martes, 27 de julio de 2021

CENTRO DE ARTE DOS DE MAYO (MÓSTOLES)

 


CA2M: el arte contemporáneo escondido en Móstoles


En pleno centro de Móstoles, en una zona peatonal llena de tiendas textiles de toda la vida y múltiples cafeterías con terrazas llenas de vida, se levanta un edificio moderno en tono verde agua al que se accede a través de una amplia entrada revestida de acero que no esperas. Es precisamente lo inesperado de este hallazgo, por su ubicación y por su naturaleza, lo que provoca que el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles sea una pieza desconocida del ecosistema artístico de la Comunidad de Madrid.

Manuel Segade (La Coruña, 1977), director de CA2M desde 2015, explica que “a diferencia de otros centros que están en capital, como puede ser el Museo Reina Sofía, La Casa Encendida o Matadero, por ejemplo, nosotros somos un espacio que tenemos el cometido de conservar, salvaguardar, producir y pensar en el arte actual, pero también en el arte que vendrá en el futuro”. No se trata, en absoluto, de un detalle baladí, ya que el CA2M alberga una importantísima colección artística de creadores jóvenes vivos que encuentran un espacio vivo donde experimentar, iterar e innovar.

“Este edificio custodia la colección de arte contemporáneo de la Comunidad de Madrid que comenzó en los años 80 con el Estatuto de Autonomía; pero, además, tiene otra colección esencial en el arte contemporáneo español que es la de la Fundación ARCO, obras que se adquieren en la Feria ARCO de Madrid cada año y que estimulan la presencia de obras internacionales en nuestros fondos”, explica Segade.

Una colección que, además, crece en número cada edición de ARCO. Concretamente, este 2021 la Comunidad de Madrid ha comprado arte por valor de 130.000 euros de los artistas Isidoro Valcárcel Medina, Ana Buenaventura y Cristina Iglesias.

Permanente movimiento y relación con el arte presente



El CA2M es un ente en permanente movimiento. De acuerdo con Segade, es un espacio vivo que se renueva, que experimenta y que innova para transformar la oferta cultural y expositiva de la región. “Hacemos el trabajo de conservar y difundir la colección que tenemos que, por supuesto, está a disposición de cualquier otro centro público y privado de nuestro país, ya que estamos en continuo intercambio y movimiento de las piezas”, comenta.

Pero, además de todo ello, también desde el CA2M se dedican a hacer exposiciones del presente donde tienen la palabra los propios artistas y esto, detalla el director, crea una relación muy especial tanto con el espacio como con la organización del CA2M. “Somos un museo muy abierto a las prácticas de los propios artistas, ya que éstos siempre están inventando cosas nuevas. Aquí tienen cabida todas las disciplinas o experimentaciones alrededor de la performance, las artes vivas con el propio cuerpo, el arte sonoro, plástico, cine de exposición, etc”, aclara.

Impacto positivo sociocultural en Móstoles

Instalación de Nacho Criado


Otro de los fines de las múltiples actividades del CA2M es el de atraer a un público que crece cada día más, a pesar de la posible incomprensión alrededor del arte contemporáneo o el arte de la performance, y tener un impacto real y positivo sobre la comunidad donde desarrolla su actividad.

En esta línea, explica Segade, en este museo podemos encontrar desde “un huerto en la terraza en el que trabaja la gente mayor de Móstoles que llegaron en los años 60 del entorno rural hasta un grupo sub21 de adolescentes que trabaja con nosotros durante todo el año para programar actividades para otros adolescentes y nos ayudan a acercarnos a aquellas cosas que quieren o les gusta a día de hoy y que yo desconozco”.

Fotografía del zaguán del CA2M.


El CA2M está, en definitiva, muy enraizado con su entorno y eso ha hecho, además, que se trate de uno de los pocos museos de la Comunidad de Madrid que no ha perdido público en la pandemia porque su gente es, sobre todo, local.  Además, y esto es algo que Segade subraya en varias ocasiones, todas las actividades que se desarrollan en el seno del edificio son gratuitas y con horario de apertura muy amplio.

“Todo ello permite tener una incidencia local muy fuerte que es poco habitual porque no hay ningún edificio de estas características que sea tan grande y tampoco hay ninguna institución cultural tan potente fuera del entorno de la capital. Son casi 4.000 metros cuadrados de espacio positivo que realmente lo convierten en un mastodonte cultural y social”, aclara.

A sólo 20 minutos del centro de Madrid



Sobre el hándicap de la ubicación del CA2M en Móstoles, fuera del circuito más oficial del arte que se mueve en el centro de Madrid, Segade argumenta que “el contexto, aunque debemos tenerlo en cuenta, también se puede transformar. Cuando este museo se comenzó a construir, por ejemplo, la élite madrileña del mundo cultural pensaba que era un error hacer un centro así en la periferia porque decían que no iba a funcionar. Y, mira, al final resulta que los 20 minutos de tren desde el centro no cuestan nada a nadie y este museo tiene unos 100.000 visitantes a lo largo de cada año que es un número muy razonable de visitas para un espacio público de estas características”.

