos sentimentos máis líricos e musicais en tempos de confinamento e pandemia. A historia do ser humano e a súa grandeza”, describe a comisaria da mostra, María Esther Rodríguez Losada, a muller de Xulio.

“Pintou moito nos últimos anos e máis agora na pandemia. Reflexa os seus sentimentos de amor á plástica, á poesía, á música... Para el é unha sorpresa porque llo dixen cando estaba practicamente listo. Está moi emocionado e na Fundación fixeron unha montaxe moi boa”, conclúe Esther.




HASTA EL 23 DE MAYO

(O CORREO GALEGO )


JEAN-MICHEL BASQUIAT

 


Subastan en Hong Kong "Guerrero" de Basquiat por 41,6 millones de dólares






La casa de subastas Christie's vendió este martes en Hong Kong la obra "Warrior (Guerrero)" del neoyorquino Jean-Michel Basquiat por 323,6 millones de dólares hongkoneses (41,6 millones de dólares, 35 millones de euros), convirtiéndose en la pieza occidental más cara subastada en Asia.

La obra, catalogada por Christie's como "el pináculo de la producción creativa de Basquiat", fue adquirido durante una subasta transmitida en vivo celebrada en la excolonia británica.

Pintado en 1982, en pleno apogeo del artista, el "Guerrero" de Jean-Michel Basquiat (1960-1988) es "un poderoso retrato que demuestra ampliamente por qué está considerado uno de los pintores más importantes del último medio siglo", según la firma.

"Warrior" ha formado parte de numerosas exposiciones a lo largo de todo el mundo desde su debut en 1983.

La obra salió a subasta con la idea de atraer a coleccionistas de diferentes países y husos horarios para aprovechar el atractivo internacional de Basquiat, indicó Christie's en un comunicado.

El "Guerrero" de Basquiat forma parte de una serie de obras creadas sobre paneles fechadas en 1981-82, que incluye también a "La Hara" o "Irony of Negro Policeman", y destaca por su característica energía cruda y exuberante, que impregna cada centímetro de la composición.

Hijo de padre haitiano y madre puertorriqueña, Basquiat es un "retrato fiel" del Nueva York de la década de 1980 y, más de treinta años después de su muerte, sus obras son hoy día el capricho de coleccionistas en todo el mundo.

Autodidacta y excepcionalmente inteligente, el joven rebelde murió antes de llegar a los 30 por una sobredosis, pero su breve carrera, marcada por la experimentación en el arte, en el sexo y en las drogas, hizo que sus obras se hayan colocado entre las más codiciadas entre los artistas norteamericanos.



Jean-Michel Basquiat

EL ARTE COMO LABERINTO

 

La pintura de Guillermo Pérez Villalta, una invitación a la vida




Artistas en una terraza o Conversaciones sobre un nuevo arte Mediterráneo, 1976. Guillermo Pérez Villalta


El arte como laberinto, la espectacular y muy concurrida exposición de Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1943), en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid, permanecerá abierta hasta el 25 de abril. La reunión de cerca de cien obras del artista da noticia de su evolución, pero con el primordial matiz -no siempre rastreable en otros casos- de la fidelidad a algunos ingredientes que ya estaban presentes en su punto de partida, hace ya más de cuarenta y cinco años. Oscar Molina Alonso, comisario de la muestra, ha dicho que, pese a su carácter retrospectivo o antológico, el discurso expositivo rehúye tanto el ordenamiento cronológico como el temático. Y así es.

En el interior del laberinto

El laberinto mencionado en el título de la exposición -que también alberga muebles, joyas, fotografías y otras piezas demostrativas de la versatilidad creativa del artista- es crucial en, al menos, un triple sentido, que no es poco. El recorrido se dispone a través de un laberinto de espacios y caminos conformado por mamparas y tabiques blancos, que lleva al visitante a tomar intuitivamente sus propias rutas y a hacerse cargo por su cuenta de los ecos y los efectos estéticos, emocionales y de significado que su aleatorio itinerario le suscitan. A veces, a contemplar en solitario, en acotados rincones, las obras.

Los laberintos, desde el que Dédalo construyó para retener a Minotauro, hijo del rey Minos, en Creta -y desde antes-, traen reminiscencias clásicas y mitológicas siempre activas, junto a caracterizaciones heterodoxas de lo sagrado, en la obra de Pérez Villalta, incluyendo su concreta representación figurativa en sus frecuentes plasmaciones de ciudades y construcciones imaginadas.


                          Escena. Personajes a la salida de un concierto de rock.                             

Y no hay duda de que nuestras vidas y nuestras obras, tanto de un modo real como metafórico, han sido y son mucho más, antes que una línea recta, laberintos a transitar con sus correspondientes zigzagueos, dudas, incertidumbres, desánimos y retrocesos, siempre en busca de seguir adelante hacia una salida y un desenlace satisfactorios.

