miércoles, 31 de julio de 2019

EXPOSICIÓN DE ESCULTURAS (ESPACIO NEMONON- PONTEVEDRA)



                   ENTRE EL CAOS Y LA ARMONÍA

                   MIGUEL MUÑIZ Y MIGUEL SACO





Miguel Muñiz

Dentro de nosotros hay un desconocido capaz de hacernos ser más quién queremos que quién aparentamos. MIGUEL MUÑIZ decidió no aburrirse y se convirtió en escultor.
 
Algo empezamos a sospechar cuando, de vez en cuando, se le veía como buscador de piedras en playas, senderos, o montes ¿Para qué querrá estas piedras este señor elegante con toques de bohemio chick?
 
Un día, después de ser pillado in fraganti con sus bolsas llenas de piedras, terminó por confesar su secreto. Dentro de él, había crecido, tarde pero imparable, un creador, un escultor de piezas encontradas, manipuladas, halladas por los caminos y los bosques.
 
Pronto a sus piedras se unirían hierros procedentes de rastros y otros objetos más o menos imposibles pero, eso sí, descaradamente inútiles.
 
Se había hecho amigo de las notas, las músicas y las pasiones en un piano. Y se hizo con una buena  colección de teclas usadas. Teclas que ahora son unas elegantes parejas yin y yan de una poesía de la materia convertida en otra cosa, otra vida, otra sustancia.
 
Teclas rescatadas que conservan el placer del tacto, el ritmo, el movimiento y la belleza en blanco y negro que un día tuvieron como piezas de aquel instrumento que nos hizo soñar.
 
Estas teclas, en compañía de piedras, forman el canto independiente de un artista que propone el disfrute pasivo, el placer tranquilo de una música que estaba escondida en algún lugar de uno de los heterónimos de este batallador contra todo desasosiego que se llama Miguel, y Muñiz.
 
Nuestro querido Pessoa decía que “el entusiasmo es una grosería”. Pues diremos que estamos muy contentos con el renacimiento de este nuevo artista que se mueve entre el caos y la armonía.
                                                                                                                                                      Tocando piedras y otras teclas por Javier Rioyo

Biografía




Miguel Muñiz de las Cuevas (Orense, 1943)
 
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense ha sido profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. Fue uno de los fundadores de la revista Cambio 16. Entre los diversos cargos que ocupó a lo largo de su carrera, destaca como presidente en el Instituto de Crédito Oficial, ICO, y como director general del Teatro Real de Madrid y del Patronato de la Fundación Teatro Lírico.
 
Durante su presidencia en el ICO, creó y promovió la colección de pintura y escultura moderna española. Desde Suite Vollard de Picasso, a Juan Gris, Dalí, Torres García, Barceló, Chillida, A.Alfaro, Palazuelo, Gargallo, A. López, Julio López, A. Tapies, Eduardo Arroyo, Alberto Sanchez, Susana Solano, A. Gaudí, Jaume Piensa, Joan Miró, Juan Muñoz, Osear Dominguez, Miquel Navarro, Angel Ferrán , Francisco Leiro, Eugenio Granen, Navarro Baldeweg, Eva Lood, Esteban Vicente, Manolo Hugué, Jorge Oteiza, Víctor Mira y Martín Chirino entre otros. Con el inestimable criterio de Aurelio Torrente, Miguel Muñiz promovió el coleccionismo y el arte contemporáneo español que dio lugar al hoy conocido Museo ICO de Madrid,uno de los más importantes de España que además ha tenido difusión en varios países de America latina y Europa.
 
Tras esta larga etapa de su vida, Miguel Muñíz ha creado obra propia que ya ha expuesto en galerías de Madrid como Ana Arambarri,además de exponer en Galicia,Andalucía y Portugal.
 

Miguel Saco



Cuando Miguel Saco llegó a Nueva York, en el sur de Manhattan se cruzaban poetas que querían cantar, bohemios que abrían sus venas con mierda inyectada, rubias en el hotel Chelsea, pijos aficionados al terciopelo y al underground, artistas que mantan el hambre con hamburguesas, noches de tabernas de aquel sur de Dylan, Warhol, Cohen o la joven Patti Smith. Aquellos tipos extraños frecuentaban entonces los mismos bares que un gallego que también quería ser artista y que acabó en el negocio de muebles que son piezas únicas como acaba de destacar The New York Times.
 
Hoy en día, es uno de los secretos españoles mejor guardados de Nueva York. Elegante, silencioso en varios idiomas, vecino de Gramercy, conocido por algunos de los más ricos de la ciudad, amigo de Manolo Valdés y uno de los últimos resistentes de las tabernas de Chelsea. A Miguel Saco, uno de los más reconocidos peritos en las artísticas piezas del mueble del siglo XX, podemos encontrarlo comiendo almejas en el selectivo bar de Gramercy tavern o bebiendo cerveza en el histórico Old Town Bar – uno de los escondrijos de Dylan Thomas -. También lo podemos encontrar bebiendo un gin tonic o en cualquier estreno de una noche en la ópera del Met.
 
