miércoles, 5 de junio de 2019

MUSEO THYSSEN (MADRID)



         "Pioneras. Mujeres de la vanguardia rusa"


 Hasta el 16 de Junio
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza



A comienzos del siglo XX, se fraguó un renacimiento cultural sin precedentes en el Imperio Ruso. La vida artística se llenó de exposiciones y exaltados manifiestos que combinaban influencias de corrientes vanguardistas extranjeras con aspectos genuinos de la cultura rusa. Este acontecimiento excepcional tuvo además una característica que lo diferenció del resto de los movimientos artísticos de la época: la conocida como vanguardia rusa contó con una participación femenina no solo muy numerosa, sino también extremadamente activa y relevante.

 
Algunas de las más destacadas artistas de este movimiento forman parte del montaje especial Pioneras. Mujeres artistas de la vanguardia rusa, que reúne una selección de 12 obras de las colecciones del museo de Natalia Goncharova, Alexandra Exter, Olga Rózanova, Nadeshda Udaltsova, Liubov Popova, Varvara Stepanova y Sonia Delaunay, además de textos, biografías y fotografías. Todas ellas crecieron y se formaron en un régimen que se aferraba a los valores de la época preindustrial y, sin embargo, se convirtieron en pioneras de la creación, difusión y defensa de los nuevos lenguajes artísticos que fascinaron y escandalizaron a partes iguales a la sociedad rusa y europea de comienzos de siglo. 
 
 
Jóvenes, inteligentes, libres y rebeldes no formaron un grupo, aunque muchas de ellas se conocieron e influyeron mutuamente. Sus nombres están asociados a los diferentes movimientos que se sucedieron durante los últimos años de la Rusia de los zares y sus carreras habían alcanzado la madurez cuando, en 1917, triunfó la Revolución de Octubre. Con su ímpetu y determinación no solo consiguieron integrarse en completa igualdad en la vanguardia, sino que en muchos sentidos la lideraron, marcando un importante hito en la historia del arte. 
 
 
Varvara Stepanova ( Kaunas 1894 – Moscú 1958)
 
La más joven de las pioneras admiró, durante los primeros años de su carrera, a los poetas futuristas y, en 1917, comenzó a escribir poemas transracionales que se convirtieron en la base de una serie de libros manuscritos en los que, siguiendo a Rozanova, combinaba texto y formas abstractas. Su entusiasmo por el triunfo de la Revolución de Octubre, la llevó a poblar sus obras con personajes que representaban el ideal (robótico, eficiente y dinámico) de la era socialista. En septiembre de 1921, se unió al grupo de artistas que decidieron abandonar la pintura de caballete. Stepanova, única artista de su época con formación en artes aplicadas, expandió sus ideas al terreno del diseño de vestimenta y textil, a la decoración de espacios públicos y teatrales y se convirtió en una de las principales representantes del constructivismo.
 
 

 
 
Varvara STEPANOVA. Jugadores de billar, 1920 (Billiard players) Óleo sobre lienzo. 66 x 129 cm (con marco 82.5 x 147.5 cm) Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza       
 
Liubov Popova (Ivanovskoie, 1889-Moscú, 1924)
 
Desde muy temprano, Popova combinó su fascinación por el arte antiguo ruso con numerosos viajes familiares por toda Europa. El arte clásico italiano, en especial los fundamentos compositivos del estilo renacentista, dejaron una imborrable huella en ella. Interesada también por las corrientes artísticas contemporáneas, viajó a París en 1912 con su amiga Udaltsova, donde entró en contacto con el cubismo. Una nueva Olga Rózanova (a la izquierda) con Ksenia Boguslavskaia y Kazimir Malévich ante las pinturas suprematistas en la exposición 0.10, Petrogrado, 1915 Nadeshda Udaltsova, Moscú, 1915 Liubov Popova, ca. 1920 estancia en Italia le permitió conocer de primera mano el futurismo, combinando ambos lenguajes en sus obras. Posteriormente, su interés osciló entre el suprematismo y el constructivismo, aunque manteniendo siempre una clara independencia artística. En 1921, junto a otros artistas del Instituto Estatal de Cultura Artística (Injuk), renunció a la pintura de caballete e inició una importante carrera como diseñadora gráfica, textil y escenógrafa.
  

Liubov POPOVA Arquitectura pictórica, 1918 (Painterly Architectonic) Óleo sobre lienzo. 45 x 53 cm (con marco 52.2 x 60 cm) Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid

Natalia Goncharova (Negaievo, 1881-París, 1962)
 
Desde sus primeras obras de finales de la década de 1900, Goncharova combinó a la perfección un interés por los movimientos de vanguardia europeos con la búsqueda de inspiración en el folclore y las raíces populares rusas. Tras esta primera fase neoprimitivista, donde se apreciaba la admiración por Gauguin y Matisse, se interesó por el cubismo y el futurismo, y finalmente desarrolló, junto a Larionov, el rayonismo. Este movimiento, basado en las teorías científicas de la luz, convertía el espacio pictórico en una reflexión sobre la acción y la refracción de los rayos lumínicos.
 
 
Natalia GONCHAROVA Pesca (Pescadores), 1909 (Fishing (fishers)) Óleo sobre lienzo. 112 x 99,7 cm. Colección Carmen Thyssen- Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza


 

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