Dos cuadros fundacionales

El Museo Nacional Reina Sofía, entre las obras de Pérez Villalta que posee, contiene dos que cabe considerar como fundacionales. Son dos acrílicos sobre lienzo de gran formato y largo título: el tríptico Grupo de personas en un atrio o alegoría del arte y la vida o del presente y el futuro (1975-1976) y Escena. Personajes a la salida de un concierto de rock (1979). Son de obligada cita en cualquier recuento crítico e informativo de la obra de Pérez Villalta. El artista gaditano -o artífice, como se autodefine-, en aquellas lejanas fechas, ya incluía en sus cuadros (sumo los dos) elementos que podemos ver con profusión en Alcalá 31: escaleras, columnas y pilares, edificios vaciados o/y abiertos, vidrieras y cristaleras, cúpulas y templetes, variopintos pavimentos geométricos, vegetación sureña, fragmentos de cielo…

Ya estaban en ellos los toques y aromas deudores de la antigüedad clásica, los renacentistas y las vanguardias. En Escena…, frente al estatismo frontal de Grupo…, ya se atisba en el fondo el luego persistente aroma de la pintura metafísica y, sobre todo, son notorios el movimiento y la distorsión de las figuras humanas, que así se distancian de un mero figurativismo realista. Con todo ello, ya opera la pulsión de Pérez Villalta a contar una historia, o a sugerirla, o a fijar un fragmento o una viñeta de una historia más amplia y en curso.


                             Exposición 'Guillermo Pérez Villalta. El arte como laberinto'.                             

El cariz fundacional e histórico de esos dos cuadros tiene otra deriva más allá de la propia pintura de Pérez Villalta y, por eso también, se recurre tanto a ellos. El exestudiante de Arquitectura -¡obvio!- circulaba por los terrenos de la llamada Nueva Figuración Madrileña y en vías del manierismo y la calificación posmoderna.

Entonces, en Grupo…retrató a un nutrido grupo de colegas y amigos pintores y, entre ellos, se autorretrató, como haría muchas veces después. Y, en Escena…, congregó a rostros en trance de ser los protagonistas de la escena musical de la siguiente década. Se haría eterno dar los nombres aquí, búsquenlos por ahí. Por lo uno y por lo otro, estos cuadros trascienden al propio Villalta y han pasado a documentar un momento único: La Movida.

Recuerdo de La Movida

Es evidente que Pérez Villalta no sólo exhibió personalidad propia en aquellos años de las galerías Buades y Vijande, sino que, felizmente para él, sobrevivió en todos los sentidos a la ebullición, combustión y quema de La Movida. Esta exposición es una muestra de que La Movida -siquiera como plural punto de encuentro- no fue un fenómeno tan efímero y banal como algunos pretenden (ni tan acreedor en su conjunto a la posteridad, desde luego, como pretenden otros). Pero el caso es que pintores, fotógrafos y músicos de aquellos años -muchísimo más que escritores y cineastas- han creado y siguen creando una obra que pervive.

Hablar hoy de La Movida a propósito de una personalidad tan distinguible y tenaz como Pérez Villalta puede ser opinable, pero creo que no se puede soslayar. Estando a lo suyo (como todos), estuvo con los otros, fuera en el estudio del fotógrafo Pablo Pérez Mínguez o en el piso de Las Costus, nucleares centros centrípetos y centrífugos de (parte del) movimiento. En el primer número de La Luna de Madrid (noviembre de 1983) -chimenea y fuelle de La Movida- se destacaba en la portada una entrevista con Pérez Villalta que iba en el interior.

En el Reina Sofía, por cierto, está también uno de los acrílicos sobre papel que Pérez Villalta pintó para los créditos de Folle, folle, fólleme Tin (1978), en realidad el primer largometraje (en 16 mm) de Pedro Almodóvar. Hay pinturas suyas también en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Laberinto de pasiones (1982), La piel que habito (2011) y hasta en Dolor y gloria (2020), que yo recuerde. El Almodóvar coleccionista es propietario de varios cuadros de Pérez Villalta, que donó en 2013 su legado al sevillano Centro de Arte Contemporáneo (CAAC). Y no para que esté en un almacén, ha dicho.


Créditos de 'Folle, folle, folleme Tin'. Guillermo Pérez Villalta Museo Reina Sofía

Son botones, síntomas, indicios de los laberintos de La Movida, la creación y la amistad. La historia, más o menos completa, de aquel tiempo está contada en muchos libros, quizás el mejor sea Sólo se vive una vez. Esplendor y ruina de la movida madrileña (Árdora, 1991), de José Luis Gallero. Contiene una entrevista con Pérez Villalta bastante extensa y muy interesante de leer hoy con ocasión de su exposición: dice el pintor que los 80 fueron una de las épocas más aburridas, tontas, nefastas, absurdas y horrendas que hemos vivido. Literal. No obstante, en la Biblioteca Nacional se celebró en 1983 la gran exposición de su consagración y en 1985 Villalta recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. Cosas distintas.

