martes, 27 de septiembre de 2022

CIUTAT DE LES ARTES I LES CIÈNCIES (VALENCIA)

 


EL PAISAJE APOCALÍPTICO DE IGOR MITORAJ LLEGA A VALENCIA





 En 1968 Franklin Schanffner, director de El Planeta de los Simios, filmó una escena que se convertiría en un icono de la historia del cine. Un asalvajado Charlton Heston se postraba rendido antes los restos de la estatua de la Libertad, derruida y varada en una playa, confirmando el hundimiento de su propia civilización.    





Aquel paisaje con signos apocalípticos tiene mucho que ver con el que podemos ver en los exteriores de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia hasta el próximo 16 de octubre, donde 15 obras monumentales del escultor Igor Mitoraj nos invitan a pasear entre mitos caídos.



A lo largo del antiguo cauce del río Turia, el paisaje habitual se va interrumpiendo con las esculturas en bronce de inmensas dimensiones. Unas piezas tan impresionantes que hacen inevitable que el espectador se pare a contemplar, no solo su gran escala, sino también su imponente belleza clásica.





La obra de Igor Mitoraj (1944-2014), se ha caracterizado principalmente por la ruptura, o más bien por romper. Romper el paisaje con la escala, romper la belleza con el concepto y plantear así unos diálogos sobre la necesidad de cuidar y recuperar los valores clásicos. Y para ello, el artista nos enfrenta de sopetón con nuestros mitos rotos.

Dioses, héroes, venus con toda la perfección y belleza del arte grecorromano en el que Mitoraj se inspiraba, pero rotos, caídos o cuarteados, dejados a su suerte por la historia. Una clara denuncia del abandono del arte clásico y las obras maestras de la antigüedad sufrido durante siglos y que se ha convertido en el ‘leitmotiv’ de su obra.





Muchas de esas piezas monumentales ocupan de manera permanente paisajes urbanos de medio mundo. Puedes toparte con ellas en el Vaticano, en Missouri, en Pompeya y por supuesto en París, donde Mitoraj alcanzó su plenitud artística. Nacido en la Alemania ocupada por los rusos y criado en Polonia, donde comenzó sus estudios de arte en la Escuela de Cracovia, Mitoraj fue otro de esos genios del Este que encontraron en el París revolucionario de los años sesenta su lugar en el mundo. Allí descubrió que la escultura sería su lenguaje, allí celebró su primera exposición en 1976 y comenzó una carrera fulgurante de fama internacional y allí viven muchas de sus obras más relevantes en los escenarios menos esperados de las calles parisinas.



Por suerte en España, aunque no de manera permanente, también hemos podido disfrutar de sus impactantes piezas, en las que la tradición clásica se rompe con un toque de posmodernidad. En 2006 las calles de Vigo, en 2007 en Sevilla y en 2008 el Paseo del Prado de Madrid. Esta nueva oportunidad en Valencia, será la primera tras la muerte del artista en 2014.


El diálogo que se establece siempre entre su escultura y arquitectura toma aún más relevancia en los alrededores de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Las construcciones de Calatrava otorgan al entorno un paisaje con tintes futuristas que se rompe con el peso de una antigüedad decadente, que reclama su cuidado y su recuerdo a través de estos 15 monumentales bronces.

El rostro de venus ajado y roto emergiendo de una de las piscinas, gigantescos héroes griegos cuarteados custodiando los puentes metálicos o cabezas de dioses magulladas y heridas en suspensión sobre los lagos artificiales, no solo acercarán al visitante a la impactante obra de uno de los escultores más exitosos de la segunda mitad del siglo XX, también le invitarán a una reflexión sobre la importancia de la preservación de la cultura clásica como símbolo de nuestra civilización. Lo contrario nos llevaría a convertir en realidad aquella escena apocalíptica de Heston ante sus mitos caídos.




