viernes, 31 de julio de 2020

NELSON VILLALOBOS





"Blanquísima su presencia". Obra 1995-2020 de Nelson Villalobos


 
La exposición de Nelson Villalobos en el Museo del Mar tendrá una segunda vida al otro lado del océano. Una parte sustancial de "Blanquísima su presencia" se mostrará en La Habana el próximo año. El director xeral de Políticas Culturais de la Consellería, Anxo Lorenzo, realizó el anuncio ayer durante el acto de presentación del catálogo antológico del pintor cubano-vigués, que contó con una nutrida presencia. La exposición, impulsada por la Xunta, afronta el último fin de semana de puertas abiertas al público después de dos meses. La directora del museo, Marta Lucio, calificó de "gran éxito" la muestra que durante este tiempo congregó la presencia de numerosos visitantes, y vaticinó una respuesta similar cuando se instale en la capital cubana.
 
"Blanquísima su presencia" es la particular visión creativa de Nelson Villalobos de la relación estrecha, casi hermana, entre Galicia-Vigo y Cuba-La Habana, dos territorios unidos, y separados, por un océano.
 
La publicación presentada ayer, de casi 350 páginas, es, en palabras de Lorenzo "mucho más que un catálogo a uso, es un catálogo de los de antes". En él se recoge gran parte de la trayectoria artística de Villalobos con obras de sus diferentes etapas y que revelan con precisión el rumbo creativo de un "artista fragmentado".
 
Como explicó Pablo Villalobos, hijo del artista, comisario de la muestra y factótum del catálogo, Villalobos "son muchos artistas en una misma persona y eso se aprecia perfectamente en 'Blanquísima su presencia', pero resulta más evidente en la edición del catálogo, en donde nos sorprenderemos con obras que son toda una explosión de color y también con su tratamiento sutil pero poderoso del blanco y negro en otras".
 
La publicación cuenta con las aportaciones de prestigiosos críticos que interpretan, analizan y reseñan el quehacer, incluso el alma, pictórico de Nelson. Entre ellos varios poetas (Javier Villaseñor, Ángel Escobar, Ignacio Gómez Liaño...) que dan fe de la estrecha relación que guarda la obra villalobiana con la poesía. En uno de los textos, el mexicano Javier Villaseñor apunta una de las claves de su producción plástica: "El artista concibe a la realidad como un universo de fragmentos, porque todo es fragmentario: el tiempo, el espacio, la vida la memoria y la conciencia, una existencia metamorfoseada, pero también múltiple y opuesta".
 
Y, en otro momento de su escrito en el que aborda la visión de Nelson del mar, asegura: "Sus aguas marinas son femeninas: receptoras, calmas y generadoras. Como el mar y el río, aun cuando éste fluja, son horizontales: no son las aguas verticales de las cataratas, la aguas masculinas que se mueven, que caen bruscamente, que horadan y penetran...[...] Las aguas pacíficas y pacificadoras, creativas y generadoras de Villalobos son femeninas... Sólo el agua puede acunar y arrullar como una madre".
 
 
Blanquísima su presencia es una exposición en la que se muestran más de 40 obras del artista cubano Nelson Villalobos, con residencia en Vigo, creadas en el período comprendido entre el año 1995 al 2020, una de ellas un impresionante mural hecho en exclusividad para esta exposición.
 
 
 

 

CARMEN LAFFÓN



Una artista sevillana





Nacida en Sevilla en 1934, la aptitud para el dibujo de Carmen Laffón despunta desde niña y con doce años empieza a asistir a las clases del artista Manuel González Santos. Con solo 19 años, termina sus estudios de Bellas Artes en Madrid. Gracias a una beca del Ministerio de Educación, vive un tiempo en Italia, donde le es concedido el Premio Vía Frattina. De vuelta en Madrid, expone en Galería Biosca y conoce a la galerista Juana Mordó, a la que la unirá desde entonces una gran amistad además de la relación profesional.
 
