viernes, 27 de diciembre de 2019

LA CICATRIZ DE BELÉN




Banksy instala un nacimiento en Belén en el que la estrella es un agujero en el muro de Cisjordania


La estrella sobre el nacimiento es un boquete en el muro provocado por el impacto de un proyectil


'La cicatriz de Belén', de Banksy.
El artista británico Banksy ha instalado un belén en el que la familia de Jesús de Nazaret aparece en una representación tradicional, pero en lugar de en un establo está delante de varias piezas de hormigón como las que se utilizaron para la construcción del muro israelí de Cisjordania. La estrella sobre el nacimiento es un boquete en el muro provocado por el impacto de un proyectil.
 
La obra ha aparecido con el ya tradicional misterio que rodea a Banksy en el Walled-Off Hotel de Belén, en la Cisjordania ocupada por Israel. En este hotel propiedad del propio Banksy que funciona desde hace dos años, todas y cada una de las habitaciones tienen vistas al muro de separación israelí.
 
La nueva obra lleva el título de 'La cicatriz de Belén' y en ella se aprecian pintadas atenuadas sobre el muro con palabras como amor en inglés o paz en francés tras las figuras de San José, la Virgen María, el Niño Jesús y la mula y el buey.
 
Israel comenzó a construir el muro de Cisjordania en 2000, durante la Segunda Intifada, formalmente para impedir la infiltración de suicidas palestinos con bombas. Aproximadamente un 9% de Cisjordania -unas 25.000 personas- queda separada del resto de la zona palestina debido al muro.

PALACIO DE CIBELES (MADRID)



          Tramas. El Palacio visto por David Bestué

 
 
 

Con motivo de los 100 años que se cumplen el 14 de marzo de 2019 de la apertura del Palacio, David Bestué es el encargado de brindar su particular mirada artística sobre los archivos y la historia del edificio.


Con una periodicidad anual, el autor catalán expone una propuesta que cuenta con tres intervenciones complementarias. La primera pone el foco de atención en la iconografía del Palacio y a las reacciones que esta levantó en su momento a través de textos, dibujos, imágenes y referencias históricas que se combinan con fotografías tomadas por Bestué durante el período de investigación.
 
Asimismo, también se incorporan una serie de tramas o patrones decorativos que funcionan como una actualización iconográfica de pavimentos, tejidos o plafones arquitectónicos. Esta sección ha sido realizada junto con el Estudio de diseño Setanta, que también se ha ocupado del diseño gráfico de la exposición, y Gabriel Pericás.
 
Por último, en el espacio central, situado justo detrás del ventanal orientado a la Plaza Cibeles, se exhibe una colección escultórica que combina las concepciones del pasado y el presente mediante un juego poético de materiales.
 
David Bestué es un artista nacido en Barcelona en 1980 que ha llevado a cabo trabajos sobre Enric Miralles y la Historia reciente de la arquitectura e ingeniería en España. Algunas de sus exposiciones más destacadas son: Piedras y poetas en la galería Estrany de la Mota de Barcelona en 2013, Realismo en La Capella de Barcelona en 2015, La España Moderna en García Galería de Madrid en 2015 y ROSI AMOR en el Museo Reina Sofía de Madrid en 2017.
 
 
 
HASTA EL 12 DE ENERO

domingo, 22 de diciembre de 2019




        Las 10 pinturas más bellas sobre la Navidad


En esta entrada vamos a olvidarnos del arte contemporáneo para mostraros algunas de las obras más hermosas que representan la Navidad.

El nacimiento de Cristo es uno de los acontecimientos bíblicos que más ha sido retratado a lo largo de la historia. Cada artista ha interpretado este providencial momento por el que Jesús entra en la historia del hombre, y lo ha significado desde su propia religiosidad, dotes artísticos y estilos de época.
 
En esta galería te presentamos diez de las más bellas y representativas pinturas ejecutadas por algunos de los mayores maestros del arte europeo. 
 

1. «El Nacimiento de Jesús» de Giotto Di Bondone

 

 

Durante siglos, el espacio en que los artistas situaron sus historias había sido abstracto. Con Giotto di Bondone (1267-1337) las figuras se situaban en un espacio embrionario pero verdadero. En sus obras el tamaño de la arquitectura es irreal: si bien es simbólico, resulta desproporcionado respecto a las figuras. Esta característica puso de manifiesto el cambio de mentalidad de finales de la Edad Media y sentó las bases para el desarrollo del arte renacentista. Lo totalmente nuevo en Giotto es que la conquista de lo real, la búsqueda por encontrar un acuerdo entre lo divino y lo humano.
 