Y el artista, hace muchos, muchos años, se fue a vivir casi de continuo a Tarifa, su ciudad natal, allí donde se unen el Atlántico y el Mediterráneo, a su raíz andaluza, que bebe en manantiales romanos (clásicos) y árabes (más barrocos). Y eso se percibe muy bien en la Sala Alcala 31: mares y cielos azules, blancura de las casas, resonancias religiosas junto a paganismo, sensualidad de los cuerpos desnudos…

Y luz, mucha luz

En la exposición hay un cuadro que resume mucho de la trayectoria personal y artística de Pérez Villalta, mucho de lo dicho aquí. Y de lo no dicho: la importancia del dibujo. Es un cuadro muy agradecido para los ojos, como tantos otros, y el ánimo del espectador: Artistas en una terraza o conversaciones sobre un nuevo arte mediterráneo (1976). Villalta, de espaldas, comparte charla con dos amigos pintores de su generación, su paisano Chema Cobo y el manchego Herminio Molero (también músico, fundador de Radio Futura), en la terraza de un edificio, como los demás, blanquísimo. Detrás de unos bodegones de apetecibles frutas (otra especialidad), ante un mar azulísimo en calma, la inundante luz potencia el más transparente y respirable de los aires.

Es bien cierto que la pintura de Guillermo Pérez Villalta a veces se oscurece o no es ajena a tensiones dramáticas. Pero el visitante de El arte como laberinto, creo yo, se llevará de la sala, sobre todo, una luminosa y sensual invitación a la vida.




martes, 23 de marzo de 2021

EXPOSICIÓN EN PAMPLONA

 

El prolífico chupinazo de color de Luis Gordillo

Transmigración de las almas, tríptico de Luis Gordillo pintado en 2020 



El Museo de Arte de la Universidad de Navarra presenta una de las mejores exposiciones del 2021: un festival pictórico, humorístico y exigente del artista sevillano, leyenda viva de la pintura española


La muestra, comisariada por Sema D'Acosta, atraviesa todas las épocas de Gordillo a modo de anti-retrospectiva, incluidas las obras de la pandemia:  "He sido más prolífico todavía", explica el artista  


Sesión de hipnosis, maratón de verdes turquesa y azules adormilados, viaje alucinante sin alucinógenos. Cuadros que se escapan de su cuerpo y alma para brincar libres. Una aventura laberíntica. Unos Sanfermines pictóricos y fotográficos. Un chupinazo de color. Pamploneses, pamplonesas, viva San Luis, Gora San Luis. Sssshhh. Pum. Anti-retrospectiva juguetona, profunda y exigente de Luis Gordillo (Sevilla, 1934), leyenda viva de la pintura española, que se enseñorea en el Museo de Arte de la Universidad de Navarra (MUN).

Un sólido castillo de naipes


El título de la muestra, 'Memorándum', hace recordar que Gordillo ha llegado a la cima sin estar nunca de moda


En 'Cirugía esquima' gordillo enmarca su obra, el rectángulo central, con otra: una lona especial que crea una atmósfera añadida 


La juerga pictórica se llama Memorándum, título apropiado porque hay que hacer memoria y recordar que Gordillo ha llegado al reconocimiento total sin estar nunca de moda y sin dejar nunca de trabajar. En las paredes ha creado un sólido castillo de naipes formado por trabajos de todas sus épocas y los que han surgido durante el confinamiento en los que la explosividad, la guasa y la reflexión bailan al compás. Arte para escapar se ha fugado a Pamplona para verla.

Colouring book 03, obra de Luis Gordillo 2016 que evoca el mundo de la pintura y el dibujo y la infancia 



La muestra no es una cesión en vida, ni un testamento escrito hasta el último detalle: es el río de un artista que parece incombustible y que va a lo suyo, sin mirar al retrovisor, con descaro… descosiendo, si hace falta, las pocas leyes que rigen su día a día, marcado por el arrojo y la duda.


'Paolo Ucello four', homenaje de Luis Gordillo al pintor florentino del cinquecento pintado en 2020 



A simple vista, ese universo parece un parque de atracciones, un pasaje a la diversión. Luego, si se pone la lupa, sus trabajos están llenos de restos, pruebas, esfuerzos y sudores, de un caos en armonía, de una inseguridad enraizada, de no quedarse en un mismo lugar conceptual. Eso que él llama “gozo doloroso y viceversa”. “Luis se pasa el tiempo complicándose la vida y con esa incomodidad está más vivo que nunca”, resume Sema D’Acosta, comisario de la muestra.


Luis Gordillo se pasa  el tiempo complicándose la vida y con esa incomodidad está más vivo que nunca

Sema d'Acosta
Sema D'AcostaComisario de la muestra

Autobiografía Gordillensis, juego de memorias y retales de Luis Gordillo realizado durante la pandemia 


Algunos de los trabajos que se presentan en Pamplona surgen de esa observación. Biografía Gordillensis, tabla horizontal de cinco metros de largo, es una vida del pintor hecha de retazos como los que se cuelgan en el tablero de corcho. Gordillo aparece tocado con una peluca afro roja, al lado de Rembrandt. “No es que admire a Rembrandt sobre todos las cosas, hay muchos grandes en aquellos siglos, pero fue un hombre que al final lo pasó muy mal, se hizo más valiente, con una obra más difícil y quedó fuera de onda”, explica al teléfono desde su casa en cercana a la sierra madrileña.

Autocaricatura de Gordillo con peluca roja, detalle de 'Biografía gordillensis', obra de 2020



No es que admire a Rembrandt sobre todos las cosas, pero fue un hombre que al final se hizo más valiente y  lo pasó muy mal

Luis Gordillo
Artista plástico

Naufragio 2020, serie de fotografías de los restos del fregadero del estudio de Luis Gordillo 



En otra obra, Naufragio 2020 se presentan una serie de fotografías de los cacharros que el artista va dejando en el fregadero del estudio, lo iba observando cada día y entrevió su poder estético. “Cogí una máquina digital y tracatrá”, resume con su peculiar gracejo. 