Junto a Teresa Duclós y José Soto, en 1965 crean la galería sevillana La Pasarela dirigida por Enrique Roldán- y El Taller, donde imparten clases de dibujo, pintura y grabado. Tras residir en Madrid de nuevo durante unos años, se incorpora a la cátedra de dibujo al natural de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. En 1975, expone en la FIAC de París la serie "Armarios", y en 1982 el Ministerio de Cultura le otorga el Premio Nacional de Artes Plásticas.
 
En 1989 finaliza uno de sus encargos más relevantes, recibido por el Banco de España: los retratos de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Entre otras importantes exposiciones realizadas en la década de los noventa, destacan la retrospectiva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, FOCUS, Sevilla y Palacio Episcopal, Málaga. En 2003, una exposición itinerante con sus esculturas, pinturas y dibujos recorre Filipinas, Corea del Sur, Montevideo y Roma.
 
En 1997 es elegida académica de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que ingresará con el discurso "Visión de un paisaje". Inicia en esos años un período de activa producción escultórica y recibe numerosos reconocimientos a su obra, como la Medalla al Mérito de las Bellas Artes (1999) y el premio Tomás Francisco Prieto de la Fundación Casa de la Moneda.
 
 
En 2004, expone en la Galería Leandro Navarro "El estudio de la Calle Bolsa" y en el año 2007 "Carmen Laffón en Silos. La Viña". Abadía de Santo Domingo de Silos, MNCARS, Burgos.
 
Algunos de los museos y colecciones públicas que acogen la obra de Carmen Laffón son el Banco de España, British Museum, Fundación Casa de la Moneda, Metropolitan Museum of Art de Nueva York y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
 
Coria del Río

Cepas

Hojas y sarmientos

La novia
 
 

miércoles, 22 de julio de 2020

NIGEL VAN WIECK




Nigel Van Wieck, el Hopper del siglo XXI que captura la soledad del individuo cuando más conectados estamos  

María Yuste Navarro (Tendencias) 

 
 
 
Las pinturas de Nigel Van Wieck podrían describirse como la obra de un Hopper moderno: mujeres iluminadas por la luz de su Mac en la penumbra de su habitación, viajeros pensativos en el metro, turistas solitarios en un entorno que parece desértico cuando en realidad debería estar abarrotado... Y es que en los cuadros de Wieck, la melancolía y la soledad son un personaje más.
 
Nigel Van Wieck nació en Bexley, Kentel, Reino Unido, en 1947 y estudió en Europa, conociendo la obra de los grandes maestros, sus estilos y estética hasta desarrollar la suya propia. 
 
 
No obstante, se mudó a Estados Unidos en el año 1979, donde recibió la influencia de los realistas norteamericanos contemporáneos. Inevitablemente, se acabó convirtiendo en uno de ellos y lleva más de tres décadas explorando las posibilidades de esta corriente  en Nueva York, donde vive y trabaja.
 
 

 El artista suele pintar directamente con el óleo o pintura al pastel sobre el lienzo. Se inspira directamente de escenas de la vida real, como un fotógrafo que consigue capturar con su objetivo un instante pasajero de belleza.
 
 
Aunque, cuando prepara una obra, lo hace observando a sus modelos y se vale de fotografías, su mejor fuente de inspiración es la memoria y es que, una de las máximas del pintor es que "la realidad es mucho mejor cuando se imagina".
 
 

Sus escenas cotidianas parecen narraciones. Una historia y una realidad que se presentan in media res y de la que tenemos que imaginar el nudo y el desenlace, representado con un juego de luces y sombras muy característico sobre el lienzo.
 
 
Desde finales de los 80, realiza series temáticas como Working Girls, jugadores y baile. Además, en 1995 expuso en la Exposición del Centenario del Bienal de Venecia y su obra es muy cotizada por coleccionistas de todo el mundo.
 