HASTA EL 16 DE OCTUBRE


jueves, 22 de septiembre de 2022

NOTICIA DEL CONFIDENCIAL

 


POR QUÉ LOS MEJORES ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS HAN PASADO EN ALGÚN MOMENTO POR ESTE PUEBLO PERDIDO DE CÁDIZ




Unos perros que saltan en la playa junto a una señal que les prohíbe estar allí; un ojo semienterrado en el bosque escruta el cielo; un cuerpo flota en el agua, se relaja, tal vez muere; una mujer se refugia en la montaña, ¿acaso huye?; una escultura ofrece descanso y vistas a las aves en sus migraciones… Son algunas de las ‘postales’ escondidas en la Fundación Montenmedio Contemporánea, un lugar perdido en Vejer (Cádiz) que acoge y produce arte de una manera distinta y donde este se ve y se disfruta también de forma diferente.

Hablar de esta fundación es hacerlo también de Jimena Blázquez Abascal. Su fundadora siempre estuvo en contacto con el arte. De niña, recuerda que en su casa entraba mucho arte, y ella decidió primero que tenía que saber más de ello, conocerlo en profundidad. Luego le vino la idea, que tras algunos años y muchas gestiones cristalizaría en la Fundación Montenmedio. “Quería dar forma a un proyecto artístico que me involucrara con artistas de mi generación. Ofrecerles un escenario de reflexión y creación, que no compitiera con los museos habituales”, explica a El Confidencial. “En aquellos años Vejer era la periferia de la periferia y yo, con veintipocos, recuerdo que elaboré una lista de artistas que me gustaría que vinieran. Para mí era como una lista de deseos. Pensaba que me harían caso tres, con suerte, y los nueve dijeron sí”.


Jacobo Castellano
©NMAC Daniel Schäfer.


Y qué nueve. De 2001 son las obras de Marina Abramović, Maurizio Cattelan, Gunilla Bandolin o Pilar Albarracín. Enseguida vinieron más, más nombres por los que pasa la historia contemporánea del arte y que iban haciendo crecer la colección permanente al ritmo lento que marcaba la naturaleza que acogería esas obras. También vinieron más proyectos, como la residencia de artistas, los talleres, las becas de creación… En la actualidad la Fundación Montenmedio es un espectacular museo de arte in vivo más que in situ. La diferencia la explica el comisario y agitador artístico Jérôme Sans, del comité asesor de la Fundación: “El artista no se limita a trabajar con el contexto, acude a operar desde el interior con la realidad del territorio”.

Acaba de cumplir veinte años de existencia y ahora lo celebra con el libro ‘La naturaleza como atelier’, editado por Siruela, que recuerda su singularísima historia. Por este motivo hemos elegido siete instantáneas, siete obras inquietantes como no puede dejar de ser el arte que también son siete postales hermosas por el entorno en el que se produjeron o se insertan.


Cristina Lucas

1 Cristina Lucas. ‘Tú también puedes caminar' (2006). Videoinstalación y cinco fotografías.


“Durante mucho tiempo yo era la loca de los perros en Vejer. Me conocía todo el mundo porque muchos habían participado en el vídeo o las fotos…”. Naturaleza, buen rollo y perretes saltarines. ¿Qué puede salir mal? Veamos. De la mano de Virginia Woolf, lo que hace Lucas es recoger una cita de ‘Una habitación propia’ en la que tres señores —muy señores— críticos dicen que “una mujer que se dedica a la cultura es como un perro que anda sobre sus patas traseras. No lo hace bien, pero ya sorprende que pueda hacerlo en absoluto”. Pues ¡vengan esos graciosos perritos caminando sobre sus patas traseras a las playas, la dehesa o el pueblo de Vejer! Vayan a los entornos domésticos y escenas cotidianas donde se desarrolla la vida de las mujeres. Su graciosa presencia enmascara una corrosiva crítica hacia la desigualdad social y la violencia de género todavía existente y vigente en ese territorio y en otros muchos en un tiempo en el que “no se habla de ello como ahora con naturalidad. Eran palabras duras, tabús, pero se consiguió hablar de ello de una manera muy distinta, por ejemplo, a la de los 60, sin gritos y sin angustia. De hecho recuerdo que las personas se reían mientras hablábamos de derechos e igualdad”.