Saco, paisaje o paisano de la ciudad, una persona con bigote de mariscal de campo, calva de elegante mayordomo francés, el arte de no hablar más de lo necesario y una sobria amabilidad que esconde el otro, los otros. Gallego de Ourense, emigrante en Nueva York por necesidad y modernidad, anclado en una ciudad entre los borrachos en el Bowery y los modernos de sus villas. Contento entre provincianos cosmopolitas, jóvenes que buscaban otros mitos, otros ritos.
 
Allí, sin hablar inglés -Dios nos libre!, decía aquel gitano de nombre Sabicas -, Miguel se cruza con artistas, trabajadores, fugitivos, emigrantes y algunos tan ingeniosos como Aurelio Torrente, que supo vivir entre el MOMA, el off Broadway y la oficina de turismo del gobierno español. Los tiempos estaban cambiando. Saco, además de vivir noches de nunca acabar, ganarse la vida en un viaje entre Chelsea y las costas de Maine para llevar langostas a los restaurantes, se da cuenta de que hay negocio en conocer, restaurar y reproducir los muebles del siglo XX. Objetos de deseo de firma y piezas limitadas. Marcas de distinción con las que conviven los más ricos de la ciudad. Tener una pieza auténtica de Mies van der Rohe, los Eames, Alvar Aalto o del Grupo Memphis es tan importante como poseer un expresionista abstracto o vivir con un Picasso.
 
El español, el gallego Saco, desde hace ya varias décadas es uno de los más prestigiosos conocedores, restauradores y peritos en autentificar y rescatar esas rarezas. Pasó los días satisfaciendo a los que desean tener en su casa algunos de los objetos más perseguidos del mobiliario contemporáneo. Descendiente de familia de leñadores de Ourense, conocedor de las cualidades de dicho material, además de aquellos con los cuales se fabrican sueños y realidades de la decoración contemporánea, Miguel Saco consiguió vivir muy bien de su arte y ser uno de los más reconocidos especialistas en esta artesanía cada vez más valorada.

Capaz de mezclar lo monacal y lo cool, acostumbra refugiarse en su casa de campo en el Morrazo gallego. Se trata de un lugar solitario, un monte con vistas hacia el mar, en donde cada verano se refugia del ruido mundano. Feliz en su anonimato, hasta que el otro día The New York Times lo elogió mucho. Que es lo que le sucede a un gallego neoyorquino cuando el periódico más influyente del mundo le dedica una página laudatoria?
 
 
Mantendrá el precio de unas sillas que me vendió rebajadas una noche de nieve y de copas? (Javier Rioyo)


Biografía




MIGUEL SACO nació en Ourense en 1956. Desde pronto se vincula a los movimientos artísticos de vanguardia en Galicia, formando parte de la primera exposición del colectivo Atlántica, celebrada en la Casa de la Cultura de Baiona, en los meses de agosto y septiembre de 1980.
 
Residente en Nueva York, integrado en la creciente comunidad artística de East Village desde comienzos de los años 80, continúa participando desde allí en numerosas exposiciones de creatividad gallega, entre las que se pueden señalar las colectivas: “Arte Galega na Colección Caixavigo” (Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela, 1992.) “Alén-mar, a creatividade galega non novo mundo” (Santiago de Compostela, 1992.) Galería Gamarra (Madrid, 1993), Galería BAI (Barcelona, 1999); Galería Anexo (Pontevedra, 2000) e “Tempos dun encontro”, Casa das Artes (Vigo, 2017)
 
Con la Galería BAI, al final de los años 90 y comienzos de los años 2000 realizan varias exposiciones en la sala Galería BAI en el Boho, en el Sharjah Art Museu, en los Emiratos Árabes Unidos, en el Rhode Island Fine Arts Museum y en la So Hyun Gallery en Nueva York. En septiembre de 2001 vuelve a exponer en España, en esta ocasión en la Fundación Pilar y Joan Miro de Mallorca y participa en “NADA Art Fair” de Nueva York en mayo de 2015 con la Galería Formato Cómodo.
 
Sus obras forman parte de varias colecciones: Fundación ICO, Colección Arte Galega, Colección Caixavigo y las colecciones particulares de Alice Tish y Juan Montoya.
 
Miguel Saco es reconocido como un prestigioso perito en el campo de las artes decorativas, conciliando su trabajo artístico con la actividad de restauración de muebles de diseño del siglo XX.

HASTA EL 16 DE AGOSTO

sábado, 27 de julio de 2019

TABAKALERA ( SAN SEBASTIÁN )


                      

                       ASÍ SERÁ EL MUSEO 4.0

                             La Ventana digital



La ventana digital. Nuevas aproximaciones a las colecciones de los museos



 La transformación digital impulsada por las nuevas tecnologías, que afecta a todas las áreas de actividad de nuestra sociedad, está impactando también en la manera en que nos relacionamos con el patrimonio artístico y cultural. Los museos e instituciones gestionando dicho patrimonio, y la sociedad en su conjunto, se enfrentan a nuevos y variados retos, consecuencia de ese proceso de transformación.
 