 
 



EXPOSICIÓN EN PALMA DE MALLORCA




ANA VIEIRA. EL HOGAR Y LA HUIDA

 

 

 

Ana Vieira. El hogar y la huida es la primera exposición individual a nivel internacional de la artista portuguesa (Coïmbra, 1940 – Lisboa, 2016) fuera de su país natal. A través de un conjunto de obras de diferentes formatos, Vieira establece un diálogo con el espacio doméstico y el tejido social, reflexión que lleva a cabo, en algunos casos, a través de una metáfora con el propio lenguaje artístico. La arquitectura se devela como estructura a partir de la cual plantear cuestiones que abarcan desde la situación de la mujer en el hogar al debilitamiento del entramado social a raíz de la crisis financiera de 2007-2008.
 
Comisariada por Imma Prieto, directora de Es Baluard Museu, la muestra analiza los diferentes modos mediante los que Ana Vieira profundiza en la observación de las relaciones entre, por un lado, los seres humanos y, por otro, los objetos y espacios con los que conviven. Su obra establece una dialéctica entre lo visible y lo invisible, entre lo exterior y lo interior o, incluso, entre la pausa o el movimiento. Simultáneamente, su trabajo interroga la fragilidad de lo que denominamos políticas de lo doméstico.
 
La mirada y la presencia del espectador se ven modificadas por el desafío que emerge de su trabajo. Es el espectador quien decide qué ver o qué no. Asimismo, sus intereses se han vinculado a una necesidad de transgresión de límites constante, tanto a un nivel semántico como espacial. Desde la década de los sesenta desarrolla un conjunto de propuestas por las que paulatinamente va introduciendo nuevos retos: el marco o soporte, el objeto, el perímetro, el volumen, la invisibilidad y el movimiento. El visitante transita a través de recorridos físicos y mentales, transformando su óptica y su relación con la obra y el espacio.

Una de las obras de Ana Vieira que forman parte de la exposición 'El hogar y la huida'.

Ana Vieira
 
Su reflexión en torno al hogar, atravesada por una multiplicidad de significados y significantes, se ve ampliada a partir del momento en que introduce intereses y problemáticas sociopolíticas. El gesto de salir fuera no es sencillo ni simple. Una vez que el hogar se abre al exterior, ¿qué encontramos? ¿qué nos deparan la calle y la plaza?
 
El proyecto invita a reflexionar sobre cómo la artista, desde sus inicios y utilizando lenguajes y soportes diversos, plantea una serie de procedimientos que nos sitúan en el umbral y nos aproximan a una transgresión del mismo. Sus marcos de acción aluden al diálogo entre la persona y el espacio, sea éste artístico, arquitectónico o social. Su objetivo es el de mostrar los mecanismos que delimitan nuestra cotidianeidad, es decir, dar visibilidad a la relación del sujeto y su contexto.
 
Su trayectoria, a lo largo de más de cincuenta años, se erige como una de las más sólidas y audaces a la hora de pensar en correlaciones y responsabilidades. Vieira, con una magistral sutileza, vehicula arquitectura y lenguaje artístico para establecer nuevos modos de pensar la situación en la que viven millones de seres humanos en todo el mundo, especialmente mujeres. No solo por ser las responsables de la organización de la mayoría de los hogares, sino por ocupar un lugar de fragilidad superior en los momentos en los que el sistema que, en teoría, nos mantiene, fracasa.
 
“Escribir acerca de Ana Vieira es apelar también a la nostalgia, a la soledad con la que conviven y han convivido esas generaciones de mujeres que habitan hogares sin más compañía que los objetos. Mujeres que construyen identidad individual y colectiva sin ser reconocidas. Su obra, en este sentido, es un homenaje. Incalculables instantes se agrupan no solo en la ejecución de cada uno sus trabajos, sino en todo aquello que vienen a significar. Esa soledad, como ella nos recuerda en una de sus últimas declaraciones en 2014, se traduce también en abandono social. En la desidia con la que los poderes económicos gestionan la vida de los ciudadanos. Salir, huir, escapar, correr. Como las muchachas que habitan los muros y desaparecen tras ellos”, dice Imma Prieto en su texto curatorial.
 