En la obra «El nacimiento de Jesús», elaborada entre 1302 y 1305 en los muros de la capilla de los Scrovegni (Padova, Italia), se observan las características típicas del estilo de Giotto: un espacio con muy poco detalle y unas figuras humanas proporcionalmente más grandes. El centro de la escena del sencillo pesebre está constituido por la Virgen María, echada sobre un humilde lecho y el Niño Jesús a su lado y atendido por ella. Sentado a los pies del catre, con gesto pensativo, se reconoce a san José. Sobre María y Jesús un coro de ángeles enaltece la atmósfera sacra de este acontecimiento por el cual Cristo entró en la historia. En derredor, animales y pastores reverencian al Salvador.
 

2. «La Natividad» de Fra Angélico

 

El fraile Giovanni de Fiesole de la Orden de los Predicadores, célebremente conocido como Fra Angelico (1387-1455) expresó su fervor religioso a través de las imágenes.  Pero aún participando de un espíritu litúrgico y de una sencilla religiosidad, Fra Angelico se diferenció de sus predecesores medievales por la coherencia y la decisión con la que se adhiere a la cultura renacentista. Aunque los motivos de sus pinturas son eminentemente religiosos y el espíritu con que los interpreta está invadido de un sereno misticismo, su modo de disponer las figuras, de organizar las escenas, pertenece ya a los nuevos tiempos.
 
Su mayor empresa pictórica fue la decoración del convento de San Marcos de Florencia (Italia). En este complejo arquitectónico se sitúa su obra «La Natividad», plasmada cerca de 1437. En ella se observa un Niño Jesús tendido en el suelo de paja mientras la virgen María y san José lo observan con gesto de adoración. En la escena se suman dos personajes que no pertenecen al momento del nacimiento: san Pedro y Santa Catalina de Siena, ambos protagonistas clave en la futura historia de la Iglesia.
 

3. «Tríptico de Santa Columba. Adoración de los magos» de Rogier Van der Weyden

 

 

Rogier Van der Weyden (1400-1464) fue un pintor flamenco que, fiel al estilo de su región, prestó especial atención a los detalles, el vivo colorido y el realismo de las figuras. Particularmente, las obras de este artista se caracterizan por el dramatismo con que retrata a los personajes y sus expresiones. 
 
El Tríptico de santa Columba, iglesia de Colonia, Alemania; incluye en su parte media una escena de la adoración de los magos. El centro de atención de la pintura lo constituye la Virgen María con el Niño Jesús y un Rey Mago besándole los pies. Una curiosidad de la obra es que los magos son todos de tez blanca, con lo cual, a diferencia de otras composiciones, no se representan los tres continentes conocidos (Europa, Asia y África) sino las tres edades del hombre. A la izquierda san José observa el encuentro.  Por detrás, un establo en ruinas con un crucifijo en el centro de dos arcos de medio punto.
 

4. «Natividad» de Sandro Botticelli

 
 
 
La juventud y el amor, con el disfraz alegórico de la mitología antigua, son los temas imperantes y también los motivos que inspiran las obras más famosas de Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, o popularmente, Sandro Botticelli (1444-1510).
 
En su madurez, el arte de Boticelli sufrió una profunda mutación en la que influyeron los acontecimientos políticos que turbaron a Florencia a la muerte de Lorenzo el Magnífico. Al desaparecer el príncipe humanista y poeta, se impuso el carácter moralizante y reformador. Durante su dominio, Boticelli se sumergió en un celo místico y abandonó los pasados ideales mundanos. En su pintura penetraron por lo tanto los elementos simbólicos que habían caracterizado la religiosidad medieval y dejaron de ser aplicadas, por considerarse impropias, las reglas de la proporción y la perspectiva renacentistas. A esta última etapa pertenece la obra «Natividad». En ella puede reconocerse la jerarquía típica del estilo gótico, evidenciada por el mayor tamaño de la virgen María junto a Jesús, que estira sus brazos para tomar a su madre. A un costado, san José observa con atención al niño. El centro de la escena sucede en la pequeña cueva ante la mirada de animales, humanos y ángeles; toda la Creación adorando al Redentor. En la parte superior un grupo de ángeles sostienen ramas de olivo que simbolizan la paz mientras en la parte inferior humanos y ángeles se abrazan. A un costado un grupo de demonios yacen encadenados figurando el advenimiento del Reino de los Cielos.
 