¿De qué manera pueden los museos utilizar los medios digitales para contar historias acerca de sus colecciones que impacten de forma emocional en sus audiencias? ¿Pueden utilizarse estos medios para sacar las colecciones del marco de las paredes del museo y llegar así a audiencias globales? ¿Se puede crear una oferta cultural rica y relevante basada en estos medios y formatos?
Esta exposición pretende explorar algunas de esas cuestiones y ofrecer, al mismo tiempo, una experiencia atractiva y relevante para los visitantes, que combina imágenes en super alta resolución de obras de arte -que permiten descubrir detalles imperceptibles a simple vista-, con narrativas multimedia que ayudan a su interpretación y vivencia.
 

Una experiencia basada en la imagen de la obra de arte



 La imagen juega un papel crucial en la forma de representar e interpretar la realidad, tanto para los artistas como para aquellos que observan las obras de arte. La pintura en su soporte, como el ojo humano, solo puede estar en un lugar a la vez. Sin embargo la imagen obtenida a través de una cámara la reproduce, haciéndola disponible en cualquier tamaño, en cualquier lugar y para cualquier propósito: un libro de arte, una postal, un bolso, una página web y, como cerrando un círculo, regresando al formato museístico por excelencia, la exposición.
 

¿Por qué son importantes las narrativas?



 ¿Cómo proporcionar a la audiencia una información atractiva, que le ayude a interpretar la obra (o su imagen), y que al mismo tiempo le impacte de una manera más profunda? Las historias, a través de los diferentes medios que la humanidad ha utilizado para contarlas, han sido y son una parte fundamental en la transmisión de conocimiento. Nuestro cerebro está diseñado para recibir historias: reacciona físicamente a ellas, contribuyendo a provocar empatía, a conectar con los demás, y a generar emociones. Por lo tanto, contar historias es una de las mejores maneras que tenemos de conectar los unos con los otros, y de generar experiencias y emociones, que provoquen una mayor impronta.
 
 

Obras maestras de Paris Musées


 La exposición “La ventana digital. Nuevas aproximaciones a las colecciones de los museos” presenta una selección de obras maestras de Paris Musées, institución pública que agrupa a 14 museos municipales de la ciudad de París: Catacombes de Paris, Crypte archéologique de l'île de la Cité, Maison de Balzac, Maison de Victor Hugo - Hauteville House, Musée Bourdelle, Musée Carnavalet, Histoire de Paris, Musée Cernuschi, Musée des Arts de l’Asie de la Ville de Paris, Musée Cognacq-Jay, le goût du XVIIIe, Musée de la Libération de Paris - Musée du général Leclerc - Musée Jean Moulin, Musée de la Vie romantique, Musée d’Art moderne de la Ville de Paris, Musée Zadkine, Palais Galliera, Musée de la Mode de la Ville de Paris, Petit Palais y Musée des Beaux-arts de la Ville de Paris.
 
La colaboración de Paris Musées en esta exposición es el resultado de su participación en el proyecto scModules, gracias al cual, ha podido digitalizar un gran número de obras de arte de sus museos, y ponerlas a disposición del público a través de la app Paris Musées Second Canvas. Esta app, disponible para su descargar de manera gratuita desde las principales tiendas de aplicaciones (AppStore y Google Play), permite descubrir de cerca pinturas, ropas, dibujos, acuarelas o fotografías de todas las épocas y continentes. Y entre ellas, las 7 obras que presenta exposición.
 
El objetivo de Paris Musées participando en esta exposición es explorar cómo las nuevas tecnologías pueden funcionar como herramienta para dar a conocer la institución y sus colecciones entre públicos y audiencias remotas, y que interés genera una oferta cultural basada en formatos digitales.
 
 

scModules



 Esta exposición es la conclusión de scModules, un proyecto co-financiado por la UE a través del programa H2020 e impulsado por Madpixel -empresa líder mundial en la digitalización de obras de arte en super alta resolución-, que tiene como objetivo identificar y explorar nuevas oportunidades que puedan desarrollarse a partir de la digitalización en súper alta resolución de las colecciones de museos. El proyecto está basado en Second Canvas, una plataforma que permite a estas instituciones crear y ofrecer experiencias multimedia que combinan imágenes en súper alta resolución con narrativas interactivas.
 
En scModules han participado más de 75 museos, tanto europeos como de Estados Unidos o México que, a lo largo de dos años, han explorado diferentes posibilidades basadas en estas tecnologías: desde soluciones de interpretación en sala hasta publicaciones en webs y apps, exposiciones o actividades educativas. Muchos de estos proyectos están disponibles en formato de apps Second Canvas, que se pueden descargar de manera gratuita desde las tiendas de apps AppStore y Google Play.
 