Es Baluard Museu d’Art Contemporani, Plaça de la Porta de Santa Catalina, 10, Palma de Mallorca, Islas Baleares, España
 
HASTA EL 30 DE AGOSTO
 
 

sábado, 11 de julio de 2020

VERANO Y ARTE




12 artistas que han sabido capturar en sus cuadros la esencia del verano y nos trasladan a él  



No sabemos cómo será el verano que dará comienzo en poco más de un mes, solo que será diferente. No obstante, hay cosas que ninguna pandemia podrá modificar: el calor extremo, la luz intensa, los días tan largos... Muchos artistas se han sentido atraídos por el verano como modelo a lo largo de la historia del arte. Sus representaciones cobran ahora más valor que nunca ara ayudarnos a recordar todas las bondades de la estación del año que es sinónimo de vida y diversión.

 

Vacaciones en la playa

La playa es el primer lugar que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en el verano. La sensación de la arena entre los pies, la brisa salada, el primer golpe del mar que nos baja de golpe la temperatura corporal, esa acústica especial en la que lo lejano suena cercano y lo cercano lejano... La costa es un escenario que ofrece un imaginario que ha inspirado a artistas  de todas las épocas y partes del mundo. Sin irnos muy lejos, en España tenemos a Joaquín Sorolla, cuyos cuadros capturaron a finales del siglo XIX y principios del XX la luz especial del Mediterráneo mejor que cualquier foto.

 
Niños en la playa, 1906
Niño Pescando, 1905
Paul Ferney está especializado en pintura al óleo y sus obras destacan por su poder de transportarte casi por arte de magia a su playa favorita. Se caracteriza por un estilo predominantemente impresionista a base de trazos amplios.

 

 
Hopper retrató a mediados del siglo XX el estilo de vida estadounidense dentro y fuera de las áreas urbanas. Aunque viviía y trabajaba en Nueva York, pasó sus veranos de madurez en Cabo Cod, Massachusetts, donde se hizo un estudio soleado y apartado con vistas al océano.
 
Sea Watchers, 1952

Rooms by the Sea, 1951
 
Degas reprodujo este cuadro en sus estudio, guiado por la memoria. Es por ello que se trata de una escena menos natural y realista que las anteriores y la apariencia de sus personajes es más estática y rígida. 

Sur la plage, 1876-77
 
 
El impresionista Monet se traslada a SainteAdresse en el otoño de 1866 y en la playa de SaintAvray pinta varias escenas marinas. 
 
La playa de Sainte-Adresse, 1867

La playa en Trouville, 1870
 

La piscina

Hay dos tipos de personas en el mundo: las que prefieren bañarse en el mar o las que prefieren la piscina, con su cloro, sin riesgos de que nos pique una medusa y ahorrándonos el que se nos meta arena hasta en el carnet de identidad. Jessica Brilli es una artista contemporánea cuyo trazo tiene reminiscencias de Hopper con sus líneas rectas y su estética de realismo americano del siglo XX. Las piscinas están muy presentes en su obra, sobre todo cuando nadie las está usando.
 

 
Lo mismo sucede con Darek Grabus, que nos transporta a la soleada California con sus paisajes de piscinas.
 
 
 
 
 
 

Paseos por jardines en flor

Con el buen tiempo llegan todos los planes al aire libre que no podemos hacer durante el invierno. De entre ellos, la estrella son los picnics en el campo o en parques como el de la Ciudadella en Barcelona o el Retiro en Madrid. O simplemente salir a pasear por ellos y sentarse a contemplar la vida en el césped y leer. Un ejemplo perfecto del relax que traen días así lo encontramos en la pintura más famosa de Georges Seurat. El retrato de un soleado domingo en el París de finales del XIX.
 
Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, 1884
Con esta bonita estampa de Turner, directamente desde el Romanticismo, podemos imaginarnos que visitamos Florencia en una tarde de junio con todo el aroma de la vegetación en flor. Se respira paz y belleza.
 
Florence from near San Miniato, 1828
El idilio de Monet con el verano no se limita a las escenas playeras, un ejemplo es este cuadro en el que los girasoles, propios de esta época, son los protagonistas.
 
El jardín de Monet en Vétheuil, 1880
Mujer en el jardín, 1867

El pueblo

En verano, muchos aprovechan para alejarse de las ciudades y desaparecen para pasar unas semanas de relax en el pueblo, alejados del bullicio y en contacto con la naturaleza. Allí el tiempo transcurre de manera diferente: lento y apacible. Un poco lo que transmite el Paseo de domingo de Carl Spitzweg.
 
Paseo de domingo, 1841
Si los cuadros de Vincent Van Gogh olieran lo harían, sin duda, a verano. Será por su predilección a la hora de usar el color amarillo o por lo que le gustaba representar girasoles sobre sus lienzos pero es innegable que la época estival es la protagonista de muchas de sus obras.
 
Camino con ciprés y estrella, 1890
Terraza de café por la noche, 1888
 
Las enfermedades de Manet, que impedían la mayor parte de sus movimientos, motivaron que en el verano de 1882 alquilara una casa en Rueil, pasando en este lugar desde julio hasta octubre. aunque retrato la entrada con su jardincillo, la gran protagonista de esta composición es la luz, tomada posiblemente del natural.
 
Casa en Rueil, 1882


 
 
 
MARÍA YUSTE NAVARRO
 
 (TENDENCIAS)

viernes, 10 de julio de 2020

FUNDACIÓN LUIS SEOANE (A CORUÑA)




Gabinete Voula Papaioannou


6 marzo 2020 /

Comisarios Jorge Blasco Gallardo

 
Tras su paso por La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona, la exposición Gabinete Voula Papaioannou hace escala en Fundación Luis Seoane de A Coruña, un proyecto coproducido por ambas instituciones en colaboración con el Museo Benaki de Atenas, que trae por vez primera a nuestro país la obra de la fotógrafa griega Voula Papaioannou (Lamía, 1898-Atenas, 1990).
 
La exposición reúne más de 300 fotografías en blanco y negro realizadas entre las décadas de los veinte y los sesenta del pasado siglo agrupadas en diferentes secciones. El proyecto nace a partir del estudio llevado a cabo por el comisario de la muestra del archivo de la obra de la fotógrafa, custodiado por el archivo fotográfico del Museo Benaki. En él, encuentra las hojas de contacto elaboradas por Voula Papaioannou y sus correspondientes copias, realizadas por las trabajadoras del museo, que permiten establecer nuevas lecturas acerca del trabajo de la artista y construir un relato diferente sobre su obra. Este relato, junto con los criterios de trabajo de la autora, sus líneas iconográficas y argumentales, y la persistencia de ciertas metodologías presentes en algunos de sus ciclos temáticos se trasladan ahora al espacio expositivo de la Fundación Luis Seoane.
 
Tradicionalmente inscrito dentro de la fotografía humanitaria, el trabajo de Voula Papaioannou trasciende los límites de este movimiento, constituyéndose en un ingente proyecto documental dotado de una estética propia que, además de registrar algunos de los momentos más dramáticos de la historia del siglo XX a través de los sucesivos conflictos que asolaron su país de origen, de retratar su arte o sus paisajes, es capaz de transmitir las sensaciones y la atmósfera derivadas de situaciones excepcionales a través de la vida cotidiana de sus protagonistas de una forma extremadamente sutil.
 
 Gabinete Voula Papaioannou ofrece al público la oportunidad de compartir la mirada de una de las representantes más notables de la fotografía humanitaria y, por extensión, de una de las fotógrafas más destacadas de su época.
 
Exposición coproducida con el Museo Benaki y [La Virreina] Centre de la Imatge.