5. «La Adoración de los magos»  de Leonardo Da Vinci

 

Leonardo da Vinci (1452-1519) es una de las mayores personalidades del Renacimiento. Polifacético, se dedicó a la pintura, escritura, escultura, arquitectura y ciencia. Las obras incompletas serían una característica de cierta parte de su producción, confirmando la actitud experimental que lo caracterizaba. Era un pintor lento y meticuloso, por lo que, probablemente, una vez resueltos los problemas formales, sintiese menor interés en continuar una obra que ya no le planteaba cuestiones que resolver. De aquel tipo de obras es «La adoración de los magos» de 1481, pintura que revela una de las características fundamentales de su estilo: el uso de sombras que gradúan sutilmente las luces, un modo de obtener el relieve a través de suaves tonos claroscuros que sería característico de Leonardo. Este esbozo monocromático al que falta agregar los colores es de una extrema complejidad compositiva e incluye a numerosos personajes.
 
El centro de la pintura está formado por el triángulo que se forma entre la virgen María, el Jesús y dos ancianos que obsequian regalos al niño. A cada lado un anciano y un joven que, según la tradición, representan a la Filosofía y la Acción, y en torno a ellos múltiples personajes que incluyen a los Reyes Magos, ángeles y pastores. Hacia el fondo a la derecha se vislumbra una escena bélica cuyo significado es incierto. Como posibles se destacan la lucha contra el pecado o la caída de la civilización hebrea.
 

6. «Adoración de los Pastores» de Giorgione

 
 
Giorgione (1479-1510) es un artista cuya vida y obra son misteriosas, muy poco se sabe de ellas. Respecto a sus pinturas, parece que no existe el dibujo y no le resulta necesario definir una forma, un plano o una distancia; para lograr la perspectiva le basta acercar un color a otro.
 
En la obra «Adoración de los pastores», elaborada antes de 1506, se encuentra al Niño Jesús en la entrada de una cueva entretanto la Virgen María, san José y dos pastores lo observan con reverencia. Sobre ellos un par de rostros angelicales flotan en el aire contemplando el acontecimiento. En esta pintura se destaca especialmente el paisaje que es trabajado ricamente para insertar las personas en un ambiente propicio.
 

7. «Adoración de los magos» de Alberto Durero

 

 
Alberto Durero (1471-1528), castellanización de Albretch Dürer, fue uno de los artistas más importantes del Renacimiento alemán. Es pintor, filósofo, escritor y dibuja sobre botánica y anatomía. Entre sus mecenas pueden mencionarse a la familia de banqueros Fugger, al emperador Maximiliano I y Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, y es conocido que mantuvo una relación con Erasmo de Rotterdam quien le propinó elogios.
 
En sus obras, Durero manifiesta una obsesión por la perspectiva y la proporción. Esta ambición se manifiesta en su pintura «La adoración de los magos» de 1504. En ella afloran muchos componentes medievales pero el espacio se organiza de forma racional y los detalles arquitectónicos adquieren una visión clasicista. Esta obra resume las teorías de Durero sobre la arquitectura y su relación con la figura humana. La pintura se destaca por la prolífica utilización de los colores. El centro de atención lo conforman la Virgen María presentando al Niño Jesús a los Reyes Magos, quienes entregan sus ofrendas al Redentor.
 

8. «La Adoración de los Reyes Magos» de Rubens

 
 
Pieter Paul Rubens (1577-1640) fue un maestro barroco de la escuela flamenca con gran instinto pictórico, capaz de dotar a sus pinturas de un exuberante movimiento y expresionismo. Además de un eximio pintor supo desarrollarse en otras áreas como la diplomacia y ostentaba conocimiento de latín y lenguas modernas.
 
La obra «La adoración de los Reyes Magos» representa un arquetipo de barroquismo con su clásico juego de luces focales y sombras, la riqueza de colores y las enfáticas expresiones corporales de las figuras retratadas. La pintura fue hecha en dos momentos diferentes. La parte inferior izquierda que corresponde a la Adoración fue ejecutada en 1609 en tanto la parte derecha y superior fue ampliada en 1628. En esta obra la luz que ilumina la escena proviene del Niño Jesús y se proyecta sobre los rostros de la Virgen María y los Reyes Magos. La parte izquierda, caracterizada por la serenidad que transmite la contemplación se contrapone a la derecha donde los cuerpos de los porteadores, los caballos y los jinetes muestran dinamismo y tensión. Los personajes se apiñan unos sobre otros dándole muy poco protagonismo al paisaje que apenas se descubre en el fondo.
 