Jacobo Castellano


2 Jacobo Castellano. ‘Viga Madre’ (2019). Madera, metal, yeso, cemento y cal.
Una escultura en el bosque, un marco que encuadra el paisaje y la posibilidad de un descanso para aves en tránsito. Una obra que se resistió y que finalmente emergió tras la visita decisiva al cercano Palomar de la Breña. Las aves y sus procesos migratorios están en el fondo y la forma de esta pieza sobre la que el autor explica: “Es imposible estar en este contexto y olvidarse del conflicto del Estrecho. Sin ir directamente a lo político, elegí el tema del tránsito, del ir y venir, África, Europa… Y pensé en las aves migratorias, que viajan de un continente a otro sin necesidad de pasaporte”. Es la obra que se puede ver en la cubierta de ‘La naturaleza como atelier’, el mencionado libro de Siruela que recupera las más de dos décadas de creación contemporánea en Montenmedio.


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miércoles, 14 de septiembre de 2022

NIT DE L'ART EN PALMA

 


Todo a punto para la Nit de l'Art, la «fiesta del arte contemporáneo»


Trece galerías y 7 espacios institucionales participarán en la 26 edición, que arrancó este mismo martes



Después de dos años marcados por la pandemia, la Nit de l'Art celebrará su 26 edición por todo lo alto, con una «participación masiva» por parte de espacios expositivos, que crecen en número, sumando La Bibi Gallery y la Galería Fermay, como por parte del público. Esa es la principal novedad que ha destacado esta mañana en rueda de prensa Fran Reus, presidente de la asociación Art Palma Contemporani, entidad que organiza esta cita.

Un total de 13 galerías (Aba Art Lab, Baró, Fran Reus, Horrach Moyà, Kewenig, L21, Pep Llabrés, Pelaires y Xavier Fiol, en Palma, y el CCA Andratx y la Maior de Pollença) y 7 espacios institucionales (CaixaForum, Casal Solleric, Centre Cultural La Misericòrdia, Es Baluard Museu d'Art Contemporani, Fundació Miró Mallorca, Museu Fundación Juan March y el Centre de Cultura Sa Nostra) ofrecerán sus propuestas en este circuito que tendrá como epicentro el sábado 17, aunque, como ya es habitual, se extenderá en «una especie de Gallery Weekend», como ha apuntado el propio Reus.

El galerista ha remarcado también la mayor presencia de espacios como Es Baluard Museu d'Art Contemporani, CaixaForum o el Solleric, que en anteriores ediciones tenían una «participación más discreta». De esta manera, la Nit de l'Art arranca este martes 13 con visitas guiadas y «dialogadas», por ejemplo, en el Museu Fundación Juan March, que se estrena en esta edición. El jueves se inaugurarán las propuestas de Es Baluard y el Solleric, protagonizadas por Daniel García Andújar y la performance, a las 20.00 horas, a cargo de Lluís Garau La Carn. Puede consultar aquí el programa completo.

La cita cuenta con el apoyo de las áreas de Cultura del Govern, Consell y Ayuntamiento. Además, Antoni Noguera, regidor de Cultura de Cort, anunció que este año por primera vez destinan una partida nominal a Art Palma Contemporani de 20.000 euros.


NUEVA ARTISTA

 


La arquitecta apasionada del arte que se dedica a pintar



Nos gusta apoyar a nuevas artistas. O a pintores no tan conocidos. O que lo son en redes sociales pero que quizás no conoces por aquí. Este es el caso de la artista de la que te vamos a hablar. Una arquitecta apasionada del arte que se dedica a pintar… Y cuyos cuadros se agotan en cuestión de horas. ¿Sabes de quién hablamos? De Teresa J Cuevas.