Pero, además, quieren acercar a todo el mundo el arte presente y que lo haga sin miedos o prejuicios. “Intentamos tener una baja institucionalidad. Es decir, que cuando entras a este museo, aunque sea gratuito, no tienes que coger una entrada ni tampoco tienes que registrar tu nombre o tu código postal, así como tampoco tienes que pasar por un arco de seguridad”, explica.

Cecilia Vicuña en el CA2M

Y es cierto, te adentras y disfrutas, en el espacio se respira una atmósfera muy libre. Por ello, relata el director, “en la terraza hay chavales que vienen a bailar trap por las tardes en invierno, es un sitio donde la gente puede venir con comida y tomarse algo en la terraza tranquilamente sin visitar al resto del museo. Queremos que la gente pueda usar los museos de manera abierta y que el arte actual se sienta como algo a lo que no debemos tener miedo”.

Y añade: “La situación periférica de este museo nos permite experimentar de una forma que después, curiosamente, otros museos adoptan como norma. Muchos de nuestros experimentos, éxitos o fracasos, digamos, se convierten en pautas que otros lugares que luego otros centros imitan. Si este museo fuese un género de literatura, sin duda, sería ciencia ficción, mientras que, por ejemplo, el Museo del Prado es una novela realista del S. XIX que es, además, lo que tiene que ser”.

‘Dialecto CA2M’, la súper muestra de cuatro plantas



El CA2M está llevando a cabo obras de remodelación arquitectónica para multiplicar el impacto de su actividad. “El proyecto lo estamos haciendo con Andrés Jaque, que está a caballo entre Madrid y Nueva York, y es un arquitecto que hoy en día está en Princeton y es uno de los padres de la nueva arquitectura en el mundo. Tiene 45 años, es joven, y posee un nivel de influencia enorme. Estamos muy orgullosos”.

Una vez terminado el proyecto, explica Segade, se inaugurará un súper muestra que ocupará las cuatro plantas bajo el nombre ‘Dialecto CA2M’. “Precisamente hablará de la gran variedad que tenemos, de ese acento periférico frente al relato oficial. Comenzará en los años 20, es decir, estará Picasso o Sonia Delaunay, y llegaremos hasta el presente, artistas nacidos ya incluso en los años 90. Esperamos que sea el punto de partida para muchos más proyectos”, concluye.

Dirigir y liderar el proyecto del CA2M



El tono, el sosiego y, sobre todo, cómo transmite los planes que tiene para el CA2M deja ver que Segade tiene las ideas claras y una visión muy internacional de los espacios dedicados al arte contemporáneo. “Es un lugar privilegiado, un espacio delicioso que te permite estar trabajando en el día a día, estar en continua relación tanto con los públicos como con el personal. En otros museos, por ejemplo, no tienes esta capacidad de estar trabajando en todos los niveles de la actividad porque son muy grandes o porque hay mucha distancia grande entre la jerarquía de dirección y la de la calle”, comenta.

Por todo ello, concluye Segade, “es un placer ser director del CA2M porque me está permitiendo aplicar todos los conocimientos y experiencias de vivir fuera de España y demostrar que, aunque estés en Móstoles o en el centro de Madrid, lo que importa es el programa que haces y las correcciones que puedes establecer”.

Más información: www.turismomadrid.es

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OK DIARIO/CULTURA



miércoles, 21 de julio de 2021

LOS LOCOS AÑOS 20

 

Bienvenidos a los años 20




El Museo Guggenheim de Bilbao reúne 300 obras en una exposición sobre esos años del pasado siglo que mantienen paralelismos con nuestra época y que algunos creen que se repetirán

'Baile de Palucca', una fotografía de 1926-27 de Charlotte RudolphMuseo Guggenheim Bilbao.

Los años veinte: jazz, cabarés y fiestas. Una exaltación de sensualidad, derroche, alegría y vida. Una «joie de vivre» contagió Europa y se expandió por Estados Unidos. El mundo había decidido dejar atrás las penurias de la Primera Guerra Mundial y decidió sumergirse en una celebración sin fin: guateques, almuerzos, coches rápidos y alcohol. En los gramófonos no cesaban de sonar los discos, las juergas se prolongaban más allá del amanecer y el amor resultaba, por fin, una aventura nueva y no una tediosa relación epistolar con un soldado que pudría sus pies en el fango de alguna trinchera.

El teléfono había introducido una impresión de modernidad y la vida era más acelerada que nunca. Hasta la Tierra parecía girar al doble de su velocidad. Todo mareaba: la ginebra, el cine, las chicas bonitas, los hombres atractivos, el charlestón y los amores fugaces. Ni Scott Fitzgerald hubiera imaginado semejante decorado para sus relatos. El bueno de Francis tuvo que conformarse con derrochar su imaginación en una realidad hecha de barras de bar y unas recepciones donde se ofrecían cócteles de mil sabores.