(LA VANGUARDIA)

domingo, 21 de marzo de 2021

MACBA

 


Fina Miralles. Soy todas las que he sido


Descripción de la Exposición


Fina Miralles (Sabadell, 1950) es una de las artistas más significativas del Estado español. El trabajo de Fina Miralles rompe con las propuestas academicistas que se enseñaban en las escuelas de arte de la época y con las formas de comportamiento establecidas. Su práctica reconfigura el concepto de lo artístico, dentro de esa multiplicidad de actitudes que desdibujan lo que la historiografía tradicional había englobado bajo el epígrafe de arte conceptual. La historia del arte ha adscrito la producción de Miralles al conceptual, al land art o incluso al feminismo, sin atender a la amplitud y complejidad de sus propuestas, que desbordan los límites de esas etiquetas. Este proyecto es un recorrido amplio por una trayectoria de enorme trascendencia. En el año 1974 Fina Miralles presentó la exposición Imágenes del zoo en la Sala Vinçon de Barcelona, un espacio expositivo dentro de una tienda de objetos de diseño. El gesto de presentar una exposición de arte a modo de visita a un zoo dislocaba no solo el contexto, ya de por sí inusual (aunque cabe recordar que la ausencia de espacios institucionales culturales en ese momento promovió la aparición de exposiciones en espacios alternativos o en contextos fuera del ámbito …LEER MÁS









MUSEO GUGGENHEIM (BILBAO)

 


El artista danés-islandés Olafur Eliasson (n. 1967) sitúa la experiencia del espectador en el núcleo de su arte. Olafur Eliasson: en la vida real lleva nuestra atención hacia algunas de las cuestiones más candentes de la actualidad a través de una treintena de piezas realizadas entre 1990 y el momento presente: esculturas, fotografías, pinturas e instalaciones que juegan con reflejos y colores, y desafían la manera en que percibimos nuestro entorno y nos movemos en él. Empleando materiales como musgo, agua, hielo procedente de glaciares, niebla, luz o metales reflejantes, Eliasson anima a los visitantes a reflexionar en torno a la comprensión y percepción del mundo físico en el que están inmersos.

El arte de Eliasson procede de su interés por la percepción, el movimiento, la experiencia física y las sensaciones. Entre las claves de su práctica se incluyen su preocupación por la naturaleza, inspirada por el tiempo que pasó en Islandia; su investigación sobre la geometría; y sus indagaciones en curso sobre cómo percibimos, sentimos y damos forma al mundo que nos rodea. Su estudio de Berlín, Studio Olafur Eliasson, es un espacio de trabajo, pero también de encuentro  y diálogo, que reúne a un equipo variado de experimentados artesanos, arquitectos, archiveros, investigadores, administradores, cocineros, programadores, historiadores del arte y técnicos especializados.

La práctica de Eliasson se extiende más allá de la obra de arte, la exposición y la intervención pública para incluir proyectos arquitectónicos. Convencido de que el arte puede tener un poderoso impacto sobre el mundo trascendiendo las fronteras del museo, Eliasson ha creado lámparas solares para comunidades sin electricidad, ha concebido talleres artísticos para refugiados y solicitantes de asilo, ha ideado instalaciones artísticas cuyo fin es incrementar la concienciación sobre la emergencia climática y en octubre de 2019 fue nombrado Embajador de Buena Voluntad del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Según Olafur Eliasson, “el arte no es el objeto, sino lo que el objeto hace al mundo”.

Exposición organizada por Tate Modern en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao.

Comisarios: Mark Godfrey y Lucía Agirre















RAMÓN MASATS

 


El instante Masats

 Hace 14 años, abríamos las puertas de la galería ( Blanca Berlín ) con una exposición, “Ramón Masats. Color”, protagonizada por uno de nuestros autores más queridos. Su elección no fue casual, sino toda una declaración de intenciones sobre el rumbo que aspiraba a transitar la galería, el de la mejor fotografía contemporánea nacional e internacional.

Durante el confinamiento de marzo, que nos obligó a mantener la galería cerrada al público, decidimos seguir virtualmente en contacto con nuestros amigos y seguidores y, entre otras exposiciones online, dedicamos la muestra “El instante Masats” a este gran maestro que, a sus 89 años, acaba de recibir un nuevo y merecido galardón: el Premio Internacional de Alcobendas 2020. Con esta exposición participamos en la edición virtual de PhotoEspaña.

Ahora, con la sala de nuevo abierta y activa, entre grandes medidas de seguridad sanitaria como exige el momento, hemos querido transformar en presencial aquella exhibición que todavía se puede ver en nuestra página web. A las fotos de entonces, hemos añadido nuevas imágenes, algunas todavía inéditas, otras vintage e, incluso, rarezas en color pocas veces mostradas.