Licenciada en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid, como te contábamos, ha trabajado en fuera y dentro de nuestras fronteras. Como en One o One Architects, en Seúl, donde estuvo trabajando durante cuatro años. Allí comenzó su carrera. Su incursión en el arte comenzó colaborando con la artista Jinnie Seo. Realizó los montajes de sus exposiciones en el Samsung Plateu Museum, en Corea del Sur, o en la ciudad de Ámsterdam. En nuestro país sus pasos se han dado en la Fundación Juan March. Allí ha trabajado como arquitecta-museógrafa. Y no solo eso, es que ha reformado parte de la fundación. Estaba claro que iba a acabar en el mundo del arte, ¿no?

Y es que durante la carrera Teresa J Cuevas ya descubrió que le gustaba pintar. Así que era cuestión de tiempo que fuera su principal proyecto. Y desde entonces, muchos de sus cuadros se encuentran en diferentes casas del mundo. Sus lienzos en relieve, en multitud de colores, transmiten esa paz que ella busca con su arte. Así se define: «Materia, naturaleza, luz y paz».

Tonos tierra, tonos azules, verdes… La naturaleza se palpa también en la gama cromática utilizada. Y en la vorágine de la ciudad quizás por eso nos sumergimos en casa en sus obras. Lienzos que pueden vivir juntos o por separado. Lienzos que a veces juegan con formas geométricas y otras parecen olas del mar. Lienzos en los que encontramos lino, café, tinta china…

“No tengas nada en tu hogar que no tenga uso o que no creas que es bello” decía William Morris, y recoge Teresa J. Cuevas en su Instagram. Está claro que las obras de esta arquitecta apasionada del arte son todo lo contrario. Por eso arrasan en Instagram y en algunas de las casas que más vemos por las redes.



AMBROISE VOLLARD

 


Ambroise Vollard, el galerista que impulsó las vanguardias


El marchante francés, amigo y valedor de Cézanne o Picasso, fue un firme defensor de los impresionistas frente al academicismo imperante


                           Detalle del retrato de Vollard realizado por Pierre Bonnard hacia 1904                             

Ambroise Vollard fue retratado varias veces por Picasso, Cézanne y Renoir ¡una de ellas vestido de torero! También por Bonnard, Valloton y Duffy, entre otros muchos pintores. Pienso que bastaría con este álbum familiar para convertir en multimillonarios a sus herederos. Los retratos prueban la amistad y sin duda el agradecimiento, que unió a este “vendedor de cuadros” con una pléyade de artistas que hoy consideramos.

No sé si se ha escrito ya una 'Historia del arte moderno a través de sus galerías', pero sacaríamos de ella enseñanzas provechosas. Por ejemplo, comprobar hasta qué punto el reconocimiento y la valoración de las sucesivas tendencias del arte ha debido más a los galeristas que a los críticos. No sólo porque en muchos casos fueron ellos quienes supieron reconocer antes el interés de un nuevo lenguaje, sino porque es difícil consolidar una reputación sólo a través de juicios estéticos. Al menos en el siglo XX, el establecimiento de un artista lo construyen sus ventas.



                                    Ambroise Vollard. Memorias de un vendedor de cuadros 
                                                    Edición de Blanca Ripoll Sintes
             Traducción de Rafael Vázquez-Zamora. Renacimiento, 2022, 424 páginas. 24,90 €