9. «Adoración de los pastores» de Francisco de Zurbarán

                  

Francisco de Zurbarán (1598-1664) fue un eximio pintor del barroco español. Algunos rasgos de su estilo fueron la resistencia a la perspectiva y la proyección geométrica del Renacimiento y la falta de coherencia espacial, que arrojaron como resultado espacios que carecían de profundidad y orden. Todos estos aspectos fueron compensados por el sobrio realismo con que logró plasmar los diferentes objetos, la forma expresiva con la que caracterizó los rostros de los personajes y la intuición para utilizar colores que se consideraban contrarios pero que el pintor lograba armonizar.
 
Todas estas cualidades se traslucen en su «Adoración de los pastores» donde el artista logra confeccionar un ambiente oscuro y misterioso. La luz parte del Niño Jesús y alumbra la escena mientras la Virgen María descubre suavemente el paño que lo envuelve para que los pastores y ángeles lo adoren. Todos los personajes visten ropajes humildes que sirven de marco para la situación, mientras los objetos cotidianos como jarros y canastas otorgan realismo al suceso.
 

10. «La adoración de los pastores» de Rembrandt

 
 
 
Rembrandt van Rijn (1606-1669) fue un genio de la pintura barroca holandesa. Se destacó frente a la mayor parte de los artistas holandeses que se especializaban en una temática particular, como retratos, paisajes, etc., practicando todas las modalidades, incluso los temas religiosos, pese a ser rechazados por el protestantismo. Dentro de este último género se inclinó por las escenas bíblicas, que le permitían expresar mejor los graves problemas del alma humana.
 
La pintura de Rembrandt es de una enorme sensibilidad y se basa en los efectos de la luz y las sombras graves y profundas en las que se pierden los límites del espacio. Esta cualidad se manifiesta en su «Adoración de los pastores» de 1646, en la que apenas se logran distinguir las figuras que componen la escena. La escasa luz que alumbra el establo está focalizada sobre el Niño Jesús y contribuye a subrayar la atmósfera de intimidad. A su alrededor la Virgen María, san José y los pastores observan con devoción al pequeño. En la pintura se revela que el pintor es amante de los efectos nocturnos.
 
                     ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
 

MARCO (VIGO)




Jorge Martins y Eduardo Gruber rescatan la contemporaneidad del museo Marco


El centro de arte vigués recupera por fin su actividad ya de la mano de su nuevo director, Miguel Fernández-Cid



El dibujo es la referencia del Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco) en su naciente etapa bajo las directrices de Miguel Fernández-Cid. Hace unos días  se iniciaba la programación realizada por la nueva dirección con la inauguración de dos exposiciones, protagonizadas por Jorge Martins (Lisboa, 1940) y Eduardo Gruber (Santander, 1949). Tras la salida airada de la anterior dirección, las polémicas, la deriva y los titubeos, las obras de Martins y Gruber rescatan al centro vigués para el arte contemporáneo, su objetivo fundacional.
 
«El dibujo es uno de los soportes más interesantes para ver cómo es el artista», apuntó Fernández-Cid, para justificar la coincidencia, en una misma planta del museo de la calle del Príncipe, de dos exposiciones centradas en esta disciplina. Es más, apuntó la posibilidad de continuar explorando tal vía de creatividad artística.
                                                                 
La coincidencia sorprendió incluso a los propios artistas, que no conocían sus respectivas trayectorias, pero que quedaron gratamente complacidos por el resultado conjunto.
 

Jorge Mattins. Sombras y paradojas
 
Sombras y paradojas, título del proyecto de Jorge Martins, supone la gran presentación individual que se dedica en España a uno de los nombres referenciales de la plástica portuguesa del último siglo. «Martins es lo que se suele llamar un artista solitario, respetado por colegas de distintas generaciones», explica Óscar Alonso Molina, comisario de la exposición. Añade que su obra, poética y esencialmente abstracta, está en diálogo con lo mejor del dibujo europeo y americano del siglo XX. «A este prestigio y a la vigencia de su trabajo han contribuido su infatigable investigación en torno al dibujo, ya desde sus primeras exposiciones», añade Alonso Molina, recordando que, a finales de la década de los setenta, Martins mostró su obra en el centro Georges Pompidou de París. No obstante, el comisario opina que el mejor momento creativo del artista luso se está produciendo actualmente.

La muestra, que se puede ver en el Marco hasta el 5 de enero del próximo año, recoge trabajos del dibujante lisboeta desde los años setenta de la pasada centuria. El proyecto realizado por Alonso Molina añade los cuadernos de apuntes del autor, que se exhiben en primicia y en los que el artista anota pensamientos, bocetos e ideas para dibujos y pinturas.
 
