martes, 29 de junio de 2021

DESPINTURA FÓNICA

 

Miquel Barceló: cómo hacer y deshacer un gran cuadro en 40 minutos


En la performance ‘Despintura fònica’, el pintor mallorquín utiliza un método de caligrafía china para crear formas con agua que desaparecen al secarse


Miquel Barceló, ejecutando su performance 'Despintura fònica' en el Museo de Málaga el pasado día 18.


Viernes por la tarde. Los invitados empiezan a llegar al patio del Museo de Málaga, monumental edificio neoclásico que antes fue Gobierno Civil y comisaría, y aún antes aduana. Hace un tiempo muy agradable, no excesivamente caluroso.

Sillas espaciadas con normas covid van a acoger a unas cien personas, para contemplar la performance de Miquel Barceló y Pascal Comelade Despintura fònica

                                               El equipo de trabajo del artista de Felanitx.

“Quería traer aquí esta acción para apoyar mi exposición”, me ha explicado horas antes el pintor de Felanitx. 

En efecto, la muestra Metamorfosis en el museo Picasso de Málaga debía haberse inaugurado en primavera de 2020. Finalmente abrió en enero de 2021, los primeros ­meses con numerosas restricciones y complicación de desplazamientos. Ahora estamos en un mejor momento. Pero el auditorio del Museo Picasso tiene capacidad limitada y por eso la convocatoria se ha trasladado a este espacio más amplio de una institución vecina.

Van marcándose formas orgánicas


“El antecedente más inmediato de lo que voy a hacer es la performance Pasodoble que realicé con Josef Nadj. Aquella era mucho más física, acabábamos agotados. Ésta es más descansada”, confiesa.

Pasodoble , representada por primera vez en el Festival de Aviñón 2006, vista después en Venecia, Palma o Barcelona, era una lucha creativa, una pelea cuerpo a cuerpo del pintor y el coreógrafo Nadj con un bloque de arcilla, descompuesto, remodelado una y otra vez y finalmente destruido. Aquí, en cambio, la gran protagonista va a ser el agua.

Mientras la gente entra me presentan a Bernard Ruiz Picasso, nieto del pintor, presidente del consejo ejecutivo del patronato del Museo Picasso malagueño. Me cuenta que conoció a Barceló en la Barcelona de los años ochenta; en Mallorca se ven a menudo. La fundación de Ruiz Picasso y su esposa Almine Rech colabora en varias actividades vinculadas a la muestra Metamorfosis (de la que dio cuenta Cultura/s , 20/02/2021).

En un extremo del patio, sobre un bastidor, se alza un gran lienzo de diez metros por cuatro, de un material plástico. A los lados descansan sendos conjuntos de instrumentos, los que el pintor empleará, y que componen un curioso bodegón de apariencia también muy plastificada.

Barceló, vistiendo camiseta rosa suave y pantalón blanco, entra en escena. Le da la bienvenida el director del museo Picasso, José Lebrero Stals, quien remarca que “éste es un momento de reencuentro con la sociedad civil”. Y que tras todas las complicaciones, “Barceló ha cumplido, ha vuelto a Málaga”. “Este acto –añade– participa de ese ritual tan atrevido y tan mágico que es la creación. Sobre la hoja en blanco, o aquí, sobre la tela, se ofrece el artista en una experiencia única”.

El compositor e intérprete de Mont­pellier residente en Barcelona Pascal Comelade, con sombrero, se sienta frente al piano situado a la derecha.

Líneas sinuosas, bandas anchas, goteos


Da comienzo Despintura fònica. Barceló se lanza a marcar sobre la tela grandes puntos y rayas, líneas sinuosas. Utiliza una esponja redonda, una esponja rodillo, otra con forma apepinada, fijadas a un palo. Las va mojando en una cubeta y aplicando. Cuenta también con vaporizadores de distintos tamaños.

El cuadro va tomando forma


Con el rodillo extiende la mancha; algunas líneas se hacen sinuosas. Adoptan –se diría– una apariencia orgánica. ¿Estamos viendo la espina dorsal de un dinosaurio? La música de Comelade, de aire minimalista (aunque me dicen que no le gusta este calificativo) incrementa su ritmo e intensidad.

El músico Pascal Comelade acompaña la acción al piano


El mallorquín incorpora rasgos puntiagudos. Con el cepillo efectúa pequeñas marcas. Usa una fregona para las franjas mas gruesas. Da la impresión de que él mismo se está empapando. Si estuviera trabajando con una pintura negra, como podríamos creer viendo lo que tenemos ante nuestros ojos, camiseta y pantalón ya se habrían oscurecido mucho. Pero juega con una ilusión óptica.

Ahora parece que vislumbramos cuatro o cinco figuras humanas verticales. También creo identificar un rostro angustiado, con la boca muy abierta, que remite a El grito de Munch. ¿O son únicamente imaginaciones mías?

¿Un rostro angustiado en un bosque de formas oscuras?


Barceló pulveriza más agua. Crea nuevos puntos, rayas, manchas, zonas enteras manchadas. El piano de Comelade enriquece la contemplación de este proceso, ejecutado de forma concentrada pero sin la visceralidad casi violenta de Pasodoble .

Llegamos al clímax. Miquel Barceló ha llenado casi al completo la tela. Se sienta, descansa, contempla su obra.

La música baja de tono.

SEGUIR LEYENDO

No hay comentarios:

Publicar un comentario