Esa hipotética Historia que he mencionado antes debería empezar citando tres nombres: Paul Durand Rouel, Ambroise Vollard y David Henry Kahnweiler. Las primeras vanguardias, las que van del Impresionismo al Cubismo, pudieron verse por vez primera en los escaparates de sus tiendas. En concreto, Vollard fue un entusiasta defensor del impresionismo, el valedor insustituible de Cézanne y su nombre ha quedado definitivamente ligado al de Picasso por la Suite Vollard, la impresionante serie de 134 grabados que el galerista le encargó en 1930 para una de sus carpetas. Poco después, en 1937, Gabriel Brunet, un reconocido crítico, escribía al hilo de la publicación de las memorias del galerista lo que él creía invectivas y yo leo como una descripción fiel de los hechos: “Los marchantes son sujetos cuya fantasía soberana y cuyas combinaciones comerciales han creado las reputaciones y han hecho prevalecer tal o cual tendencia”.

Como se ve, todavía entonces la vanguardia seguía mereciendo tal nombre, porque la resistencia de la Academia y los críticos era inmune a toda renovación. Es por esto que el museo de Luxemburgo rechazó el cuadro que pretendía regalarle Gauguin y poco después, también la impresionante colección de impresionistas del pintor Caillebotte, por cuya aceptación intercedió Vollard. Él, sin embargo, supo conectar con la sensibilidad del arte de su tiempo y supo hacerlo apetecible a coleccionistas que encontraban en él emociones desconocidas.


El empeño por conseguir la obra de un pintor le llevó a pulsar todos los timbres de una calle hasta dar con Cézanne

 

Ambroise Vollard nació en la isla francesa de Reunion, en 1868 y murió en un accidente de tráfico en Versalles en 1939. Se crio en una familia acomodada y su relación con el arte surgió ya en su seno: su abuelo había querido ser pintor y al propio Vollard, con solo cuatro años, le recuerdan coleccionando objetos que hallaba en el jardín. Para agradar a su padre, comenzó a estudiar leyes, pero tras dos cursos abandonó la carrera y empezó a trabajar en diversas empresas de comercio artístico. En 1892 se instaló en una modestísima vivienda en la Rue Laffite (“la calle de los cuadros”) y empezó con apenas recursos su carrera de marchante.

La primera obra que compró fue un boceto de Degas, por el que pagó a su viuda diez francos. Su estrategia fue siempre comprar grandes lotes de cuadros y así obtener precios ventajosos. En cuanto a las ventas… Vollard confiesa que su fórmula para ganar el mayor dinero posible era ceder a su “invencible propensión al sueño”, pues su falta de reacción hacía creer a los clientes que el precio ofrecido no era suficiente.

La lectura de sus memorias desmiente esta indolencia. Más bien, fue un trabajador infatigable, que corría de un lado a otro buscando una buena oportunidad y cuyo empeño por conseguir la obra de un pintor le llevó, por ejemplo, a pulsar todos los timbres de una calle hasta dar con el domicilio de Cézanne. Comerció con obras de Matisse, Gauguin, Van Gogh, Vlaminck, Mary Cassatt y un largo etcétera.

Empeñado en demostrar el valor de Cézanne, rechazado por la crítica y mirado con sospecha por la mayoría de los pintores, le organizó una exposición con 150 obras en 1895 de las que no vendió ni una sola. En 1907 dos años después de su muerte, una retrospectiva le convirtió sin embargo en la piedra angular del cubismo. Expuso en 1902, sin apenas lograr ventas, a un Pablo Picasso de 20 años. Recordándolo, diría tiempo después: “Se rechaza cada obra de Picasso hasta el día en que la admiración sigue al asombro”. Y es que la implantación de esas novedosas formas de pintar dio lugar a que, en los primeros veinticinco años del siglo XX, los cuadros de muchos de estos artistas multiplicaran por cien sus precios.