La contundente mirada de Ramón Masats nos convierte en testigos de una realidad ya pasada, fotografiada con el lenguaje libre, intuitivo y carente de artificios con el que este gran maestro nos ha deleitado en las distintas épocas que han definido su trayectoria artística. Masats vuelve a sorprendernos con una nueva colección de instantes decisivos en los que nos muestra, una vez más, el talento y la inteligencia que siempre han caracterizado su labor fotográfica, transgresores encuadres que nos sitúan frente a una voluntad discursiva certera y provista de un enorme sentido del humor frente al complejo movimiento de la vida. 







MÁS


viernes, 12 de marzo de 2021

ARTOTEKA

 


Prestar arte como si fueran libros

Se llama 'Artoteka' y es la primera plataforma de difusión de arte contemporáneo que nace en España. Su sede, en Bilbao, funciona cediendo obras originales con el mismo método de una biblioteca convencional


Juana García-Pozuelo es una de las diez artistas locales que expone en esta primera colección de la Artoteka (c) Artoteka



¿Arto-qué? La artoteca es un galicismo muy reciente. Acuñó la palabra el escritor francés André Malraux allá por la década de los sesenta del siglo XX cuando inauguró la que sería la primera artoteca del mundo, abierta en Le Havre (Francia) en 1961. Prosperaron las artotecas al correr de los años por todo el territorio francés sobre todo a partir de la década de los ochenta y gracias a la iniciativa del Ministerio de Cultura. Hoy en día son casi una treintena repartidas por todo el hexágono, y la iniciativa ha sido exportada más allá de las fronteras, a Alemania, Finlandia, México y ahora llega a España.

La artoteca, por decirlo en pocas palabras, es a la obra de arte contemporáneo lo que la biblioteca es al libro. Malraux quería con su iniciativa acercar la expresión artística al gran público y sobre todo a las “provincias”, pues así se conoce a la Francia que no es París. Hablamos de todo ello hace años en el post No al Museo, sí a la Artoteca, donde desgrané mis argumentos en contra de los museos, que se me antojan las más de las veces cementerios de arte, y a favor de ellas.

La Artoteka (así, con “k”) que acaba de nacer en Bilbao es un proyecto impulsado por las organizaciones Sarean, Wikitoki y Karraskan dentro del marco europeo Reshape y cuenta con la subvención del Departamento de Cultura de Gobierno Vasco, del Ayuntamiento de Bilbao y con el apoyo de Azkuna Zentroa - Alhóndiga Bilbao. La puesta en marcha de la iniciativa ha sido coordinada por Laura Díez, Iranzu Guijarro y Marina Urrutikoetxea. Según se lee en la página web de Artoteka, quieren acercar “el arte contemporáneo a la vida cotidiana para disfrutar, experimentar y aprender con las obras” y de momento circunscriben su acción al territorio de Bizkaia.


La Artoteka quiere acercar el arte contemporáneo a la vida cotidiana para disfrutar y aprender con las obras


La flamante Artoteka expone desde el pasado 23 de enero y hasta el próximo 11 de abril en la Mediateka BBK de Azkuna Zentroa – Alhóndiga Bilbao una exposición de obras de 10 artistas locales residentes en Bilbao. A diferencia de las exposiciones convencionales, aquí el visitante puede irse, como quien dice, “con la obra puesta”. El préstamo es como mínimo de tres meses; el transporte y montaje de las obras se realiza bajo la supervisión del equipo de Artoteka.

La obra expuesta quiere mostrar la diversidad y la riqueza de la creación contemporánea local. Se trata de una colección híbrida, puesto que incluye dibujo, fotografía, pintura, escultura, vídeo, etc. Los y las artistas que participan en esta primera colección de Artoteka son Belén Cerezo, Helena Goñi, Juana García-Pozuelo, Mawatres, Raisa Álava, Raquel Asensi, Raquel Meyers, Saioa Olmo, Tunipanea y Victoria Ascaso.


Esta primera colección de Artoteka expone obras, entre otros artistas locales, de Raisa Álava hasta el 11 de abril (c) Artoteka

Según me cuenta Marina Urrutikoetxea, una de las coordinadoras, la presentación de la iniciativa recibió una muy buena acogida por parte del público. A los pocos días ya tenían una primera usuaria e instalaron la obra seleccionada en su hogar. Y para esta misma semana tenían ya agendadas otras entregas e instalaciones de creaciones artísticas en casa de los usuarios.

La iniciativa busca difundir el patrimonio artístico contemporáneo, pero no solo eso. También quiere generar a la vez encuentros entre los artistas y la ciudadanía. Y por eso están ya organizando talleres de varios artistas en organizaciones locales: en una asociación que trabaja con personas que se encuentran en la calle, en un instituto y en una escuela para personas con discapacidad intelectual.


(EL PAÍS)

jueves, 11 de marzo de 2021

ALGO SOBRE "EL GRITO" DE MUNCH

 

Resuelto el misterio de la inscripción en ‘El Grito’ de Munch’: fue el artista quien escribió «pintado por un loco»




El propio Edvard Munch fue el autor de la misteriosa frase oculta en el fondo de la primera versión de su famosa pintura ‘El grito’, de 1893: «¡Sólo podría haber sido pintado por un loco!». Las primeras imágenes de Munch crearon indignación y debate en su época, hace unos 120 años. La primera vez que se menciona la inscripción fue en relación con una exposición en Copenhague en 1904, once años después de que Munch pintara ‘El grito’.