 
 
HASTA EL 31 DE JULIO

viernes, 26 de julio de 2019

MUSEO CARMEN THYSSEN (MÁLAGA)




"Perversidad":

mujeres fatales en el arte moderno 1880-1950



Del eterno femenino a la nueva mujer, esta exposición recorre más de medio siglo de imágenes protagonizadas por mujeres, en un período, entre finales del XIX y mediados del XX, en que su representación en el arte mostrará, como reflejo de las realidades sociales contemporáneas, un cambio de paradigma. El punto de vista exclusivamente masculino y misógino se enfrentará al cuestionamiento planteado por la mirada femenina sobre su propia identidad. De sujetos pasivos y sexualizados, las mujeres se convertirán en referentes de emancipación y libertad. Las perversas femmes fatales finiseculares, iconos de una sexualidad destructora, dejarán paso a las modernas, cuya perversidad reside en su oposición al orden establecido, por su reivindicación de un espacio propio que sacude los cimientos de una sociedad históricamente patriarcal y en plena revolución transformadora.
 
Georges Clairin, Sarah Berhardt, 1880-1885
 
 
El punto de partida es el estereotipo de la femme fatale, una creación del decadentismo y simbolismo a finales del XIX que, a través de figuras bíblicas, mitológicas, históricas o literarias, asimila lo femenino con una belleza maldita, el pecado o la muerte. Con el arte de vanguardia, estas pérfidas seductoras tomarán el aspecto de mujeres de carne y hueso: las musas y modelos de los artistas, famosas actrices, excéntricas socialités, lánguidas burguesas o las majas españolas. Desnudas o vestidas, en poses sugerentes o impasibles, imponentes y subyugantes, estas mujeres encarnan el poder del deseo. La ruptura de estas visiones misóginas de la sexualidad femenina la plantearán artistas como Suzanne Valadon, con una mirada desprejuiciada al desnudo femenino como algo cotidiano.
 
Suzanne Valadon, Mujer con medias blancas, 1924
 
 
El carácter terrenal de esos nuevos ídolos de perversidad desciende incluso hasta los bajos fondos de la sociedad moderna. Cabarets, cafés y prostíbulos ofrecen a los artistas de la bohemia parisina modelos de bajo coste, unas sórdidas Venus convertidas en los referentes del erotismo de una sociedad urbana en la que la prostitución conocerá un extraordinario incremento. La fealdad, lo grotesco, lo macabro o la reflexión dramática sobre este degradado universo convivirán con la fascinación eterna por lo femenino. La sexualidad desinhibida de estas reinas del abismo y el magnetismo de las femmes fatales se conjugarán en la belle époque en una estética difundida por la moda y la publicidad, consumida por la burguesía y la alta sociedad, por mujeres que, liberadas de su papel tradicional en la sociedad, reclaman nuevos roles y rechazan las convenciones.
 
Xavier Gosé, El sombrero de tul, 1999
 
 
El escenario final de esta iconografía femenina lo protagonizan mujeres emancipadas, creadoras, transgresoras, independientes, epítomes de la nueva mujer que a lo largo de la primera mitad del siglo XX lucha por tener una voz propia. Junto a musas de la vanguardia, como Kiki de Montparnasse o Gala Dalí, e iconos de la revolución en la moda femenina como Coco Chanel, esta sección da cabida a mujeres que invaden espacios antes vedados o limitados para ellas. Y, sobre todo, destaca la mirada de la mujer artista sobre lo femenino; una perversa transgresión de las reglas de un juego que ha dejado de ser, como hoy, exclusivamente masculino.
 
Julio Romero de Torres, Mujer con pistola, 1925
 


MÁS INFORMACIÓN

miércoles, 24 de julio de 2019

MUSEO DE PONTEVEDRA




                                 A Exposición.

                  Master en Arte Contemporáneo.

                       Creación e Investigación


Con el título de “A Exposición”, el alumnado del  Master en Arte Contemporáneo de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra muestran en el Sexto Edificio del 27 de junio al 28 de julio su trabajo final.
 
Detrás de las obras de los diez artistas  que se muestran en esta muestra, en la que colabora el Museo de Pontevedra desde hace años, se esconden muchas horas de clase, consejos y orientaciones de las tutoras y tutores, encuentros con artistas y personas del ámbito de la investigación, trabajos de taller…
 
Chelo  Matesanz y Juan Carlos Román, docentes de este  Master en Arte Contemporáneo, coordinan esta muestra.

 








 

martes, 23 de julio de 2019

ENTRE TRADICIÓN Y VANGUARDIA



“Libres y decisivas”, artistas rusas en el Museo Ruso de Málaga.




El Museo Ruso de Málaga acoge “Libres y decisivas. Artistas rusas, entre tradición y vanguardia”, que se podrá visitar hasta el 8 de septiembre. Esta exposición mezcla obras de artistas rusas que se pudieron desarrollar libremente durante el periodo de las vanguardias pero también obras de autoras rusas que lo tuvieron más complicado en otras épocas pero que aun así, llevaron a cabo su vocación. También incluye obras de artistas contemporáneas. Muchas obras provienen de los fondos del Museo Ruso de San Petersburgo.
 
La modernización de la sociedad rusa de comienzos del siglo XX dio lugar a la incorporación de la mujer en nuevos ámbitos, tradicionalmente reservados a los hombres, sobre todo el ámbito de la cultura y el arte.
 