Aquella celebración perduró exactamente hasta el amanecer del 24 de octubre de 1929, el Jueves Negro, el día en que la bolsa de Nueva York hizo Crack y sus pilares financieros se resquebrajaron como las viejas columnas de un monumento caduco. La resaca, para Europa, fueron los fascismos, y, para América, la Gran Depresión. Hubo signos que precedían ese final, aunque nadie estuvo dispuesto a reconocerlos. Pero en las calles de Francia y Alemania resultaba sencillo reconocer a los soldados lisiados por la contienda del 14, con el espectáculo que suponían para los golfillos de las aceras sus mutilaciones imposibles y ese pulso quebrado por el impacto de los obuses. La pobreza no resultaba ajena al día a día, la prostitución era corriente, el desempleo suponía una lacra para los gobiernos y en la Europa más oriental se vivía el amanecer rojo de la URSS. «Los años 20 tuvieron estabilidad política y prosperidad, aunque ya hubo alguna ruptura, como la de Mussolini en 1922, aunque aún era diferente a lo que serían los 30, y en España el golpe de Primo de Rivera supuso un paréntesis –comenta Luis Arranz, académico correspondiente de la Real Academia de la historia–. Entonces todavía se pensaba que la República de Weimar se consolidaría y que iba a ser un régimen estable, aunque en Europa ya estaba presente el desafío bolchevique».


Muchos encuentran hoy paralelismos con aquel decenio escaso que convirtió la sonrisa en un estandarte y la diversión en homilía. Es inevitable encontrar similitudes que nos recuerden un tiempo en que vivir significaba trasnochar. Ahora mismo, el mundo está encarando el final de una epidemia que ha puesto en jaque una forma de vida y despertado en la mayoría las ganas de echarse en brazos de la noche y hasta que venga el sol para recogerle a uno. La campaña de Isabel Díaz Ayuso ha hecho lema con esta necesidad latente que se encuentra en una ciudadanía con la moral más famélica que el cuerpo de un galgo y los resultados que ha obtenido hablan por sí solos. Así, algunos predicen que estamos a las puertas de otra nueva eclosión de efervescencia. Muchos confinamientos, muchas restricciones y muchos entierros. A veces sucede que la muerte obliga a mirar hacia adelante y no hacia atrás.


La Gran Guerra

Entre nuestros años 20 y aquellos del siglo anterior hay parecidos, como un salto tecnológico que auguraba un cambio en la sociedad y una revolución científica que evidenciaba lo que aguarda en el futuro. El Museo Guggenheim de Bilbao, con una oportunidad que casi parece premeditada, inaugura una muestra sobre este periodo que ha reunido más de trescientas piezas que dan testimonio de las ganas vivir que hubo. «Dicen que existen paralelismos entre entonces y hoy –subraya Petra Joos, comisaria de «Los locos años veinte»-. Entonces, en Occidente salíamos de la Gran Guerra. Pero en esos años también se padeció la gripe española. Ahora tenemos la Covid, que, de alguna manera, puede concebirse como un suceso de parecida similitud. La diferencia entre ambos momentos reside en cómo se perciben los hechos y la solución que se les aplica». Para Petra Joos, que ha hecho un discurso expositivo que integra cuadros, esculturas, documentales, carteles, fotografías y fragmentos de películas, y que pone en relación la física cuántica con el arte, hay un aspecto que le fascina: las libertades que obtuvieron las mujeres y que tiene correlaciones también con hoy. «Tuvieron una enorme en Alemania. Ellas fumaban, bebía y hacían lo que querían. En 1918 podían votar. Con la Primera Guerra Mundial, los hombres tuvieron que marchar a la contienda y ellas debían sacar todo adelante, y esto les dio un enorme impulso. Además, y esto se ha olvidado, cuando regresaron los hombres, algunos estaban desfigurados. Pues fue precisamente cuando ellas comenzaron con la cirugía estética».


Culto al cuerpo

Fue un momento en que, como ella misma reconoce, «hubo muchas cosas que suponían un avance trascendental, como una producción en cadena, la expansión del automóvil y una nueva y avanzada arquitectura». Petra Joos destaca que también es cuando empezó «a cuidarse el cuerpo». Esto llegó acompañado de una época de expresión sin restricciones en todas las artes, no solo las plásticas, también en los espectáculos y «en ciertos aspectos que pensamos que son de ahora, pero que aparecieron entonces, como es el travestismo. No suponía un problema de cambiarse de sexo».

Lo que sí advierte Luis Arranz es que ahora existe un marco global que antes no estaba presente. «Hoy los medios para combatir las calamidades no son comparables, solo con vacunas ya tenemos una diferencia significativa con los tiempos de la gripe española, cuando no se disponía de ellas». Y hace hincapié también en otro dato crucial para entender lo que nos separa de los anteriores años veinte: «En aquella época, Europa occidental y Estados Unidos disfrutaban de un predomino absoluto y fuera de este ámbito no existía nada parecido. Los demás se adaptaban a Occidente. Ahora tenemos un mundo global y nos preocupan los japoneses, los chinos... Todo es más complejo y lo que esencialmente nos preocupa es qué suerte vamos a correr los europeos compitiendo en este contexto y si vamos a quedarnos rezagados». Luis Arranz, que quiere ser optimista, que quiere pensar que no habrá guerras en el futuro ni mayores penalidades, comenta: «Si no hay una crisis del 29, vamos bien».

