martes, 23 de marzo de 2021

EXPOSICIÓN EN PAMPLONA

 

El prolífico chupinazo de color de Luis Gordillo

Transmigración de las almas, tríptico de Luis Gordillo pintado en 2020 



El Museo de Arte de la Universidad de Navarra presenta una de las mejores exposiciones del 2021: un festival pictórico, humorístico y exigente del artista sevillano, leyenda viva de la pintura española


La muestra, comisariada por Sema D'Acosta, atraviesa todas las épocas de Gordillo a modo de anti-retrospectiva, incluidas las obras de la pandemia:  "He sido más prolífico todavía", explica el artista  


Sesión de hipnosis, maratón de verdes turquesa y azules adormilados, viaje alucinante sin alucinógenos. Cuadros que se escapan de su cuerpo y alma para brincar libres. Una aventura laberíntica. Unos Sanfermines pictóricos y fotográficos. Un chupinazo de color. Pamploneses, pamplonesas, viva San Luis, Gora San Luis. Sssshhh. Pum. Anti-retrospectiva juguetona, profunda y exigente de Luis Gordillo (Sevilla, 1934), leyenda viva de la pintura española, que se enseñorea en el Museo de Arte de la Universidad de Navarra (MUN).

Un sólido castillo de naipes


El título de la muestra, 'Memorándum', hace recordar que Gordillo ha llegado a la cima sin estar nunca de moda


En 'Cirugía esquima' gordillo enmarca su obra, el rectángulo central, con otra: una lona especial que crea una atmósfera añadida 


La juerga pictórica se llama Memorándum, título apropiado porque hay que hacer memoria y recordar que Gordillo ha llegado al reconocimiento total sin estar nunca de moda y sin dejar nunca de trabajar. En las paredes ha creado un sólido castillo de naipes formado por trabajos de todas sus épocas y los que han surgido durante el confinamiento en los que la explosividad, la guasa y la reflexión bailan al compás. Arte para escapar se ha fugado a Pamplona para verla.

Colouring book 03, obra de Luis Gordillo 2016 que evoca el mundo de la pintura y el dibujo y la infancia 



La muestra no es una cesión en vida, ni un testamento escrito hasta el último detalle: es el río de un artista que parece incombustible y que va a lo suyo, sin mirar al retrovisor, con descaro… descosiendo, si hace falta, las pocas leyes que rigen su día a día, marcado por el arrojo y la duda.


'Paolo Ucello four', homenaje de Luis Gordillo al pintor florentino del cinquecento pintado en 2020 



A simple vista, ese universo parece un parque de atracciones, un pasaje a la diversión. Luego, si se pone la lupa, sus trabajos están llenos de restos, pruebas, esfuerzos y sudores, de un caos en armonía, de una inseguridad enraizada, de no quedarse en un mismo lugar conceptual. Eso que él llama “gozo doloroso y viceversa”. “Luis se pasa el tiempo complicándose la vida y con esa incomodidad está más vivo que nunca”, resume Sema D’Acosta, comisario de la muestra.


Luis Gordillo se pasa  el tiempo complicándose la vida y con esa incomodidad está más vivo que nunca

Sema d'Acosta
Sema D'AcostaComisario de la muestra

Autobiografía Gordillensis, juego de memorias y retales de Luis Gordillo realizado durante la pandemia 


Algunos de los trabajos que se presentan en Pamplona surgen de esa observación. Biografía Gordillensis, tabla horizontal de cinco metros de largo, es una vida del pintor hecha de retazos como los que se cuelgan en el tablero de corcho. Gordillo aparece tocado con una peluca afro roja, al lado de Rembrandt. “No es que admire a Rembrandt sobre todos las cosas, hay muchos grandes en aquellos siglos, pero fue un hombre que al final lo pasó muy mal, se hizo más valiente, con una obra más difícil y quedó fuera de onda”, explica al teléfono desde su casa en cercana a la sierra madrileña.

Autocaricatura de Gordillo con peluca roja, detalle de 'Biografía gordillensis', obra de 2020



No es que admire a Rembrandt sobre todos las cosas, pero fue un hombre que al final se hizo más valiente y  lo pasó muy mal

Luis Gordillo
Artista plástico

Naufragio 2020, serie de fotografías de los restos del fregadero del estudio de Luis Gordillo 



En otra obra, Naufragio 2020 se presentan una serie de fotografías de los cacharros que el artista va dejando en el fregadero del estudio, lo iba observando cada día y entrevió su poder estético. “Cogí una máquina digital y tracatrá”, resume con su peculiar gracejo. 


(LA VANGUARDIA)

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