En ese momento, un crítico de arte danés pensó que lo había escrito un miembro del público. Es fácil imaginar a un espectador indignado, frente a El grito, tomando un lápiz y expresando su opinión tanto sobre la obra de arte como sobre su creador. Pero ese no fue el caso.

Una nueva investigación en el Museo Nacional de Noruega revela que la escritura pertenecía al propio Edvard Munch.

Mai Britt Guleng, curador del Museo, ha trabajado extensamente en las obras de Edvard Munch. ‘El Grito’ es una de varias obras que se han conservado y examinado desde que cerró la antigua Galería Nacional noruega. Entre otras cosas, la pintura se fotografió con una cámara de infrarrojos, lo que hizo que la escritura se destacara claramente del fondo pintado y, por lo tanto, agregara un nuevo giro a la historia.

No hay duda de que la inscripción es de Munch. La escritura en sí y los eventos que ocurrieron cuando Munch exhibió la pintura por primera vez en Noruega apoyan esta conclusión, dice Guleng en un comunicado.

«Tienes que acercarte bastante para ver la inscripción. Rara vez encontramos tales inscripciones en pinturas, particularmente no en una de las más famosas del mundo. Dado que se trata de una obra tan importante en la historia del arte internacional, la inscripción ha recibido una notable pequeña atención».

La versión del Museo Nacional de Noruega de El Grito es la primera. En la parte posterior del cuadro hay una versión parcial con una composición ligeramente diferente. Munch la desechó, dio la vuelta al lienzo y pintó El grito como lo conocemos hoy. La fotografía infrarroja de la pintura no reveló bocetos o sobrepinturas desconocidos, pero la inscripción apenas visible se hizo mucho más clara.

«La escritura siempre ha sido visible a simple vista, pero ha sido muy difícil de interpretar. A través de un microscopio, se puede ver que las líneas de lápiz están físicamente encima de la pintura y se han aplicado después de que se terminó la pintura», dice Thierry Ford, conservador de pinturas en el Museo Nacional.

«Elegimos fotografiarlo con una cámara de infrarrojos para obtener una imagen más clara de la inscripción. En una foto de infrarrojos, el carbón del lápiz se destaca con mayor claridad y facilita el análisis de la escritura a mano. Y no tienes que impactar la pintura en sí», explicó.


(OK DIARIO)

sábado, 6 de marzo de 2021

POLÉMICA ARTÍSTICA

 

María Blanchard, la pintora que ha desatado la guerra entre el Museo del Prado y el Reina Sofía 


El Prado ha comprado uno de sus cuadros pese a que el grueso de su obra se encuentra en el Reina Sofía.


María Blanchard, una de las figuras fundamentales del cubismo, aunque gran olvidada por la crítica internacional, vuelve ahora a la palestra tras la compra de La Boulonnaise por el Museo del Prado, pese a que el grueso de su obra se encuentra en el Reina Sofía.

El Real Decreto de 1995 marca el límite de las obras del Reina Sofía y el Prado en la fecha del nacimiento de Pablo Picasso, octubre de 1881. Blanchard está en el límite, nació unos meses antes que el autor del Guernica, en marzo.


Fuentes del Museo del Prado y del Ministerio de Cultura aseguran que la compra se ha hecho conforme marca la ley, que pone la línea divisoria en esa fecha y, además, establece una serie de excepciones.



Aunque cumple con la normativa vigente, lo cierto es que el grueso de las obras que existen en España de María Blanchard (Santander, 1881 - París, 1932), y el resto del arte cubista, se encuentra en el Museo Reina Sofía, institución que en 2012 le dedicó una retrospectiva y atesora quince de sus cuadros.

El catedrático de historia del arte de la Universidad de Málaga, Eugenio Carmona Mato, gran conocedor de la obra de la pintora cántabra, advierte de la dificultad de "delimitar la historia con una frontera", es como "poner puertas al campo".

Aun así, cree que la obra de Blanchard tiene más sentido en un museo donde las vanguardias son el punto de partida de su discurso y no el final, como es el caso del Reina Sofía.

El Prado se ha hecho con La Boulonnaise de Blanchard gracias al dinero que una desconocida Carmen Sánchez, maestra y directora de un instituto de Madrid, le dejó como herencia, 800.000 euros para adquirir y restaurar cuadros. El museo presentará este año todas las obras compradas con este dinero.

La adquisición, adelantada por el ABC, ha reavivado el debate sobre qué autores corresponden a cada uno de esos dos museos nacionales. Hace una década, ambos protagonizaron un pequeño culebrón por la propiedad del Guernica, cuando Miguel Zugaza, entonces director del Prado, quería que colgará del Salón de Reinos.

La obra y figura de Blanchard es una gran desconocida para el gran público, "pero al mismo tiempo no lo es", defiende Carmona, que hace unos años fue comisario de una exposición sobre su figura y la de Juan Gris en el Museo Carmen Thyssen de Málaga. "Cuando uno conoce a Blanchard, se enamora de ella y de su obra", dice el experto.