(LA RAZÓN)


HASTA EL 19 DE SEPTIEMBRE

MAPFRE BARCELONA

 


Garry Winogrand 


La exposición Garry Winogrand, que alberga el centro de fotografía KBr Fundación MAPFRE, en Barcelona, pretende incidir en la importancia que, para el estudio de esta disciplina, tienen algunos de los mejores fotógrafos de la segunda mitad del siglo xx y, en el caso concreto de este artista, como figura clave en la renovación de la fotografía documental.

En 1978, John Szarkowski, considerado uno de las personalidades más influyentes en la formación del gusto fotográfico y director del Departamento de Fotografía del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York desde 1962, definió a Garry Winogrand (Nueva York, 1928-1984) como «el fotógrafo más importante de su generación».

Sus fotografías recogen tres décadas de una extensa labor realizada «en y entre» el flujo urbano, a través del cual representa una realidad que se muestra tal y cómo es, sin juicios morales, como si de un catálogo de la vida cotidiana se tratara. En 1963, para la solicitud de su primera beca Guggenheim, escribió: «He estado fotografiando Estados Unidos para intentar […] averiguar quiénes somos y cómo nos sentimos, observando nuestra apariencia mientras la historia se producía y se sigue produciendo a nuestro alrededor en este mundo», y expresaba, a su vez, la consternación que sentía al descubrir que los sueños de los estadounidenses son «baratos y triviales» y están construidos sobre «apariencias y fantasías».

Comisario: Drew Sawyer










MÁS INFORMACIÓN


HASTA EL 5 DE SEPTIEMBRE

miércoles, 14 de julio de 2021

RETRATO DE UNA DAMA

 


¿Qué famosa obra de arte desaparecida fue hallada por un jardinero?


Retrato de una dama, de Gustav Klimt



Estaba desde hacía años en la lista de obras de arte desaparecidas más buscadas hasta que un jardinero descubrió su paradero veintidós años después en la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi, en Piacenza, el mismo lugar del que fue robado el lienzo.

Nos referimos a Retrato de una dama, una de las obras más famosas de Gustav Klimt. Valorado en unos 60 millones de euros, el cuadro del pintor austriaco fue robado en 1997 y hasta principios de 2020 nadie supo nada sobre él. Pero lo que menos se esperaba es que fuera encontrado dentro de una bolsa negra de basura escondida tras la hiedra de la fachada del museo.

Los mismos sospechosos del hurto, que acabaron confirmando su autoría en una carta dirigida a un periodista del medio Libertà, Ermanno Mariani, admitieron que durante todo ese tiempo el lienzo no había permanecido allí, sino que fue dejado expresamente un tiempo antes para que alguien lo encontrara. Tal y como publicó Forbes, se trataría de dos personas de más de 60 años que quisieron hacer “un regalo a la ciudad”.

“No soy un experto técnico, pero creo que dicen la verdad. Se habría dañado si hubiera estado allí durante todos esos años”, reflexionó por su parte el reportero contactado. Lo que muchos se preguntaron es por qué confesaron tanto tiempo después. “Es una historia muy extraña. Podrían haberla vendido o quemado, o lo que sea”, reconocía el abogado de los acusados que, por otra parte, informaba de que el plazo de prescripción del delito había expirado por lo que evitarían la prisión.


                                     Un retrato de Gustav Klimt en Viena en el año 1902

Hasta su aparición, las conjeturas sobre lo que ocurrió con el cuadro fueron muy diversas. Se llegó incluso a plantear un robo al estilo ‘Misión Imposible, en el que unos “ladrones acróbatas”, en palabras de las autoridades del momento, habrían entrado y salido del museo por la estrecha claraboya en la que se halló el marco. También se llegó a decir que el ex primer ministro Bettino Crazi se lo llevó en su huida a Túnez tras ser acusado de varios casos de corrupción. De hecho se llegó a interceptar un paquete que iba destinado a él, aunque se trataba de un Klimt falso.


(LA VANGUARDIA)

DESCUBRIENDO A .....

 


María Antonia López de Asiaín, restauradora en El Prado: "Un cuadro es como un paciente que no te habla"


Sobre las cabezas de los visitantes del Museo Nacional del Prado, en el edificio de Jerónimos, María Antonia López de Asiaín libra a diario un pulso con cada uno de los cuadros a los que se enfrenta. No hay tregua entre los pintores y la restauradora. Todas las obras que le encargan son una incógnita, un enigma que parece que no va a albergar solución. "Siempre que tengo un nuevo trabajo entre manos, llego a casa agitada", explica. Acostumbrados a las dudas y la exaltación que le provocan las restauraciones, sus familiares, con toda la sorna del mundo, le retan: "¿Qué? ¿Con este tampoco vas a poder?". Pero, desde 1986, cuando ingresó en el equipo de restauradores del museo, siempre ha podido. Ha encontrado la forma de entender a Velázquez, Rubens, Van Dyck o Tintoretto —entre otros muchos— y de ser justa con la historia del arte. Porque, en sus propias palabras, "no restauramos solo para que el cuadro esté más bonito, restauramos para poner el cuadro en su lugar".  