Desde los encuentros y exposiciones vanguardistas hasta las asociaciones tuteladas por el régimen soviético, pasando también por la asociación Sota de Diamantes o el grupo UNOVIS, podremos encontrar nombres de mujeres pioneras tan importantes como Goncharova, Popova, Ekster o Dimshits-Tolstáia.
 
Natalia Goncharova

Fue una de las máximas exponentes del cubofuturismo, una de las corrientes vanguardistas rusas. Se inspiró en el arte folclórico ruso, a los que incorporó elementos del fauvismo y del cubismo. Junto a su marido y también pintor Mijaíl Lariónov desarrolló el rayonismo. Juntos, organizaron la famosa exposición “La Cola del Burro”, que rompió con todo lo establecido e instauró una escuela independiente rusa de arte moderno. También fue miembro del grupo Der Blaue Reiter, junto a Kandinski, y de la asociación Sota de Diamantes. También diseñó trajes y decorados para los Ballets Rusos.

Liubov Popova

Fue una pintora vanguardista rusa asociada al cubofuturismo. al suprematismo y al constructivismo soviético. Usó gran variedad de temáticas en sus obras: paisajes, figuras humanas, desnudos, retratos, naturalezas muertas, formas geométricas…a través de diferentes técnicas como pinturas, dibujos, relieves, cartas pintadas, telas… Se caracterizó por sus composiciones arquitectónicas y estuvo fuertemente influenciada por Malévich.

Aleksandra Ekster

Pintora y diseñadora vinculada también al suprematismo, al cubofuturismo y al constructivismo, pero con gran influencia del art déco. Fue una de las mujeres vanguardistas que más experimentó, desde trabajar en las cooperativas artesanas campesinas hasta ser diseñadora de vestuario de ballet o una de las principales diseñadoras escénicas del Teatro de Cámara de Alexander Tairov. Decoró las calles de Kiev y Odesa en estilo abstracto para las Festividades de la Revolución y los pabellones de la Exposición de Todas las Rusias.
 




 


 
 
 

jueves, 18 de julio de 2019

INÉDITOS




La Casa Encendida de Fundación Montemadrid acoge la XVIII edición de la convocatoria Inéditos 2019

Sala A, Sala B, Sala C



La Casa Encendida presenta las exposiciones de Inéditos 2019 que reúne los proyectos de tres jóvenes comisarios menores de 35 años. El programa Inéditos fomenta la inserción de los jóvenes comisarios en los circuitos profesionales, facilitando a los seleccionados la posibilidad de producir su primera exposición y editar un catálogo del conjunto de la muestra. En sus diecisiete ediciones, La Casa Encendida ha apoyado a más de 50 comisarios noveles contribuyendo a la difusión de sus trabajos. En esta ocasión, el jurado, compuesto por Mery Cuesta, crítica de arte y comisaria, João Laia, comisario jefe de Kiasma (Helsinki) y Yolanda Romero, jefa de Conservación del Banco de España, ha premiado los siguientes proyectos:
 
  • La Pista. Comisario: Lorenzo García-Andrade (Madrid, 1991). (Sala A)
 