El cariz poético de su obra se acentúa con la presencia de varios aforismos con los que el creador portugués va guiando el recorrido del espectador. Este aspecto se revela como un catecismo del dibujo, con afirmaciones tan claras como: «Dibujar es reconstruir el universo», «El dibujo es una línea melódica, después viene la armonía y el contrapunto» o «Una obra está acabada cuando es más verosímil/plausible que la realidad».
 
Dos aspectos a destacar de la exposición de Jorge Martins en el MARCO son, por un lado, la inclusión de sus cuadernos de apuntes, que se muestran en primicia, y en los que el artista anota pensamientos, bocetos e ideas para dibujos y pinturas. Por otro, la presentación de una publicación —un libro de artista con el que el MARCO inicia una colección— que recoge, por primera vez, su obra literaria, precisa y poética a la vez.
 
Tanto la exposición como la publicación cuentan con el patrocinio de la Fundação Carmona e Costa, el Instituto Camões, y el MEIAC de Badajoz, instituciones con las que están previstas nuevas colaboraciones para mostrar la obra de artistas de Portugal y Galicia en distintas sedes peninsulares.


Eduardo Gruber. El salón de los espejos.
Eduardo Gruber (Santander, 1949) es un pintor al que siempre ha tentado el dibujo y la obra sobre papel, no como boceto sino como obra final. Artista polifacético, ha realizado esculturas, intervenciones en el espacio, instalaciones, escenografía (de ópera para Pilar Miró), y ha publicado varias novelas.

La muestra del MARCO reúne una selección de obras recientes, dibujos y obra sobre papel, en la que resulta central la presencia de la palabra, del relato, de la literatura. Se hace especial hincapié en la relación entre literatura, pensamiento e imagen, tan presente en su obra como la pasión por la metáfora. Obras con el hilo conductor del azar, ese límite casi imperceptible, ese espejo que, una vez traspasado, nos permite vivir otra vida, habitar otro escenario. En suma, una selección de piezas, a modo de pequeño salón de afirmaciones, ecos y reflejos, que permite percibir la manera de trabajar de un artista que, desde la pintura, siempre busca la obra total.

Ambas propuestas tienen como hilo conductor el dibujo y la obra sobre papel, a través de piezas y estéticas muy diferenciadas: el relato de Gruber junto a la voz poética de Martins.

HASTA EL 5 DE ENERO

 

lunes, 16 de diciembre de 2019

MUSEO THYSSEN MADRID



Los impresionistas y la fotografía                            

Del 15 de octubre de 2019 al 26 de enero de 2020

 
Desde los primeros daguerrotipos de finales de la década de 1830 y, sobre todo, tras el descubrimiento en años posteriores de las técnicas de impresión fotográfica en papel, la relación de la fotografía y la pintura fue muy estrecha. El ojo artificial de la cámara de fotógrafos como Le Gray, Cuvelier, Nadar o Disderi, por citar a unos cuantos, estimuló en Manet, Degas y en los jóvenes impresionistas el desarrollo de un nuevo modo de mirar el mundo. La fotografía le valió al impresionismo no solo como fuente iconográfica sino también como inspiración técnica, tanto en la observación científica de la luz o en la representación de un espacio asimétrico y truncado como en la exploración de la espontaneidad y la ambigüedad visual. Asimismo, por influencia de la nueva factura impresionista, algunos fotógrafos comenzaron a preocuparse por la materialidad de sus imágenes y a buscar fórmulas para hacer sus fotografías menos precisas y con un efecto más pictórico.
 
El papel primordial que ha adquirido hoy la fotografía en el panorama del arte contemporáneo ha hecho resurgir el interés de la historiografía artística por el impacto que su invención provocó en las artes plásticas. La exposición Los impresionistas y la fotografía se suma a esta línea historiográfica, planteando una reflexión crítica sobre las afinidades e influencias mutuas entre fotografía y pintura, sin olvidar la fructífera polémica entre críticos y artistas que su aparición desencadenó en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX.
 
La muestra, comisariada por Paloma Alarcó, se articula en nueve capítulos temáticos - El bosque, Figuras en el paisaje, El agua, En el campo, Los monumentos, La ciudad, El retrato, El cuerpo y El archivo - en los que confluyeron los intereses de pintores y fotógrafos.
 
 
 
 

GALERÍA JORDI BARNADAS





Sergi CADENAS



Girona, 1972. 