En estos momentos, López de Asiaín dedica su tiempo a una pintura del francés Flipart (siglo XVIII). "Es una obra que forma parte de una colección que encargó Carlos III y que recientemente ha comprado el museo", apunta. Los focos, las luces, los instrumentos y las distintas copias de los cuadros que la rodean dan cuenta del sumo detalle con el que trabaja y del complejo mecanismo técnico que siguen los restauradores para lograr que "las obras se parezcan al máximo al original". Sin embargo, no todo es mecánica en el oficio de María Antonia. Ni mucho menos. La creatividad es "parte esencial del proceso", asevera. Eso sí, debe estar "muy acotada" y nunca por encima del objetivo final: ser fiel al artista. "La creatividad es y no es", matiza. "Tenemos que ser muy creativos para encontrar el método idóneo para aplicar en cada obra". El cuadro, continúa, "es como un paciente que no habla" y, como tal, simplemente sugiere qué técnicas son las más precisas. La creatividad está ahí, pero termina en el momento en el que "intervienes en la pieza". El restaurador "nunca puede crear en las obras".  


 La documentación, la investigación y el descubrimiento que implica cada trabajo generan una intimidad real entre artista y restauradora. "Todo el proceso que el pintor siguió para componer su cuadro lo estás viviendo tú al restaurarlo", tercia Lopez de Asiaín. "Tú sientes hacia donde mueve el pincel. Sientes si es diestro o zurdo. Sientes qué es lo que ha buscado el pintor". Mientras el Museo del Prado está repleto de gentes que contemplan las obras de los más grandes artistas de la Historia, en el taller, los restauradores conversan directamente con ellos, aunque estén muertos hace siglos, y les preguntan qué es lo mejor que pueden hacer para adecentar su obra. "Estoy convencida de que ellos jamás hubieran imaginado que los estudiaríamos con tanto detenimiento", desliza al tiempo que fija su mirada en algún detalle casi imperceptible del Flipart que tiene al lado. "Seguro que suponían que habría que repararlos en algún momento, incluso ellos mismos colocarían algunos parches", reflexiona. Pero "imagínate explicarles" —a el Bosco, a Bruegel o a Goya— "que sus cuadros iban a radiografiarse, a pasar por los rayos ultravioletas, por infrarrojos, que íbamos a analizarlos con semejante profundidad". Que iba a haber tantas personas dedicadas en cuerpo y alma a velar por su legado. 

Entre arrepentimientos y tropezones 

El paso del tiempo despoja de brillantez a las obras. Sufren pérdidas pictóricas y, sobre todo, el barniz que las cubre se va ensuciando poco a poco. Por eso, una de las misiones más habituales de los restauradores es limpiar las piezas, quitarles la suciedad que las ha ido ‘maquillando’. "Muchas veces las obras están sucias, opacadas, oscurecidas. Como si las viéramos a través de un papel de celofán", expone López de Asiaín. "Entonces, cuando las limpiamos, podemos descubrir una pequeña firma, un número de inventario y cosas así". No obstante, ese tipo de hallazgos no son ni lo más importante ni el pan de cada día de los profesionales de la restauración. "Al limpiar los barnices, lo que hacemos es dar valor a cada plano que ideó el pintor, a las texturas, los volúmenes, las distancias", completa. Con esa tarea de limpieza, se descubre la verdadera obra, que en muchas ocasiones queda eclipsada tras una suciedad que aunque imperceptible para los ojos inexpertos, puede cambiarle el carácter y la naturaleza. Los grandes nombres del arte pictórico cuidaron con detalle cada color, cada plano, cada perspectiva. Los restauradores deben lograr que los años no los distorsionen. "Ese es nuestro trabajo", resuelve.  

Pero no solo ese. En muchas ocasiones, el equipo del Prado también tiene que enmendar restauraciones pasadas. A veces porque fueran de mala calidad, otras porque "los criterios de restauración van cambiando". Así, "antes se apostaba por dar lucimiento a la obra en vez de tratar de aproximarse al máximo a lo que pintó el autor" y, hoy por hoy, se ha convenido que eso es un error. "Otra cosa son los arrepentimientos", apostilla. "Es muy frecuente encontrar cuadros en los que el artista se haya arrepentido de pintar algo, o haya preferido cambiar la ubicación de una figura en el lienzo", explica. "Como lo que hacían era pintar encima del ‘error’, con el tiempo se terminan percibiendo esas otras figuras que permanecían cubiertas en la versión original". Ese tipo de ‘defectos’ no lo son en realidad, apunta la restauradora. "Son", concluye, "un documento histórico que nos permite entender los procesos de creación del artista". No obstante, tratan de velarlos —que no eliminarlos— "porque el pintor no quiso, en su momento, que se apreciaran". 