 
  •  
    A través de la creación de una pista de pádel, La Pista propone incorporar a un centro cultural la función de centro deportivo. La Pista es una pista. Una pista de pádel dentro de la Sala A de exposiciones de La Casa Encendida. Una pista normal, con sus medidas propias y materiales reglamentarios correspondientes. Pero no es solo una pista, es la creación del centro deportivo La Pista, es el encuentro y convivencia del funcionamiento de un centro cultural con el funcionamiento de un centro deportivo.
  •  
    La Pista se presenta como la posibilidad de un espacio para la incertidumbre. Los elementos que la regulan y formalizan no constituyen por tanto un todo cerrado, no siguen una lógica argumental del tipo inicio-desarrollo-desenlace que se pueda establecer a priori a través de herramientas discursivas. Es un proceso que se mantiene inconcluso hasta el final de la muestra. La Pista no termina de realizarse hasta que termina la exposición, porque no es solo la instalación de la pista, sino que es todo lo que emerge en torno a su activación. La Pista es todo el orden de situaciones que posibilitan su uso y que se desencadenan a partir de él. Es una pieza que reflexiona desde su condición de instalación, ejerciendo una presión como sistema sobre el sistema en el que se ha implantado, y cuya duplicidad de usos pone en crisis el papel de los distintos agentes y la naturaleza de la obra, pues ambos, el centro cultural y el centro deportivo, son espacios normados pero sujetos a diferentes normativas.
  •  
    Desde un deseo de investigar sobre los márgenes de los desconocidos, de las relaciones entre sistemas diferentes y las posibilidades de los formatos del arte, se han incorporado varias líneas de investigación y prácticas artísticas que se han materializado en una única pieza. Queda, de esta forma, diluida la división entre pieza, exposición y discurso; así como la de comisario, artista, espectador y activador porque esta operación es llevada a cabo por un grupo de agentes que, invitados por Lorenzo García-Andrade, se unen a él para observarse como grupo en torno a un elemento que les ocupa, un objeto de cohesión. En vez de varias obras de distintos autores que son atravesadas por una investigación, los distintos discursos y líneas de investigación de los autores conforman una sola pieza. El concepto de autoría se desplaza en la pieza única al no saber señalar cuándo termina la contribución de un agente y cuándo comienza la de otro.
  •  
    De la misma forma, al hacer convivir un centro cultural con un centro deportivo con sus órdenes de funcionamiento y la incorporación de una instalación dentro de otra, se mezclan los espacios y confunden sus límites: los jugadores dentro de la pista deportiva y a su vez dentro del centro cultural, los espectadores fuera de la pista pero aun así dentro del centro deportivo; vemos tensarse ambos a diferentes niveles, se juntan distintos hardwares. Jugar, ver jugar, la vestimenta, la reserva de la cancha o el peloteo son elementos que proyectan la acción como una única vivencia establecida sobre la duplicidad de protocolos en la que no es reconocible qué es pieza artística, qué es cotidianeidad, qué es gestión de un centro cultural, qué es administración de un centro deportivo, como tampoco es identificable qué es predicho y qué es espontáneo.
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    Si Extremoduro dice “no valgo para estar metido en un puré, me gusta mi sabor”, este proyecto va de todo lo contrario. De estar en el puré, de lo metacolectivo. Va de estar en puré, pero también de hacer puré. Solo hay una, algunas, pistas.
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    Participan: María Buey, Javier Cruz, Elgatoconmoscas, Carmen García, Jacobo García, Javier Garralda, Andrea González, Jovendelaperla, Juanito Jones y Taller de Casquería.
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    Reservas y más información en la web de La Pista.
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  • VIRAL IDENTITIES Comisaria: Inés Muñozcano (Madrid,1989). (Sala B)
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    La idea de que internet es un espacio democrático de tamaño y alcance globales provoca cierta sensación de estabilidad al 53% de la población mundial que lo utiliza; tal es el efecto del pluralismo en todos los sistemas políticos: es gratificante asumir que internet está diseñado para un comportamiento auténtico, en el que cada persona siendo una misma, pueda obtener gran reconocimiento acumulando clicks.
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    La exposición y comunicación en las redes sociales fomenta que percibamos nuestra identidad, entendida como el conjunto de rasgos que nos caracteriza, de una manera nueva y con un fuerte componente relacional cuya autenticidad rara vez se cuestiona. Como resultado, los internautas hemos modelado una manera diferente de existir en el mundo, replanteando la ontología de la imagen e incorporando internet en el contexto histórico de las performances fotográficas. Si bien es verdad que el contenido digital engendra el cambio hacia una verdad más descentralizada a la par que mainstream, también lo es que las identidades virtuales comunes –lo mismo que las virales– rara vez son trascendentes: la información en internet fluye casi de manera unidireccional. Las firmas que tienen el poder dirigen ese flujo a través de tendencias sociales y estéticas, practicando una apropiación despiadada y evitando deliberadamente el contacto con culturas o realidades diferentes que sean capaces de impulsar cambios internos en las sociedades contemporáneas. La estética genérica se impone como principal estructura de conocimiento reforzando internet como un lugar con poca diversidad y con acceso solo para la mitad más privilegiada del mundo.
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    Este paisaje hegemónico es fértil para la creación artística, un ámbito certero para la disidencia. Existe una necesidad intelectual de confrontar o visibilizar una realidad aparentemente democrática pero que es en verdad capitalista y patriarcal, gordófoba, misógina, racista y transfóbica. En consecuencia, los artistas que tienen presencia online utilizan la red para producir y diseminar prácticas críticas más o menos radicales. Lo hacen sirviéndose de la viralidad y de sus recursos estéticos, quebrantando la norma no escrita que dicta centrarse en la mera comunicación por encima del contenido que se comunica.
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    Artistas participantes: Angelo PlessasJon RafmanTabita Rezaire y Amalia Ulman.
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  • Un amor salvaje que arruina nuestra paz. Comisario: Sergi Álvarez Riosalido (Sabadell, 1992). (Sala C)
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    Un amor salvaje que arruina nuestra paz es una propuesta curatorial que investiga las posibilidades de introducir, a través de la práctica artística, aquello que el discurso capitalista rechaza en todo momento y que el psicoanalista Jacques Lacan detectó y nombró como “las cosas del amor”. En el discurso capitalista, donde todo es aparentemente posible y en el que desaparecen los límites, un cierto amor puede irrumpir como el desestabilizador de un totalitarismo imperante.
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    Poniendo un énfasis especial en un amor que hace presente la imposibilidad de la relación sexual, de la completa y perfecta unión con el otro, y que, a su vez, evita transformar las cosas en mera forma de mercancía, se pretende plantear posibilidades de resistencia a un sistema que es pura pulsión de muerte. Para ello se presentarán propuestas que, a través de un amor que no busca hacerse uno, intente acabar con las lógicas de cálculo y ganancia así como con las relaciones de poder.
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    En su obra Détruire, dit-elle (1969), Marguerite Duras ideó unos personajes que reivindicaban la destrucción del mundo como única posibilidad de salvación para la humanidad. Sin embargo, el alcance revolucionario del texto se comprende cuando el movimiento de morir infinito se da a través de un gesto amoroso, de la defensa de un amor no posesivo que pasa por el cuidado al otro en tanto que alguien e incluso algo completamente distinto a uno mismo. Maurice Blanchot haría una lectura realmente reveladora de este doble movimiento entre amor y destrucción, que abre la posibilidad a una verdad desconocida, al territorio de lo extraño, esa aparición que arruina nuestra paz. Este amor estaría en las antípodas de un amor que de dos quiere hacer uno.
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    El proyecto se desarrolla a través de tres ideas fundamentales: el amor, la destrucción y el cambio de un estado a otro provocado por la conjugación de los dos primeros. El amor que se aborda en esta exposición se califica como salvaje porque es un amor que no se controla ni domina. Este amor tiene que ver con un saber de la imposibilidad, con un sostenerse en lo imposible y en lo más singular de cada uno. La destrucción, aquello que arruina nuestra paz, es resultado de la irrupción de un amor con estas características. Como señala Blanchot, “hay que amar para destruir”. Sin embargo, se apresura a matizar el carácter de este destruir: esta destrucción ofrece una inmensidad vacía, un salto a lo desconocido e impredecible. Esta intervención es el salto mortal que provoca el cambio, que lleva de una situación a otra.
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    Las obras propuestas inciden de diferentes maneras en estas ideas manteniendo estos tres puntos mencionados (amor, destrucción, cambio), los cuales son imprescindibles para abordar esta dinámica y este amor que, en cierto modo, hace presente una castración –en términos psicoanalíticos– que el capitalismo niega. Para elaborar esta mise en abyme se ha tomado como núcleo discursivo la obra de Marguertie Duras, en la que estos elementos se articulan a través de sus textos, pero al mismo tiempo se ha expandido temporal, espacial y artísticamente en otras manifestaciones y obras.
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    Artistas: José Ramón Ais, Diana Artus, Javier Campano, Vera Chytilová, June Crespo, Marguerite Duras, Vladimir Ilich Lenin, Gabriel Mejía Abad y Laura Torres.