Sergi Cadenas es un artista autodidacta que se dedica profesionalmente a la pintura desde los 30 años. En un inicio, su temática más habitual eran los paisajes urbanos de su ciudad natal, Girona. Participó en varios concursos de pintura rápida que ganaba con facilidad. Su primera exposición la realizó en la galería Punt d’Art, actualmente desaparecida. Tiene obras en el Museo POPA de Suiza, especializado en Optical Art.
 
Hace ya varios años que el retrato le apasiona, trabaja con modelos ocasionales, personas de su entorno. Es un virtuoso maestro en esta técnica tan increíble como difícil de realizar. Sergi Cadenas es un hombre creativo y a la vez tranquilo y familiar, con un concepto muy realista de la vida, no cree en la inspiración pero si en las ideas y en la dedicación. Su mundo es su familia y su trabajo en el estudio donde pasa horas y horas con la única compañía de su perra.
 


 
 


 
 
 

jueves, 5 de diciembre de 2019

FRANCISCO LEIRO




El "padre" del Sireno muestra su papel de dibujante en esta exposición en Vigo









SVT Espacio de Arte prosigue la programación de esta temporada con la muestra "LEIRO, dibujante" de Francisco Leiro  (Cambados, 1957), uno de los artistas gallegos que ha alcanzado mayor proyección nacional e internacional, y cuyas obras se encuentran ya en los principales museos, centros de arte y colecciones públicas o privadas de todo el mundo.

"LEIRO, dibujante", la propuesta que presentamos en SVT Espacio de Arte, constituye, en toda su dilatada carrera, la primera exposición dedicada de forma exclusiva a sus dibujos sobre papel. "Leiro, dibujante", una faceta inédita de su arte que hasta hace muy poco tiempo solo era conocida y disfrutada en los círculos más próximos al artista, y que en los últimos años ha comenzado a aflorar con fuerza, como una sección cada vez más significativa, en sus más recientes exposiciones escultóricas.

Que el escultor Leiro es también un notable pintor-dibujante era uno de los secretos peor guardados del arte español de las últimas décadas; algo que ya se podía intuir en las delicadas policromías de muchas de sus piezas escultóricas, y que ahora ya se puede poner de manifiesto abiertamente en una exposición como esta, con una impactante selección de dibujos que abarca varias décadas de actividad.

La práctica del dibujo lo ha acompañado como una presencia constante,desde su época juvenil santiaguesa de los años 70, de clara influencia surrealista, donde ya practicaba una suerte de dibujo automático, cargado de referencias oníricas y ecos imprevistos del inconsciente; dibujos que a menudo se convierten en gérmenes de futuras obras escultóricas. En otras ocasiones, por el contario, el dibujo busca el camino de una radical autonomía, y avanza autosuficiente sobre sus propios recursos pictóricos.


Desde SVT Espacio de Arte queremos manifestar nuestro caluroso agradecimiento a la generosidad de Francico Leiro, brindándose a apoyar, con su presencia aquí, este proyecto colaborativo, cuyo fin no es otro que el de servir de plataforma de visibilidad a las nuevas propuestas artísticas que surgen en nuestro entorno, y ofrecernos como lugar de encuentro: un espacio donde llevar a cabo un programa de actividades culturales relacionadas con la creación plástica contemporánea, en el que tendrán cabida los más diversos formatos y experiencias.

En SVT Espacio de Arte somos muy conscientes de que solo la actividad colectiva y solidaria de la comunidad puede mantener encendido el fuego de la creación y abordar desde una nueva perspectiva la puesta en valor de los trabajos de nuestros artistas. Porque ninguna sociedad puede sobrevivir dignamente sin el continuo flujo de producción artística que la anima y la revitaliza: el conjunto de procedimientos que siembra de señales el imaginario colectivo y proporciona a cada miembro de esa sociedad instrumentos para experimentar su propio lugar en el mundo.
 
 

domingo, 1 de diciembre de 2019

LUÍS SEOANE



O legado de Maruxa Seoane, no Museo de Belas Artes da Coruña



 O museo abre unha mostra estruturada en torno á colección, que inclúe 42 óleos do pintor Luis Seoane, ademais de 252 gravados e seis libros ilustrados

 

Detalle de tres obras de Luís Seoane

 

A importancia da muller na traxectoria creativa de Luís Seoane non conclúe na abondosa presenza feminina que mostra a súa obra. Un dos piares fundamentais da súa vida foi a súa esposa, Elvira Fernández (máis coñecida como Maruxa Seoane), cuxa vontade foi ademais clave para que o Museo de Belas Artes da Coruña posúa unha das máis interesantes coleccións de obras pertencentes a un dos máis grandes artistas galegos e un representante maior das vangardas históricas do século XX, «figura indiscutible do sentir cultural e político do exilio e a emigración galegos en Bos Aires e América», como lembra o museo.
 
