El prolífico chupinazo de color de Luis Gordillo
El Museo de Arte de la Universidad de Navarra presenta una de las mejores exposiciones del 2021: un festival pictórico, humorístico y exigente del artista sevillano, leyenda viva de la pintura española
La muestra, comisariada por Sema D'Acosta, atraviesa todas las épocas de Gordillo a modo de anti-retrospectiva, incluidas las obras de la pandemia: "He sido más prolífico todavía", explica el artista
Sesión de hipnosis, maratón de verdes turquesa y azules adormilados, viaje alucinante sin alucinógenos. Cuadros que se escapan de su cuerpo y alma para brincar libres. Una aventura laberíntica. Unos Sanfermines pictóricos y fotográficos. Un chupinazo de color. Pamploneses, pamplonesas, viva San Luis, Gora San Luis. Sssshhh. Pum. Anti-retrospectiva juguetona, profunda y exigente de Luis Gordillo (Sevilla, 1934), leyenda viva de la pintura española, que se enseñorea en el Museo de Arte de la Universidad de Navarra (MUN).
Un sólido castillo de naipes
El título de la muestra, 'Memorándum', hace recordar que Gordillo ha llegado a la cima sin estar nunca de moda
La juerga pictórica se llama Memorándum, título apropiado porque hay que hacer memoria y recordar que Gordillo ha llegado al reconocimiento total sin estar nunca de moda y sin dejar nunca de trabajar. En las paredes ha creado un sólido castillo de naipes formado por trabajos de todas sus épocas y los que han surgido durante el confinamiento en los que la explosividad, la guasa y la reflexión bailan al compás. Arte para escapar se ha fugado a Pamplona para verla.
La muestra no es una cesión en vida, ni un testamento escrito hasta el último detalle: es el río de un artista que parece incombustible y que va a lo suyo, sin mirar al retrovisor, con descaro… descosiendo, si hace falta, las pocas leyes que rigen su día a día, marcado por el arrojo y la duda.
A simple vista, ese universo parece un parque de atracciones, un pasaje a la diversión. Luego, si se pone la lupa, sus trabajos están llenos de restos, pruebas, esfuerzos y sudores, de un caos en armonía, de una inseguridad enraizada, de no quedarse en un mismo lugar conceptual. Eso que él llama “gozo doloroso y viceversa”. “Luis se pasa el tiempo complicándose la vida y con esa incomodidad está más vivo que nunca”, resume Sema D’Acosta, comisario de la muestra.
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