Escribir la historia con la tinta original 

Siempre a caballo entre la técnica y la historia, María Antonia acude cada día al enorme taller, donde encuentra a sus ‘colegas’, especializados en pintura, en obra gráfica, en papel, pintura decorativa o hasta en los marcos. Con especial ilusión, la protagonista de esta historia recuerda la vez que restauró ‘Oración en el huerto con donante’ del francés Colart de Laon, cuando sacó a la luz dos figuras que permanecían cubiertas por una capa de pintura posterior a la original. "En colaboración con la conservadora Pilar Silva", recuerda, "pudimos descubrir que ese ‘donante’ que lleva el nombre del cuadro era Luis de Orleans por unas hojas de ortiga que aparecen en su manto". Fue una aventura. Además, también pudieron fechar la obra, toda vez que el duque había empezado a utilizar el símbolo de la ortiga solo cuatro años antes de su muerte. Restauradora y conservadora escribieron, desde el taller del museo, una página de la historia del arte.  

Permanentemente invisibles, los restauradores están presentes en la práctica totalidad de las piezas museísticas. Permanentemente invisibles porque así debe ser. Porque un buen restaurador lo es si su trabajo no se aprecia. Si es como si no estuviera, aunque esté y aunque sea de capital importancia. Ellos son los aliados de Miguel Ángel y de Velázquez y de Rubens. Los que se aseguran de que su brillantez no se apague —ni se oscurezca— nunca. 


elDiario.es

domingo, 11 de julio de 2021

MUSEO DE PONTEVEDRA

 


Novos Valores abre sus puertas en Pontevedra con las 14 obras seleccionadas




La muestra es testigo privilegiado de la evolución del arte gallego


Hasta el 12 de septiembre se puede visitar en el Edificio Sarmiento del Museo de Pontevedra la exposición Novos Valores 2021. Obra seleccionada. La muestra recopilar las catorce mejores piezas escogidas por el jurado, entre las que se encuentran las elaboradas por los artistas ganadores de las bolsas de esta edición: Rebeca Lar, Adrián Solleiro, Diego del Río y Daniel Cerecedo.

El director del Museo, Xosé Manuel Rey, se mostró esperanzado de que la dotación económica de estas cuatro bolsas contribuya a impulsar formación y especialización. En este sentido, aludió a que sus nombres se unen a una larga lista que se inició en 1864 y en la que se incluyen artistas de la talla de Sobrino, Souto, Maside, Colmeiro, Laxeiro, Lamazares, Matamoro o Antón Patiño. «Hai unha tradición de apoio secular á creatividade que desembocou no actual certame de Novos Valores, que constitúe unha testemuña da evolución da arte galega ao longo dos anos», añadió aludiendo a que este certamen inició una nueva fase al ampliar hasta los 35 años la edad para poder participar y, de este modo, potenciar «o compoñente de apoio á formación das e dos novos artistas».

En cuanto a los cuatro seleccionados, la viguesa Rebeca López Villar, que concurrió con la pintura Sen título (sobre paseos e arrepentimentos), reflexiona sobre el paisaje vinculándolo con las investigaciones sobre memoria histórica, «un terreo pantanoso, non exento de polémicas de diferentes dimensións (mesmo cando se abordan desde a práctica artística)», apuntó. Tiene previsto destinar los 7.500 euros concedidos por el Museo a continuar su formación artística «vencellada coa xestión e a redacción cultural a través da realización dalgún mestrado».

Reflexión, del tudense Adrián Solleiro González es un exponente de la escultura figurativa modelada que invita a adentrarse en una ilusión óptica con el rostro de una mujer. Tiene intención de destinar los 7.500 euros a continuar con el proyecto iniciado con esta obra, así como a formarse en anatomía aplicada a la escultura, pintura con aerógrafo, electrónica o robótica...

Diego del Río Comesaña está seleccionado gracias a Ras al Habout II, una continuación de la pieza presentada en el 2019. Consiste en una serie de 21 cuadros de pintura al óleo en la que expone las experiencias personales de sus viajes, «unha tarefa imposible, pero obsesiva». Este ferrolano destinará la bolsa a realizar más viajes, pero también a «unha estancia de investigación na Academia di Belle Arti di Brera (Milán) a finais deste ano, a unha residencia artística no Shangyuan Art Museum de Pekin durante tres meses aínda por determinar, e tamén a unha na Residencia Corazón de Bos Aires, este verán».

