lunes, 9 de octubre de 2023

KUTXA

 

JAN GROOVER

Laboratorio de formas

21/07/2023 - 12/11/2023

Comisarias: Émilie Delcambre y Tatyana Franck


Esta exposición examina la obra completa de Jan Groover, con una selección de más de 150 fotografías y objetos que nos muestran su trayectoria profesional, fruto de una amplia investigación que pone de relieve el singular proceso creativo de Groover.

A través de una cuidada selección de piezas, las comisarias Émilie Delcambre Hirsch y Tatyana Franck nos descubren el proceso artístico de Groover y nos revelan la naturaleza experimental de su trabajo y su influencia en la fotografía moderna. Las obras se estructuran en 4 secciones:


Polípticos. Por el camino de la fotografía

Formada como pintora, Jan Groover comenzó su trabajo fotográfico «por la puerta de atrás». En 1967 compró su primera cámara y se inició como fotógrafa autodidacta, un acontecimiento que ella calificó como «mi primer acto como adulta».

Aunque sus primeras imágenes fueron fotos triviales de su entorno, pronto se convirtieron en complejos polípticos que combinaban varias tomas entre sí. La disposición específica de esas fotografías generaba todo un juego visual que no sólo

giraba en torno al objeto representado —deliberadamente eclipsado o, por el contrario, multiplicado—, sino también en torno al ritmo, el espacio y la temporalidad. En aquella época, Jan Groover exploraba las características propias del medio fotográfico, tales como su capacidad para aislar visualmente un fenómeno del resto del mundo y abstraerlo del tiempo, así como sus capacidades miméticas.

Sus polípticos, punto de partida de su reflexión formal y plástica, se exhibieron en 1974 en la Light Gallery de Nueva York, pionera en el campo de la fotografía contemporánea.


Naturalezas muertas

La naturaleza muerta ocupa un lugar central en la obra de Jan Groover. Se trata de una temática a la que la artista volvió de manera recurrente a lo largo de toda su carrera. Ese apego a un género figurativo esencial procede sin duda de la formación de Groover como pintora, que reforzó su intuición de que un artista debe «fabricar» su propia visión de las cosas, sin dudar en representar aquellos elementos que tiene a su alcance.

Desde la emblemática Naturalezas muertas de cocinas, iniciada en 1977, hasta las últimas creaciones de la década del 2000, Jan Groover exploró una y otra vez ese género, situando su práctica artística dentro la historia de la pintura, la escultura y la fotografía, pero sin dejar por ello de ser totalmente innovadora.

En cierto sentido, la naturaleza muerta es el vínculo entre las temporalidades y las formas de representación en torno a las cuales gravita toda la obra de Jan Groover.


Platino y paladio. Hacia un (re)descubrimiento del platino

Patentado en 1873 por el inventor británico William Willis, el proceso del platino permite crear impresiones por contacto, con una reproducción monocromática que recuerda al grabado, a base de intensos tonos negros y sutiles grises. El platino a veces se reemplaza o se mezcla con paladio, que «calienta» los medio tonos de la imagen hacia el marrón.

Aunque este proceso fue cayendo en desuso, en los años sesenta y setenta suscitó un renovado interés por parte de algunos fotógrafos contemporáneos, como Irving Penn. Esos artistas compartieron un entusiasmo común por los procesos antiguos (llamados «alternativos») y artesanales que les permitió revisar la historia técnica de dicho proceso.

Jan Groover descubrió el proceso del platino-paladio en 1979 gracias a su colega Jed Devine. Aunque al principio la técnica le pareció demasiado «romántica» y totalmente anacrónica, acabó por rendirse a sus encantos. Esta práctica marcó una nueva etapa en su trabajo, que la llevaron a explorar géneros diferentes de la naturaleza muerta, como el paisaje, el retrato y el desnudo.


Los años franceses

Jan Groover y su marido abandonaron Estados Unidos en 1991. Aunque en un principio habían planeado instalarse en París, acabaron comprando una casa de campo cerca de Montpon-Ménestérol, un pequeño pueblo de la Dordoña.

Esta separación de la escena artística neoyorquina marcó una evolución gradual en la carrera de Jan Groover. Obligada a abandonar su trabajo como profesora en Nueva York, la artista siguió adelante con su práctica fotográfica. También siguió formando parte ocasionalmente de jurados y participando en talleres de fotografía.

Esta exposición es la tercera etapa de una itinerancia por Europa. Tras su presentación en Photo Elysée de Lausanne (Suiza), entidad depositaria del fondo personal de la artista desde 2017, y su paso después por la Fondation Cartier-Bresson de París (2022-2023).





Jan Groover (1943-2012)


Jan Groover (1943-2012) es una notable fotógrafa estadounidense, que desempeñó un papel significativo en el manejo de la fotografía en color, y es conocida por su inquisición formal de la naturaleza muerta, así como por su exploración de diferentes técnicas creativas, como en el uso de grabados de platino y paladio.

Formada originalmente como pintora, la exploración de Groover del espacio y el volumen se impregnó de su interés por las obras del Renacimiento y los bodegones de Giorgio Morandi. Pero en 1967 abandona la pintura y asume la fotografía como una especie de desafío, al considerar que esta disciplina «no se tomaba en serio» en los Estados Unidos. La compra de su primera cámara fue, según ella misma su «primera decisión adulta». Su afición por la abstracción y lo pictórico ya se advierte en sus primeras series de polípticos, donde el sujeto se multiplica, se divide o se oculta tras formas opacas hasta la negación.

A partir de finales de la década de 1970, Groover recurrió a la naturaleza muerta, un género tradicional en el arte pictórico, experimentando con él hasta el final de su vida a través de temas, formatos y técnicas impresionantemente diversos. En un momento en que la fotografía documental estaba a la vanguardia, Groover aplicó su experiencia en pintura a la fotografía, dando el debido crédito a la fotografía abstracta al crear imágenes por el bien de la forma, lejos del significado y la declaración. Además de sus naturalezas muertas, Groover también produjo series sobre autopistas, retratos y partes del cuerpo.

En 1991 se trasladó a Francia con su marido, el pintor Bruce Boice, donde falleció el 1 de enero de 2012. Gracias a la colaboración del marido de la fotógrafa, el archivo de Groover se conserva desde 2017 en el Photo Elysée, Museo de Fotografía de Suiza. Montada sobre una base formada por series de fotografías, dibujos preparatorios y documentos de archivo, buena parte de la cual no ha sido expuesta anteriormente, esta retrospectiva rememora por primera vez toda la carrera de la artista, sin olvidar su labor como profesora y coleccionista. La exposición tiene como objetivo poner de relieve el poder creativo de una mujer que creía que «de todos modos, tienes que inventarlo todo».

Jan Groover tuvo la virtud de reinventarse constantemente, dejando así su huella en la historia de la fotografía.

 

Autoría desconocida. Retrato de Jan Groover. Montpon-Ménestérol, Francia, ca. 1991 © Photo Elysée – Fondo Jan Groover



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