 
 

sábado, 13 de julio de 2019

EXPOSICIÓN PERMANENTE EN SANTANDER



Retratos: Esencia y Expresión en el Centro Botín

Mujer de rojo (1931). Daniel Vázquez Díaz
Jaime Botín cede parte de su colección de arte a la Fundación Botín para que se exponga de forma permanente en el Centro Botín.
 
Desde el pasado día 23 de junio el Centro Botín expone de forma permanente, en una sala de su primera planta, una selección de obras maestras del siglo XX provenientes de la colección de arte de Jaime Botín.
 
Las obras que Jaime Botín ha cedido a la Fundación Botín, de la que es Patrono, son: Femme espagnole (1917) de Henri Matisse; Self Portrait with injured eye (1972) de Francis Bacon; Arlequín (1918) de Juan Gris; Al baño. Valencia (1908) de Joaquín Sorolla; Mujer de rojo (1931) de Daniel Vázquez Díaz; Figura de medio cuerpo (1907) de Isidre Nonell; El constructor de caretas (1944) de José Gutiérrez Solana y Retrato de mi madre (1942) de Pancho Cossío. Además, asociada a esta cesión, que tiene una duración inicial de cinco años renovables, Jaime Botín también donará 1M€ anuales para cubrir los gastos de mantenimiento y conservación de las obras, así como para contribuir al programa artístico y a la misión social del Centro Botín.
 
Femme espagnole (1917) Matisse
 
María José Salazar, miembro de la Comisión Asesora de Artes Plásticas de la Fundación Botín y experta en arte del siglo XX, ha trabajado estrechamente con el propietario para interpretar este conjunto de obras y escribir el texto introductorio de la nueva sala, así como los textos explicativos de cada una de las obras. “Retratos: Esencia y Expresión” será el título del conjunto.
 
Cronológicamente, esta selección de obras refleja casi en su totalidad el arte del siglo XX, iniciándose con Figura de medio cuerpo, creada por Nonell en 1907, y cerrándose con Self Portrait with injured eye, pintada por Francis Bacon en 1972. Además, une obras de artistas españoles de muy alto valor plástico pero de escaso reconocimiento fuera de nuestras fronteras con otras de creadores internacionales considerados punteros en el desarrollo del arte del siglo XX. Así, conformada en torno al gusto personal de su propietario, nos encontramos ante un selecto conjunto con evidentes nexos de conexión que nos permiten adentrarnos en su particular microcosmos.
 