Conocemos todos estos pormenores gracias a las Memorias de un vendedor de cuadros (1936), un libro que, a instancias de un editor norteamericano, Vollard redactó como si se tratara de una larga charla. No hay en él “ni una palabra de crítica de arte” como le reprochó algún lector. Y sí mucha vida. Leyéndolo, accedemos a la intimidad maniática de los estudios, conocemos las dudas de los compradores, acompañamos a Vollard en sus peripecias para llegar hasta ciertos coleccionistas…

Y hay pasajes impagables, como cuando nos cuenta que se extendió la idea de que los perturbados tenían especial tino en elegir las obras, y se formó una sociedad de inversores que se acompañaban de un loco para decidir sus compras. Entre las muchas frases lapidarias de ese libro, me quedo con esta: “Un cuadro es lo que oye más tonterías del mundo”. 


Josë Mª Parreño (EL ESPAÑOL)

domingo, 11 de septiembre de 2022

MUSEO GOYA (ZARAGOZA)

 


Infinita realidad




Fundación Ibercaja presenta en el Museo Goya la exposición “Infinita realidad”, en la que se muestran obras de Antonio López y otros maestros del realismo español. Diez artistas esenciales en el último medio siglo: Antonio López, Esperanza Parada, Amalia Avia, Julio López, Francisco López, María Moreno, Carmen Laffón, Isabel Quintanilla, Cristóbal Toral y José Hernández. Todos ellos enfrentados al mismo reto: capturar en sus obras algo tan cambiante y efímero como es la apariencia de la realidad, el aspecto de las cosas.

Comenzaron a trabajar en el quicio del siglo XX y desde una sólida formación académica –que en algunos era tradición familiar–, se volcaron en el realismo y la figuración justo cuando triunfaba la abstracción. Desde la individualidad forjaron un grupo caracterizado por los lazos personales, tanto familiares como de amistad.

Las trayectorias individuales de estos artistas son parte indisoluble de la memoria colectiva de un país y un mundo que no han dejado de evolucionar. Estas obras reflejan tanto la realidad externa –paisaje urbano, objetos cotidianos, bodegones, personas– como la interioridad del artista, la perplejidad ante la historia y, en definitiva, la personalidad individual que, al sumarse a las de los demás, como en un caleidoscopio, nos transmite la sensibilidad y la luz de sesenta años de creación y de historia compartida.

Disfruta de la luz, el color y la perspectiva de las obras de esta exposición en un desafío capaz de confundir al espectador.
 



LUGAR

Museo Goya


Espoz y Mina, 23
Zaragoza 50003
976 397 387

FECHAS Y HORARIO

Del 22 de junio al 18 de septiembre de 2022


PATIO HERRERIANO

 


Dora García. "La máquina horizonte"



En el año 2000, Dora García produjo una instalación para la Bienal de Pontevedra titulada La máquina horizonte, que, tras su paso por la cita gallega entró a formar parte de la Asociación Colección Arte Contemporáneo, con sede en el Museo Patio Herreriano. Por entonces, la artista vallisoletana se encontraba en el arranque de una carrera artística que hoy está considerada una de las más relevantes del panorama nacional. Más de dos décadas después, y como parte de las celebraciones del vigésimo aniversario del museo que se celebra el día de la inauguración de esta muestra, La máquina horizonte se revela en su dimensión más precisa, en un espacio diseñado específicamente para esta ocasión y acompañada de un conjunto de trabajos realizados en la misma época, tres obras fotográficas que comparten un sentir afín al de la instalación desde posiciones formales distintas.

Nacida en Valladolid en 1965, Dora García es una de las artistas más relevantes de nuestro país. Su trabajo ha sido incluido en todas las grandes citas artísticas internacionales como la Documenta y un elenco inagotable de bienales y grandes exposiciones individuales y colectivas. En 2011 representó a España en la Bienal de Venecia. En 2018, el Museo Reina Sofía le dedicó una amplia muestra retrospectiva. En 2021 fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas.