A nivel internacional su figura no ha tenido la proyección de compañeros de generación, pero muchos testimonios de la época la consideran "la gran teórica" del cubismo. Ella, Juan Gris y el escultor Jacques Lipchitz trabajaban "al unísono", según comentó tras uno de sus viajes a Francia Ramón Gómez de la Serna, que en 1915 les dedicó una exposición en Madrid, Los pintores íntegros.

Blanchard se hizo un hueco en el ambiente de las vanguardias parisinas pese a ser mujer y tener una gran discapacidad. Desarrolló una obra con una personalidad muy definida, un cubismo muy personal. La historia la sepultó en primer lugar, por ser mujer y, en segundo, por la complejidad de su obra, explica Carmona.

Pese a esto el interés por la artista santanderina no ha decaído y, en los últimos años, Sotheby’s ha vendido varias de sus obras, aunque no alcanzan, ni de lejos, los de sus coetáneos. El año pasado Carro de hielo fue vendido por poco más de 100.000 dólares (unos 82.500 euros al cambio actual) y en 2018 El monograma alcanzó los 146.000 euros. Hay que remontarse a 2012 para ver cómo una de sus obras, Apolo tocando el laúd, alcanzaba el medio millón de euros.


( EL ESPAÑOL )

PUEDES CONOCER MÁS A MARÍA BLANCHARD EN LA SIGUIENTE ENTRADA

MARÍA BLANCHARD

 


Pintora doliente y olvidada


Figura clave del cubismo, se codeó con lo más granado de la vanguardia internacional: Picasso, Juan Gris, Diego Rivera, Jacques Lipchitz, André Lothe...



«Cambiaría toda mi obra por un poco de belleza», se lamentaba María Blanchard, cuyo cuerpo deforme (unos cuentan que la cifoescoliosis que fue retorciendo su espalda se debió a una caída de su madre cuando estaba embarazada de ella: según otros, padecía una enfermedad degenerativa) le provocaba un gran sufrimiento. Poco después de la muerte de la artista, en 1932, Federico García Lorca se sumaba a un homenaje en el Ateneo de Madrid con su ‘ Elogio a María Blanchard’, que comenzaba así: «Yo no vengo aquí ni como crítico ni como conocedor de la obra de María Blanchard, sino como amigo de una sombra...» «Su lucha fue dura, áspera, pinchosa, como rama de encina, y sin embargo no fue nunca una resentida, sino todo lo contrario, dulce, piadosa y virgen», continuaba el poeta, que elogiaba sus manos magistrales, su cabellera («la mata de pelo más hermosa que ha habido en España»), sus hermosos ojos... Para Ramón Gómez de la Serna, que la incluyó en la exposición ‘Pintores íntegros’, fue «la más grande y enigmática pintora de España».

María Gutiérrez-Cueto Blanchard nació en Santander en 1881, el mismo año que Picasso; murió 51 años después en París, donde se codeó con lo más granado de la vanguardia internacional: Picasso, Juan Gris, Diego Rivera, Jacques Lipchitz, André Lothe..., quienes la acogieron como una más del grupo: compartía taller, exponía, se divertía, viajaba con ellos. Nada frecuente en un mundo dominado por hombres. Prima de Concha Espina, alumna aventajada de Emilio Sala, Álvarez de Sotomayor, Anglada Camarasa y Van Dongen, contó con la aprobación no sólo de sus colegas, también de críticos y marchantes con pedigrí. Entre estos últimos, Léonce y Paul Rosenberg.

Mujer de gran inteligencia y fuerte personalidad, poseía una humanidad desbordante: ayudaba a mendigos, prostitutas, pobres y tullidos, a quienes daba cobijo en su casa y retrataba con respeto. Pintora de una profunda sensibilidad artística, fue una figura clave del cubismo (aportó rigor formal, austeridad y dominio del color), pero, mientras la fama se la llevaban Picasso, Braque y Juan Gris (santísima trinidad cubista), ella fue relegada al silencio del olvido. «Ha sido la gran olvidada en la Historia del Arte», según Baltasar Magro, que a finales del año pasado publicó una biografía novelada de la artista, ‘María Blanchard. Como una sombra’ (Alianza).

En 1927, la muerte de Juan Gris la sumió en una profunda crisis espiritual; su pintura se torna más poética. Tras su experiencia cubista, regresa a la figuración, con obras maestras como ‘La comulgante’ (Museo Reina Sofía). La pinacoteca, que atesora quince obras de María Blanchard en su colección, le dedicó una gran retrospectiva en 2012. Su comisaria, María José Salazar, autora del catálogo razonado de la artista, hallaba entonces similitudes entre ella y Frida Kahlo, otra pintora doliente. Sufrió un gravísimo accidente que rompió su cuerpo. Hay quien llama a Blanchard ‘la Frida Kahlo española’. 




( ABC )

martes, 2 de marzo de 2021

ZÓBEL EN MADRID

 

La galería Mayoral presenta una muestra sobre Fernando Zóbel y sus coetáneos en Madrid


La primera exposición de la galería Mayoral en Madrid, Zóbel en el contexto del arte español de posguerra, tendrá lugar entre el 11 y el 21 de marzo en la Fundación Pons. La muestra, comisariada por Alfonso de la Torre, es un diálogo entre obras de Fernando Zóbel y otras creaciones abstractas de la posguerra española, entre las que destacan creaciones de Eduardo Chillida, José Guerrero, Luis Feito, Juana Francés, Manolo Millares, Joan Miró, Jorge Oteiza, Pablo Picasso, Gerardo Rueda, Antonio Saura y Antoni Tàpies.

