miércoles, 12 de diciembre de 2018

CAIXAFORUM BARCELONA


MONTMARTRE FUE EL DENOMINADOR COMÚN GEOGRÁFICO PARA MUCHOS DE LOS ARTISTAS INCLUIDOS EN ESTA EXPOSICIÓN.



 
 
Las calles, los cabarets y los cafés del barrio de Montmartre fueron escenario de una explosión creativa, marcada por la bohemia y la vanguardia de la mano de jóvenes artistas e intelectuales que desafiaron a lo establecido. Henri de Toulouse-Lautrec (Albi, 1864 - Château Malromé, 1901) y otros artistas como Vincent van Gogh, Jean-Louis Forain, T. A. Steinlen, Pierre Bonnard o Édouard Vuillard contribuyeron a este florecimiento de un movimiento rompedor al margen de la burguesía.


 
La exposición, que consta de más de 350 obras con préstamos internacionales de colecciones públicas y privadas, representa un viaje por el París bohemio de entre siglos. Una muestra multidisciplinar para comprender el papel fundamental que el espíritu de Montmartre tuvo en el desarrollo del arte moderno, y la manera en la que Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos influenciaron en la evolución de la producción artística efímera: carteles, ilustraciones, impresiones y diseños, que expandieron a nuevos públicos el espíritu bohemio y las creaciones artísticas.
 
        
 
UN BARRIO TRANSFORMADOR
 

En 1880, Montmartre era una zona marginal y peligrosa apartada de París que empezó a atraer a numerosos jóvenes creadores. Los artistas Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Signac, Pierre Bonnard y Henri-Gabriel Ibels, los intérpretes Aristide Bruant e Yvette Guilbert, los escritores Émile Goudeau, Alphonse Allais y Alfred Jarry, y los músicos Erik Satie, Vincent Hyspa y Gustave Charpentier se mudaron allí. Todos ellos querían vivir gastando poco, trabajar en el París bohemio y evitar el centro burgués de la capital francesa. Montmartre fue el denominador común geográfico de muchos artistas, que contribuyeron activamente a definir la estética vanguardista de la época.
 
Las propias calles de Montmartre y el entretenimiento que se encontraba en los cabarets, los teatros, los cafés concierto y los circos era una fuerte inspiración para los artistas. No solo asistieron a los espectáculos y participaron en ellos, sino que empatizaron con los vagabundos o las prostitutas, y se veían a sí mismos al margen de la sociedad establecida. El lado más oscuro de la vida de fin de siècle quedó plasmado en la obra de numerosos talentos. Toulouse-Lautrec representa una figura clave para enlazar a los artistas e intelectuales que situaron Montmartre en el punto de mira de la transgresión y la vanguardia de finales del siglo XIX.
 
HASTA EL 20 DE ENERO
 
 

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