HASTA EL 25 DE SEPTIEMBRE


MEDIR TIERRA MUSAC

 



Medir tierra es un proyecto específico de Fernando Renes para las salas del MUSAC,
en el que el artista despliega su universo creativo a través de tres espectaculares
murales de azulejo trabajado a modo de mosaico, una animación, dos esculturas y veinte dibujos. Para el montaje de los murales de 6 metros de altura que constituyen
el núcleo la exposición, Fernando Renes ha dibujado y preparado artesanalmente
más de 11.000 azulejos. Las obras que componen este proyecto, comisariado por
Koré Escobar y que podrá visitarse hasta el 11 de septiembre, construyen una
estratigrafía biográfica y personal del artista, en la que plasma además su
posicionamiento frente al arte como práctica y como sistema.

En esta exposición, Renes trabaja sobre el concepto de la agrimensura (disciplina de
medir tierras) como elemento esencial para la definición de cartografías, la atribución
de propiedades y la configuración del paisaje y, en particular, del paisaje castellano
que el artista grabó de niño en su memoria. Un territorio parcelado por los campos de
cultivo y sus distintas tonalidades que evocan a una abstracción geométrica, al que
con el tiempo se les han ido sumado las canchas de juego que las administraciones
han construido a lo largo de toda la geografía rural en un intento de retener a una
infancia que bulle hacía la ciudad.

La exposición pone en relación el universo creativo del artista, en cuyo centro se halla
el dibujo, con la especificidad del proceso de trabajo del azulejo, poniéndose
enteramente a disposición de lo que el material le pide, tanto a un nivel físico y
manual como en el propio desarrollo del trabajo. En su experiencia con la cerámica,
Renes genera murales a modo de mosaico que conectan con la tradición
hispanomusulmana, tan arraigada en Castilla y León, y también con el posterior uso
publicitario que se hizo de este tipo de soportes y que aún se conserva en algunas
estaciones de metro, tanto nacionales como internacionales.

La práctica artística de Fernando Renes comenzó en los años 90 del siglo pasado con
el dibujo y la animación analógica como medios principales. Cuando en 2014 regresa
a España tras 17 años viviendo en Nueva York y Roma, comienza a trabajar la
cerámica como soporte para su dibujo, otorgando un soporte tridimensional y
vernáculo a sus piezas. Como artista multidisciplinar, Renes se expresa mediante
distintas herramientas y lenguajes, aunque la presencia del dibujo se encuentra en la
base de todas ellas.

En el conjunto de obra que se presenta en MUSAC, Renes es fiel a su estilo de
dibujo, manteniendo la agilidad en el trazo y el esquematismo para concentrar su
capacidad de expresión sin perderse en el detalle. Junto al dibujo caracteriza su obra
la presencia intermitente del lenguaje en forma de texto escrito, como un elemento
más de un todo sin jerarquía ni orden preeminente. Siempre que puede, el artista
juega con él, retorciéndolo, dándole la vuelta para generar otras realidades.

Aficionado a los palíndromos por las posibilidades expresivas que generan, en esta
ocasión Renes opta por trabajar con el bustrófedon; un tipo de escritura empleada en
la Grecia antigua que consiste en trazar un renglón de izquierda a derecha y el
siguiente de derecha a izquierda. Con estos retorcimientos del lenguaje Renes, en
última instancia, invita a jugar al espectador a buscar sentidos, imaginar referentes,
ensayar reflexiones y, en definitiva, a pensar.

En relación a la exposición, los días 20 y 21 de abril Fernando Renes impartirá un
taller destinado a estudiantes de la Escuela de Arte Superior de Conservación y
Restauración de Bienes Culturales de León, que tendrá como resultado la creación en
conjunto de una pieza de azulejo vidriado que quedará instalada en las instalaciones
de la escuela.

El proyecto se completa con una publicación coeditada por MUSAC y This Side Up,
en la que se recoge una amplia selección de imágenes tanto de obra anterior de
Fernando Renes como de sus últimas producciones, así como textos de la comisaria
de la muestra, Koré Escobar, y de los comisarios independientes Eduardo García
Nieto y Bea Espejo.