O pintor Luís Seoane e a súa dona Maruxa Seoane
As pezas de Seoane chegaron a través da Asociación de Amigos do Museo de Belas Artes e por vontade da súa viúva, Maruxa, que dedicou xenerosamente o seu tempo e o seu esforzo ao fomento, conservación, retorno e difusión en Galicia do legado do seu home, que se compón de 42 óleos, 252 gravados soltos e en cartafoles e seis libros ilustrados.
 
Integrado na xeración de Os Novos, Luis Seoane (Buenos Aires, 1910-A Coruña, 1979) era o máis xove deste grupo de artistas galegos nacidos en torno a 1900 e que transformaron de maneira significativa a arte que se facía daquela no país, iniciando o camiño cara a modernidade, con Colmeiro, Maside e Arturo Souto á cabeza. Eles empregaban «unha temática e unha linguaxe galegas que levan a cultivar unhas formas con raíces na escultura popular do románico e do noso barroco. Formas plásticas que toman para si a esencia creativa do pobo», en palabra do propio Seoane.
 
Aproveitando que este ano a Real Academia Galega de Belas Artes lle dedicou o Día das Artes Galegas a Luis Seoane, pintor, deseñador, teórico da arte, creador, caricaturista, debuxante e figura esencial no Laboratorio de Formas de Galicia, o Museo de Belas Artes da Coruña inaugurou este xoves unha exposición sobre a vida e a obra do citado autor, poñendo énfase na persoa de Maruxa Seoane, como «promotora deste importante legado», que se expón na súa totalidade.
 
Partindo das pezas que integran a colección, onde se representa un amplo abanico de temas, técnicas e estilos, o relato expositivo, detalla o museo, achégase á obra do pintor, desde os 50 ata pouco antes da súa morte, en catro bloques temáticos imprescindibles no seu universo iconográfico: a muller galega, a natureza e a paisaxe, a guerra e a denuncia social, e os mitos, tradicións e lendas, que falan da existencia dun pasado cultural e unha iconografía propia.
 
 
(LA VOZ DE GALICIA)
 
 
 
Lugar:Museo de Bellas Artes de A Coruña
Inicio:28/11/2019 · 20:00
Final:8/3/2020 · 18:00
Precio:Gratuito
 
 

miércoles, 27 de noviembre de 2019

AFUNDACIÓN VIGO




                    Proyecto Sonoro empeño. Vigo




Después de pasar por Ferrol, A Coruña y Santiago de Compostela, el proyecto Sonoro empeño se instala ahora en la Sede Afundación en Vigo. Participa del 10 de octubre al 4 de enero de un paquete fascinante de actividades para todos los públicos que trata el arte en todas sus manifestaciones, partiendo de la pintura y la música, hasta la gastronomía, la poesía o el cine. Todo tiene cabida en un programa que inspira y reúne al público en encuentros muy sugerentes con base en la exposición del mismo nombre, en la que se da una selección increíble de obras de gigantes internacionales y nacionales como Picasso, Castelao, Kandinsky o Luís Seoane.
 
Vive una experiencia única asistiendo a un nuevo concepto de exposición con el que podrás activar todos los sentidos. De octubre a enero, puedes participar de conciertos, encuentros poéticos o degustaciones culinarias alrededor de la exposición homónima.
 
¡El arte como nunca antes lo habías vivido!
 
LA EXPOSICIÓN

La relación entre música y artes plásticas es una constante que ha suscitado un enorme interé a lo largo de la historia. A pesar de tratarse de disciplinas distantes que se mueven por diferentes canales sensitivos, las conexiones y puntos de encuentro son evidentes no solo en cuanto a objetivos expresivos comunes, sino también en el intercambio de conceptos como ritmo, movimiento, cromatismo o variación. La cuestión sobre las conexiones de música y artes plásticas ha sido motivo de reflexión, teorización y ensayo, dando lugar a vínculos de muy diversa naturaleza y a nuevas formas creativas.
 
Sobre esta premisa, se establece una clasificación en cuatro secciones que abordan el tema desde diferentes perspectivas para ilustrar estas confluencias:
Iconografía musical. Una de las relaciones más evidentes entre artes plásticas y sonoras es la que atinge a la representación visual de escenas o instrumentos musicales. Las piezas expuestas aquí ilustran tres temas básicos: el músico, el instrumento musical y su representación aislada como único protagonista de la obra.



