sábado, 21 de abril de 2018

ALEJANDRO GARMENDIA




      Alejandro Garmendia, el artista “por descubrir”


Alejandro Garmendia es un artista "por descubrir". Tras su prematura muerte hace un año, la Sala Kubo de San Sebastián le dedica ahora una exposición que recorre la trayectoria de un creador multidisciplinar que experimentó con el cómic, la música y el audiovisual y, sobre todo, con la pintura y el collage.
 
"Paisajes, enigma y melancolía" es el título que se ha dado a esta antológica, palabras que compendian el carácter de la obra de "un genio creador" , según le ha definido Fernando Golvano, comisario de la muestra.
 
Más de un centenar de obras visuales y sonoras se podrán contemplar en los espacios de la sala de exposiciones del Kursaal  hasta el 27 de mayo, un cruce de fronteras de un género a otro que se desarrollaron en paralelo al "nomadeo vital" de Garmendia, quien residió en Burdeos, París, Bilbao, Barcelona, Madrid, Nueva York, Edimburgo y Hendaya.
 
El pintor, al que su familia y amigos llamaban "Sander", murió en febrero de 2017 a los 57 años. En su funeral comenzó a gestarse esta muestra, que entre otros impulsó su hijo Nicolás, también artista y fallecido unos meses después.
 
 
 
A la memoria de ambos está dedicada la exposición, a cuya presentación han acudido  la viuda de Garmendia, Gill Connon, su hermana, Olatz López Garmendia, y su sobrino, Cy Schnabel, hijo del pintor Julian Schnabel, con quien "Sander" colaboró, por ejemplo, en su película "Berlin", que recuperó en concierto el emblemático álbum de Lou Reed.
 
Junto a algunas de las obras expuestas se han colocado reflexiones del artista, que creó "espacios inexistentes" al lograr romper "la conexión lógica con la realidad", que siempre jugó con una "intención experimental" porque le llevaba a "resultados inesperados".
 
 
 
Su facilidad para el dibujo y su vocación narrativa le orientaron en sus primeros años a interesarse por el cómic y el grafiti, al tiempo que su inquietud por la música le empujó a crear en 1991 el grupo Fat Esteban con Mauro Entrialgo y Juanjo Pedregosa, y a partir de 2005 a desarrollar piezas de música experimental.
 
Con esas primeras obras de los años 80 arranca la visita, que sigue por una segunda sala en la que se pueden observar obras de pequeños y grandes formatos, collages y óleos.
 
 
 
Las atmósferas acuosas se encuentran a continuación, junto a instalaciones y vídeos de su larga estancia neoyorquina, donde vivió en el mítico Chelsea Hotel.
 
Los paisajes abstractos de Garmendia, claves en su carrera, las cajas-esculturas y los fotomontajes digitales forman parte también de las sucesivas etapas creativas de este autor, que a mediados de los 90 inventó un método de trabajo, llamado "coctailtecnic", mediante el cual elaboraba obras a partir del azar.
 
 
 
 Es uno de los artistas más polifacéticos e ingeniosos que nos podemos encontrar en la creación contemporánea. Ninguna disciplina le ha sido ajeno", ha asegurado Golvano.
 
Ha dicho también que Garmendia era "un gran tímido" que en "todos los escenarios creativos desplegó una voluntad experimental, irónica, a veces satírica y, casi siempre, melancólica", pero con una melancolía "activa", opuesta al "ensimismamiento".
 
La mayoría de las obras expuestas proceden de colecciones privadas, aunque también hay otras de entidades como el Museo Reina Sofía y Kutxa Fundazioa.
 

 
 

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