Mayoral es una galería especializada en arte moderno y de postguerra, fundada por Manel Mayoral en Barcelona en 1989. Actualmente está dirigida por sus tres hijos, Cristina, Jordi y Eduardo. “Hacía tiempo que queríamos desarrollar una muestra como esta en Madrid. Será nuestra primera exposición en la ciudad y creemos que es el momento de reforzar nuestra confianza en el mercado del arte de la posguerra española. Y lo hacemos volviendo a los grandes valores de esa época con figuras como Zóbel, quien supo reunir con generosidad a todo un grupo excepcional de artistas. Pensamos que, en estos tiempos, la cultura y el arte son más necesarios que nunca”, afirma Jordi Mayoral.

La exposición reúne más de una docena de obras de Zóbel y sus contemporáneos, como Eduardo Chillida, José Guerrero, Luis Feito, Juana Francés, Manolo Millares, Joan Miró, Jorge Oteiza, Pablo Picasso, Gerardo Rueda, Antonio Saura y Antoni Tàpies, además de fotografías, publicaciones y documentos de la época que rememoran momentos de encuentro entre ellos.

¿Por qué Zóbel hoy? “Zóbel fue uno de los grandes artistas de la posguerra, impulsor, además, del Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca, y su legado sigue siendo vital para entender ese momento. La contribución de Zóbel al arte español ha sido fundamental y, como sucede con todos los grandes artistas, sus creaciones nos siguen conmoviendo e interpelando hoy. Este es el año Zóbel, ya que se va a publicar el Catálogo Razonado del artista”, añade Jordi Mayoral.

Es la primera vez que se hace una exposición en la que Zóbel es el punto de referencia dialogando con los artistas coetáneos. En esta muestra, las obras de Zóbel son la esencia para repasar y repensar la importancia del arte de la posguerra.

En palabras del comisario de la exposición, Alfonso de la Torre: “Prácticamente todos los artistas expuestos hicieron de la errancia internacional uno de sus lemas y, así, evocar a Fernando Zóbel es mencionar su ascendencia académica norteamericana, el extenso bagaje desde Oriente y sus viajes en Europa, que trasvasó con extraordinaria generosidad a su llegada a nuestro país a finales de los cincuenta. Zóbel devino un verdadero centro de energía. En 1955 empezó a coleccionar obras de pintores españoles abstractos. Así, la apertura del Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca (1966), con su colección, un insólito lugar hecho por artistas, con una colonia de creadores, se incardinaba con otras experiencias internacionales como aquellas que surgieron en Norteamérica, pienso en el neoyorquino Greenwich Village o en Yaddo, en Saratoga Springs. ‘A pesar de todo, el mundo marchaba hacia adelante’, había sido el vaticinio de Millares”.

Sobre Fernando Zóbel

Fernando Zóbel (1924, Manila, Filipinas – 1984, Roma, Italia), hijo de una prominente familia filipina de origen español, pasó su infancia entre España y Filipinas y se licenció en la Universidad de Harvard de EE UU en Filosofía y Letras. Influido por la obra de Rothko, y la pintura y la caligrafía china y japonesa, pintó sus primeras obras abstractas a las que denominó Saetas.

Después de las Saetas, Zóbel inició una serie llamada Serie Negra influida por la caligrafía china. La Serie Negra se inició en 1959 en Madrid y continuó a lo largo de cuatro años. Durante una década, Zóbel compaginó su trabajo en la empresa familiar en Manila con su vida como pintor entre Filipinas, EE UU y España. En 1955 había empezado a coleccionar obras de pintores españoles abstractos, a quienes conocía y frecuentaba, como Antonio Saura, Gerardo Rueda, Luis Feito, Guillermo Delgado, Antonio Lorenzo, Manuel Millares y Eusebio Sempere. En 1960 tomó la decisión de mudarse a Madrid y dedicarse por entero a la pintura.

De 1963 a 1975 se extiende la etapa más larga en la pintura de Zóbel. En 1963 volvió al color y entraron lentamente los sienas, los tostados, ocres y grises en obras como Atienza. Armadura III o Pancorbo. La idea de instalar su colección de pintura en algún lugar fuera de su casa de Madrid fue tomando forma. Finalmente, en 1966 fundó el Museo de Arte Abstracto Español en las Casas Colgadas de Cuenca.

A finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, Zóbel estaba trabajando en una serie de pinturas llamadas Diálogos, que eran sus variaciones abstractas de pinturas que admiraba en los museos. También realizó una serie de pinturas inspiradas en el río Júcar de Cuenca.

Zóbel fue un estudioso del arte filipino, además de mentor y coleccionista que ayudó en la carrera de pintores españoles como Antonio Lorenzo, Eusebio Sempere, Martín Chirino, Antonio Saura y muchos otros. En 1983, el rey Juan Carlos le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Murió en Roma el 2 de junio de 1984.

HASTA EL 21 DE MARZO

( OK DIARIO )