Sinestesia. La utopía de formular una pintura auditiva o una música visual, presente en toda la historia del arte, alcanza un desarrollo más significativo con los movimientos de vanguardia, que materializan a través de la hibridación sensorial la experiencia de ver los sonidos y escuchar las imágenes.

Fiestas y danzas. La representación pictórica de la danza presenta uno de los terrenos más propicios para la relación entre música y pintura, pues permite introducir en un arte espacial los conceptos de dinamismo, ritmo y sonoridad, propios de un arte temporal.

Música en la infancia. La vinculación de imágenes de niños y niñas a escenas o instrumentos musicales, que cuenta con una larga tradición pictórica, va muchas veces ligada a las ideas de inocencia, espontaneidad y candidez, y asociada a instrumentos de timbre dulce


HASTA EL 4 DE ENERO
 
VISITAS GUIADAS de asistencia libre | 24 y 31 de octubre, 7, 14, 21 y 28 de noviembre, 5, 12 y 19 de diciembre y 3 de enero
 
 

jueves, 21 de noviembre de 2019

DIÁLOGOS DO LODEIRO




 “Os Montes de Lodeiro” de Xabier Correa Corredoira





“Os Montes de Lodeiro” é unha exposición individual do artista coruñés Correa Corredoira, na que nos presenta unha pequena retrospectiva da súa obra en homenaxe a o seu amigo Xosé Lodeiro.

 
«O día 14 de decembro de 2007, paseando con Berta Cáccamo pola mostra LODEIRO no CGAC compostelá, ficamos cravados diante de “Geo nº3,1977”, respirando en empático silencio un espazo levado pola luz ata o sublime. Este cadro vai a estar na presente mostra en Apóstrophe por cortesía da familia Lodeiro, acompañando as pinturas feitas por min en homenaxe a un dos artistas máis auténticos que tiven en sorte coñecer. No mesmo ano 2007 pintei “Montes de Lodeiro”, iniciando a presente serie,  aberta  o día de hoxe. Expúxenna en galería Atlántica e fundación Luís Seoane, ambas na Coruña, mais agora  é cando teño ocasión de mostrala en Vigo, cidade e ría que foron berce, camiño e mais estrela do noso admirado pastor de “silencios lumínicos”.»
Correa Corredoira
 
A exposición permanecerá aberta ao público ata o 28 de novembro, en horario de 18:00 a 21:00 h de martes a sábado.
 
Apo’strophe.arte en CC Praza Elíptica. Esperamos su presencia.
 
 
 
XABIER CORREA CORREDOIRA
 

Nacido en A Coruña, en 1952, Xavier Correa Corredoira es, ante todo, un pintor hecho a sí mismo. Su madurez artística y vital está sostenida por una noble dedicación a las humanidades y una confianza apasionada y sincera hacia lo artístico, entendido como una fórmula que, frente al automatismo deshumanizado, busca el reencuentro con la belleza.
 
Junto a otros artistas coruñeses con inquietudes comunes de la década de los setenta, Correa Corredoira inicia su andadura en el mundo del arte ligado a la agrupación La Galga: un colectivo artístico que, partiendo de una actitud crítica y comprometida, se forma con el afán de modernizar y liberalizar el arte de aquel momento.
 
A principios de la década de los ochenta, Correa Corredoira se integra en la creación del colectivo Atlántica, con el que participa en las célebres muestras de Baiona, Madrid, Salvaterra de Miño y Compostela. Artista inquieto y capaz, Corredoira experimenta con diversas disciplinas artísticas como la escultura, cerámica, mural, pintura de caballete o grabado. Esta última, perfeccionada gracias a una beca concedida por el Ministerio de Cultura que le permite disfrutar de una estancia de un año en México.
 
Ya en la década de los ochenta constituye, junto a otros artistas coruñeses, el emblematico GrupOrzán, fundamentado en una voluntad democratizadora del mercado artístico. Con este colectivo participa en la edición de ARCO 87, y en años sucesivos con otras galerías de Madrid y Santiago.
 
El arte de Correa Corredoira podría definirse como universal. Sus obras son referencias constantes a la naturaleza, a la literatura y al propio subconsciente, reflejadas en unas obras que, partiendo de una sinopsis formal y cromática, son interpretadas con un lenguaje neofigurativo animado por un expresionismo sin estridencias y una fuerte carga de sensibilidad. En los últimos años dedica gran parte de su trabajo a la escultura y a grandes composiciones cerámicas en espacios abiertos, como medios de vinculación más directa con la propia vida.
 
ALGUNAS DE SUS OBRAS