En cuanto a Daniel Cerecedo Bretal, A Pobra do Caramiñal, logró una bolsa con Picasso y Richter (después de), cuyo origen hay que encontrarlo en el relato de Plinio o Vello sobre la competición mantenida por Zuxis de Heraclea e Parrasio de Éfeso para determinar cual era el mejor pintor. Tiene previsto destinar su bolsa a un curso de pintura con Jaime Valero y formalizar la matrícula en el programa de Doutoramento en Creación e Investigación en Arte Contemporánea en Belas Artes de Pontevedra.




miércoles, 7 de julio de 2021

ARCO 2021

 

Arranca la 40ª edición de Arco, la más atípica





ARCOmadrid 2021 celebra el reencuentro cultural con el objetivo de reactivar el mercado.

  Organizada por IFEMA MADRID, registrará la participación de 131 galerías de 27 países -54% de internacionalidad-, con unas propuestas artísticas que ofrecerán una convocatoria de gran calidad con la que los profesionales del arte celebrarán este esperado encuentro.

  En esta convocatoria, la presencia de Latinoamérica toma un nuevo protagonismo con la incorporación de una sección especial de arte latinoamericano.

  Como novedad este año, la feria concentra los proyectos de artista exclusivamente en mujeres, lo que contribuirá a la mayor visibilidad y protagonismo de las creadoras.

  La cita estará especialmente centrada en los profesionales para lo cual, se amplía un día más, de miércoles a viernes, las jornadas dirigidas exclusivamente a los agentes del sector, abriendo al público general durante el fin de semana.

  Madrid, 8 de junio de 2021.- ARCOmadrid 2021, feria organizada por IFEMA MADRID, celebrará del 7 al 11 de julio su 40ª edición con el objetivo de marcar un punto de inflexión para relanzar y reactivar el mercado del arte contemporáneo. El apoyo recibido por instituciones, museos y centros de arte, galerías, coleccionistas y otros profesionales ha sido fundamental para poner en marcha este encuentro cultural que permitirá también impulsar la imagen de Madrid y de España.

Con este reto de ofrecer un escenario para la reactivación y el esperado reencuentro profesional, ARCOmadrid potencia, más si cabe, su complicidad con las galerías, en un trabajo de responsabilidad por impulsar el mercado artístico, promocionar artistas, y fomentar el coleccionismo.

  La confianza mayoritaria del sector; la ya iniciada y probada vuelta de actividad ferial internacional, y la positiva evolución de los ritmos de vacunación con el consiguiente efecto sobre la remisión de la pandemia, hacen prever un positivo escenario de convocatoria. A ello se suma el estricto protocolo desarrollado por IFEMA MADRID, que contempla todas las medidas necesarias para ordenar el flujo de asistentes y su movilidad; establecer los controles de aforo, las distancias de seguridad, la eliminación de contacto directo mediante el registro digital, y la incorporación de las últimas tecnologías para la seguridad sanitaria y el conteo de asistentes, y muy especialmente para la renovación del aire en pabellones.

  En esta ocasión, ARCOmadrid registrará la participación de 131 galerías, y una internacionalidad superior al 54%, cuyas propuestas artísticas ofrecerán una feria de calidad, con la que coleccionistas y profesionales del arte celebrarán el reencuentro cultural.

  Esta convocatoria única y excepcional estará especialmente centrada en los profesionales para lo cual, se amplía un día más, de miércoles a viernes, las jornadas dirigidas exclusivamente a los agentes del sector, abriendo al público general durante el fin de semana.

  Programas artísticos

  Con la complicidad y el apoyo de las galerías españolas, ARCOmadrid volverá a contar con su eje principal, el Programa General, que contará además con la participación de una importante representación de galerías europeas de primer nivel como Thaddaeus Ropac -París-; Chantal Crousel -París-; Mor Charpentier -París-; Lelong -París-; Jérôme Poggi -París-; Perrotin -París-; Hauser & Wirth -Zurich-; Peter Kilchman -Zurich-; Carlier Gebauer -Berlín-; Peres Projects -Berlín-; Nordenhake -Berlín; Krinzinger -Viena-; Georg Kargl Fine Arts -Viena-; Nächst St. Stephan Rosemarie Schwarzwälder -Viena-; Wilde -Ginebra- o Nadja Vilenne –Lieja-.

  A estas se suman algunas procedentes de otras regiones como como Dvir Gallery -Tel Aviv- o Movart -Luanda-, así como galerías latinoamericanas como Baró Galería -São Paulo-; El Apartamento -La Habana-; Proyectos Ultravioleta -Ciudad de Guatemala-; Aninat Gallery -Santiago de Chile-; Proyecto Paralelo - Ciudad de México-; House of Gaga -Ciudad de México-; La Balsa Arte -Bogotá- o Piero Atchugarry -Garzón-.

  En esta edición tan especial, la presencia de Latinoamérica toma un nuevo protagonismo. ARCOmadrid incorpora una sección especial de arte latinoamericano, producida con la complicidad de Mariano Mayer. En un nuevo modelo, que plantea la posibilidad de la presencia de obras que no requieren de transporte para su exhibición por su inmaterialidad, por la residencia del artista o por el apoyo de otras galerías, esta área contará con la presencia de obras de galerías como Arróniz -Ciudad de México-; Casa Triangulo, Luciana Brito -São Paulo-; Constitución, Herlitzka + Faria, Nora Fisch, Piedras y Rolf Art -Buenos Aires-; Die Ecke -Santiago de Chile-; Instituto de Visión, Nueveochenta -Bogotá-, y Vigil Gonzales -Cuzco, entre otras.

