viernes, 18 de junio de 2021

ENTREVISTA A UNA GALERISTA

 

Valeria Aresti, de matemática a galerista: hablamos con el nuevo rostro del arte en Madrid

Valeria Aresti, fundadora de la galería Fahrenheit Madrid.

Se ha formado en Nueva York y ha trabajado con grandes artistas como Damian Hirst en Londres. Desde 2019 dirige la galería Fahrenheit en el madrileño barrio de Justicia.

Iba para matemática, pero terminó trabajando en lo que más le gustaba hacer de niña: perderse entre pinturas y dibujos. Valeria Aresti es la fundadora de la galería Fahrenheit Madrid, ubicada en el madrileño barrio de Justicia y que trata de abrirse paso en el complicado mundo del arte. Es hija de Álvaro Aresti, directivo durante décadas de BBVA y desde 2019 al frente de Distrito Castellana Norte, la empresa que gestiona el macroproyecto inmobiliario conocido como Operación Chamartín, y de Patricia López Granados, hija de Enrique López Contreras, el que fuera presidente de Honor de Single Home y de Finca Cortesin. Su hermano es el galerista Javier López Granados y Valeria, una mujer que no para.

Tras formarse y trabajar en Nueva York y Londres, decidió ‘volver a casa’ y fue en 2019 cuando se lanzó al mundo empresarial abriendo su propia galería. En Vanity Fair hemos hablado con ella entre un viaje a la ciudad de los rascacielos, la organización de una nueva exposición en su galería (que inauguraron el pasado 19 de mayo bajo el título Some Other Sunset) y la llegada de su primer hijo.

Exposición Some Other Sunset de Heidi Hahn en la galería Fahrenheit.

Valeria, ¿qué es para ti el arte?

Un lenguaje universal. Los artistas representan ‘su realidad’ o ‘su verdad’ y la expresan a través de su obra. El arte perdura y es un relato. El arte estimula los sentidos. ¡La imaginación del artista es infinita! La parte más atractiva de mi trabajo es mi relación con ellos. Son la gente más interesante que conozco, me divierte todo entender sus inquietudes, aspiraciones y tensiones.

¿De dónde te viene esa pasión que has convertido en tu profesión?

Yo creo que parte es innata y el resto se va cultivando a lo largo de tu vida. Mi abuelo siempre nos dibujaba cuando era pequeña. Le seguimos llamando “Pintor”.

Tengo entendido que empezaste a estudiar Matemáticas, ¿cómo fue el salto a Historia del Arte?

La pregunta es, ¿qué hacía estudiando Matemáticas? (risas) La carrera la hice en Fordham University, la acabé y me di cuenta de que eso no me llenaba. Allí tuve suerte de poder inscribirme en una clase de Historia del Arte y me di cuenta de que era lo que realmente quería. No dude en cambiar de barco. También terminé allí Historia del Arte. Más tarde, hice un master en Arte Contemporáneo en Sotheby’s NYC.

¿Qué te dijeron tus padres cuando les dijiste que cambiabas Matemáticas por el Arte?

“¡Ánimo!”. Es una suerte poder darte cuenta a tiempo de lo que te gusta, y ser valiente y dar el salto. Luego te implicas, sufres y disfrutas haciendo de tu pasión tu forma y medio de vida.

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