sábado, 11 de julio de 2020

VERANO Y ARTE




12 artistas que han sabido capturar en sus cuadros la esencia del verano y nos trasladan a él  



No sabemos cómo será el verano que dará comienzo en poco más de un mes, solo que será diferente. No obstante, hay cosas que ninguna pandemia podrá modificar: el calor extremo, la luz intensa, los días tan largos... Muchos artistas se han sentido atraídos por el verano como modelo a lo largo de la historia del arte. Sus representaciones cobran ahora más valor que nunca ara ayudarnos a recordar todas las bondades de la estación del año que es sinónimo de vida y diversión.

 

Vacaciones en la playa

La playa es el primer lugar que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en el verano. La sensación de la arena entre los pies, la brisa salada, el primer golpe del mar que nos baja de golpe la temperatura corporal, esa acústica especial en la que lo lejano suena cercano y lo cercano lejano... La costa es un escenario que ofrece un imaginario que ha inspirado a artistas  de todas las épocas y partes del mundo. Sin irnos muy lejos, en España tenemos a Joaquín Sorolla, cuyos cuadros capturaron a finales del siglo XIX y principios del XX la luz especial del Mediterráneo mejor que cualquier foto.

 
Niños en la playa, 1906
Niño Pescando, 1905
Paul Ferney está especializado en pintura al óleo y sus obras destacan por su poder de transportarte casi por arte de magia a su playa favorita. Se caracteriza por un estilo predominantemente impresionista a base de trazos amplios.

 

 
Hopper retrató a mediados del siglo XX el estilo de vida estadounidense dentro y fuera de las áreas urbanas. Aunque viviía y trabajaba en Nueva York, pasó sus veranos de madurez en Cabo Cod, Massachusetts, donde se hizo un estudio soleado y apartado con vistas al océano.
 
Sea Watchers, 1952

Rooms by the Sea, 1951
 
Degas reprodujo este cuadro en sus estudio, guiado por la memoria. Es por ello que se trata de una escena menos natural y realista que las anteriores y la apariencia de sus personajes es más estática y rígida. 

Sur la plage, 1876-77
 
 
El impresionista Monet se traslada a SainteAdresse en el otoño de 1866 y en la playa de SaintAvray pinta varias escenas marinas. 
 
La playa de Sainte-Adresse, 1867

La playa en Trouville, 1870
 

La piscina

Hay dos tipos de personas en el mundo: las que prefieren bañarse en el mar o las que prefieren la piscina, con su cloro, sin riesgos de que nos pique una medusa y ahorrándonos el que se nos meta arena hasta en el carnet de identidad. Jessica Brilli es una artista contemporánea cuyo trazo tiene reminiscencias de Hopper con sus líneas rectas y su estética de realismo americano del siglo XX. Las piscinas están muy presentes en su obra, sobre todo cuando nadie las está usando.
 

 
Lo mismo sucede con Darek Grabus, que nos transporta a la soleada California con sus paisajes de piscinas.
 
 
 
 
 
 

Paseos por jardines en flor

Con el buen tiempo llegan todos los planes al aire libre que no podemos hacer durante el invierno. De entre ellos, la estrella son los picnics en el campo o en parques como el de la Ciudadella en Barcelona o el Retiro en Madrid. O simplemente salir a pasear por ellos y sentarse a contemplar la vida en el césped y leer. Un ejemplo perfecto del relax que traen días así lo encontramos en la pintura más famosa de Georges Seurat. El retrato de un soleado domingo en el París de finales del XIX.
 
Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, 1884
Con esta bonita estampa de Turner, directamente desde el Romanticismo, podemos imaginarnos que visitamos Florencia en una tarde de junio con todo el aroma de la vegetación en flor. Se respira paz y belleza.
 
Florence from near San Miniato, 1828
El idilio de Monet con el verano no se limita a las escenas playeras, un ejemplo es este cuadro en el que los girasoles, propios de esta época, son los protagonistas.
 
El jardín de Monet en Vétheuil, 1880
Mujer en el jardín, 1867

El pueblo

En verano, muchos aprovechan para alejarse de las ciudades y desaparecen para pasar unas semanas de relax en el pueblo, alejados del bullicio y en contacto con la naturaleza. Allí el tiempo transcurre de manera diferente: lento y apacible. Un poco lo que transmite el Paseo de domingo de Carl Spitzweg.
 
Paseo de domingo, 1841
Si los cuadros de Vincent Van Gogh olieran lo harían, sin duda, a verano. Será por su predilección a la hora de usar el color amarillo o por lo que le gustaba representar girasoles sobre sus lienzos pero es innegable que la época estival es la protagonista de muchas de sus obras.
 
Camino con ciprés y estrella, 1890
Terraza de café por la noche, 1888
 
Las enfermedades de Manet, que impedían la mayor parte de sus movimientos, motivaron que en el verano de 1882 alquilara una casa en Rueil, pasando en este lugar desde julio hasta octubre. aunque retrato la entrada con su jardincillo, la gran protagonista de esta composición es la luz, tomada posiblemente del natural.
 
Casa en Rueil, 1882


 
 
 
MARÍA YUSTE NAVARRO
 
 (TENDENCIAS)

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