  Como ya es habitual, ARCOmadrid se interesa por nuevas galerías que, bien por su corta trayectoria o bien por ser novedosas para el contexto español, presentan propuestas interesantes y permiten descubrir otros creadores. En esta línea, a través del Programa Opening, cuya selección ha sido realizada por Övül Durmuşoğlu y Julia Morandeira, la feria será espacio para explorar galerías como Suprainfinit -Bucarest-; Jahmek -Luanda-; The Pill -Estambul-; Balcony -Lisboa- o Eugster Belgrade -Belgrado-.
  Asimismo, como novedad este año, ARCOmadrid concentra los proyectos de artista exclusivamente en mujeres, lo que contribuirá a la mayor visibilidad y protagonismo de las creadoras. Entre otras, Alexandra Karakashian -Sabrina Amrani-; Dominique González Foerster -Albarrán Bourdais-; Beth Moysés -Fernando Pradilla-; Sophie Ristelhueber -Jérôme Poggi-; Jessica Stockholde -Max Estrella-; Kristin Wenzel –Suprainfinit-; Isabel Villar -Fernández-Braso-; Magda Bolumar -Marc Domènech-; Maja Bajevic -Peter Kilchman-.

  Junto a los contenidos de las galerías, ARCOmadrid presentará otros espacios que ampliarán la visión de los visitantes entorno al arte contemporáneo. Desde ArtsLibris, feria de edición contemporánea, a los espacios culturales, pasando por el Foro de ARCOmadrid con un intenso programa de debates entorno a tres ejes: el futuro del mercado y las ferias de arte; sostenibilidad, agenda 2030 y el arte contemporáneo, y la creación hacia el futuro.

  ARCOmadrid 2021 se celebrará excepcionalmente del 7 al 11 de julio en los pabellones 7 y 9 del recinto ferial de IFEMA MADRID, dedicando las tres primeras jornadas exclusivamente a los profesionales, y el fin se mana abrirá sus puertas al público. 

 


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viernes, 2 de julio de 2021

BUSTE DE FEMME 43

 

Bombazo en el arte español: el Museo del Prado expondrá un cuadro de Picasso


Terremoto en el mundo del arte español: el Museo del Prado expondrá en sus salas un cuadro de Pablo Ruiz Picasso. Se trata de Buste de Femme 43, una obra pintada en 1943 por el que fuera director de la pinacoteca nacional y que ha sido donada por la Aramont Art Collection de la familia Arango Montull a la American Friends of the Prado Museum. El lienzo, que se mostrará de manera inmediata en las salas de retratos de El Greco, ha sido incorporado en depósito durante un periodo de cinco años.


Se trata de una noticia bomba que abre un nuevo panorama en el universo museístico de España. Hasta ahora, la fecha de nacimiento de Picasso, 1881, actuaba como factor de frontera entre el denominado arte clásico y el contemporáneo. Por eso el Guernica, su pintura más icónica, se exhibe en el Museo Reina Sofía y no en el Prado. Este movimiento, que se suma a la adquisición hace unos meses de un cuadro de María Blanchard, otra artista que a priori se escapa de los límites cronológicos y temáticos de la pinacoteca, puede desencadenar un auténtico cambio de paradigma. De momento cuenta con el visto bueno del Ministerio de Cultura.

Busto de mujer, según ha detallado el Prado, es una muestra de gran calidad de la respuesta de Picasso a la violencia de la II Guerra Mundial. En muchas de las imágenes femeninas pintadas en ese periodo el artista deformó los rasgos de las figuras de un modo radical. En esta, pintada en un solo día, lo hizo con trazos rápidos y muy seguros. La resonancia de los tonos del fondo y la rotunda presencia del tipo femenino revelan los ecos de su gusto por lo español y su profundo conocimiento de nuestra tradición pictórica.


 El presidente del Real Patronato del Prado, Javier Solana, ha subrayado que la decisión de American Friends, que también ha donado un retrato de Felipe III de Velázquez identificado en 2015, es "una buena noticia para todos los españoles". "Un cuadro de uno de nuestros grandes genios nacionales, hasta ahora en manos de una colección privada estadounidense, pasa a ser de acceso público gracias a la generosidad de la familia Arango Montull y American Friends y ello nos alegra a todos los que amamos la obra de Picasso, los museos y la cultura", ha añadido.

En esa misma línea se ha manifestado el director del museo, Miguel Falomir, quien ha mostrado su agradecimiento a los donantes y se ha felicitado de que la pinacoteca haya calado en los círculos de coleccionistas de Estados Unidos. "Este depósito es una excelente noticia para una institución cuya primera vocación es hacer accesible el arte a los ciudadanos", ha apuntado.

(EL ESPAÑOL)