Self Portrait with injured eye (1972) Francis Bacon
 
Todos los artistas se formaron en los años finales del siglo XIX y principios del siglo XX, un periodo complejo por su ruptura con la tradición y en el que se genera una rica actividad artística, con un amplio abanico de estilos que están presentes en esta colección: el modernismo con Nonell,  el fauvismo con Matisse, el cubismo con Juan Gris, la figuración lírica con Cossio, el realismo con Solana, el neocubismo con Vázquez Díaz, el iluminismo postimpresionista con Sorolla o la nueva figuración, de fuerte carácter expresionista, de Bacon.
 
Las obras seleccionadas presentan tres rasgos comunes que definen y personalizan el conjunto: máxima expresión a través del color y la luz, utilización de la figura como medio de comunicación e hilo conductor y, por último, el retrato, que constituye la esencia del conjunto.
 
La paleta es la nota dominante en todas las obras y lo que mejor las define: en todas ellas las tonalidades y los juegos de luces, utilizados para trazar la figura, están al servicio de un modo magistral de la expresión, que es el elemento que unifica la colección.
 
El retrato es el tema preferido del coleccionista, que considera que en su ejecución es donde se aprecia mejor la capacidad del artista, que ha de poner en juego su propia sensibilidad para mostrarnos al personaje y su estado de ánimo, además de su aspecto físico.
 
La Fundación Botín está convencida de que esta nueva sala, cuya apertura es posible gracias al compromiso de uno de sus patronos, potenciará de forma muy significativa el proyecto del Centro Botín justo cuando se cumple un año de su apertura. Será un hito importante que sin duda contribuirá a que el centro de arte siga cumpliendo su misión social: despertar la actitud y la capacidad creadora, facilitando a todos los públicos el acceso y la convivencia con las artes, utilizando su enorme potencial para desarrollar su inteligencia emocional y su creatividad.
 
Además, esta apertura coincide con una nueva presentación de la colección de la Fundación Botín, que bajo el título “El Paisaje Reconfigurado”, también podrá visitarse a partir del 23 de junio en esta primera planta del volumen expositivo del nuevo centro de arte santanderino. Esta muestra acogerá una amplia selección de obras de la colección de la Fundación Botín, conviviendo tanto trabajos de artistas de relevancia internacional que han dirigido uno de los Talleres de Artes Plásticas de la Fundación Botín en Santander, como obras de aquellos que desde hace 25 años se han beneficiado de una de las Becas de Artes Plásticas de la Fundación Botín.

 
 
 
 

martes, 9 de julio de 2019

EXPOSICIÓN EN VIGO




Dorda y Solsona inauguran la muestra:

                                                  "O corpo na mirada"





Los artistas Yolanda Dorda y Sandro Solsona acaban de inaugurar en el espacio Cubo (Doctor Cadaval, 17 Bajo) su muestra "O corpo na mirada". Se trata de una exposición pictórica que está enmarcada en el ciclo "BigoVarcelona" y gira en torno al acto de ver.
Yolanda Dorda se formó como escultora pero los pinceles se convirtieron poco a poco en su medio expresivo. Vive y trabaja en A Coruña. Ha realizado exposiciones, tanto colectivas como individuales, en diferentes salas e instituciones de la Península.
 
 Sandro Solsona, brasileño de nacimiento y catalán de adopción, trabajaba en el campo de la publicidad y el diseño. Finalmente, en Barcelona, decide dedicarse exclusivamente a la creación de imágenes.
 

Ojos que miran al que debe mirar a través de obras que observan al público. Esta es la filosofía de la nueva exposición que  se inauguró en Cubo (Doutor Cadaval, 17). El espacio multidisciplinar, dirigido por Alfons Freire, volvió a levantar un puente creativo entre Galicia y Cataluña con la segunda entrega del ciclo expositivo “BigoVarcelona”. En esta ocasión, comparten protagonismo dos artistas plásticos: uno de aquí, la coruñesa Yolanda Dorda y otro de allá, Sandro Solsona. “Nos presentan algunas de las pinturas más recientes en un diálogo entre los extremos de la península, que esperamos sea sugerente y atractivo para el espectador”, explica el responsable de la sala. En ambos casos, los artistas trabajan en torno a la mirada, los ojos y la dicotomía entre observar y ser observado.


“Habitualmente la pintura son imágenes que miramos, que contemplamos; son objetos pasivos que recogen nuestra mirada; en esta exposición, las paredes se llenan de ojos y son las imágenes las que nos miran”, apunta Freire.

 Así, como en otros ocasiones, la muestra se distribuye a través de las tres paredes de la sala. Dorda da la bienvenida al espectador con un conjunto de retratos seriados, donde pequeños matices en el maquillaje o en los gestos, distorsionan la armonía, llamando la atención del espectador que no puede escapar a la mirada directa de la modelo.
 
 
 
 

 El espacio central está reservado a Sandro Solsona. Con piezas de menor tamaño, donde los marcos toman protagonismo, el artista se centra en los ojos y desvinculándose del resto. Humanos, animales, reales o ficticios, destaca los ojos sobre el rostro. La gestualidad y la emotividad llega a través de un golpe de vista.

 Para cerrar, una nueva obra de Yolanda Dorda. En gran formato, con áreas desdibujadas, una imagen otra vez inquietante atrae la atención del visitante.