Agenda de arte de septiembre: del refinamiento de Madrazo a las esculturas de Sandra Poulson o las sátiras de Juan Pérez Agirregoikoa
Lo mejor del arte para visitar esta rentrée de septiembre.
No se empieza una nueva temporada para volver a encontrarse lo mismo de siempre. Tampoco en el arte. Después de que las principales galerías del país inauguren algunas de sus mejores exposiciones del año, lo harán varios museos y centros de arte. En el primer plano de esta agenda, relevantes cuestiones políticas y varios artistas de primer orden. El resumen de todo esto es que nada de lo que viene resulta superficial, aunque sí muy gozoso.
Nueva temporada de las galerías de arte en Madrid, Barcelona, Valencia y Palma
Las galerías de arte siguen los ritmos del curso escolar, así que durante el mes de septiembre tendrán lugar las inauguraciones de las nuevas temporadas. En Madrid, Apertura durará del 11 al 14 de septiembre e incluirá casi 60 exposiciones, entre las que destacan las de los históricos Luis Claramunt en Ehrhardt Flórez y Patricia Gadea en Maisterravalbuena, además de Luis Gordillo (y compañía) en Carlier Gebauer o Babak Golkar y Chant Avedissian en Sabrina Amrani, entre muchos otros. Del 18 al 21 será el turno de Barcelona Gallery Weekend, que este año ofrece la novedad de unas cuantas exposiciones efímeras, además de la oportunidad de ver lo nuevo de Eva Fàbregas (en Bombon Projects), Julia Spinola (en etHall), Luce (ProjecteSD) o Ken Sortais (en Galería Alegría), además de Christo y Jeanne-Claude (en Prats Nogueras Blanchard).
Muñoz Barberán: Luz, historia y arte contemporáneo
Representa un espacio donde convergen la inspiración, la memoria y la emoción, que captura momentos cotidianos y la atmósfera única que envuelve a visitantes y obras
El cuadro de Manuel Muñoz Barberán 'Galería del Prado' (1994). / Manuel Muñoz Barberán
«La trama de relaciones que habita en la distancia psicológica y física que nos une a un museo (o nos separa de él) es, posiblemente, de las más complejas. El museo es un espacio, un topos, sobre el que se escenifican situaciones de argumentos diversos: la luz de la reflexión, el temblor embargante del gozo, la lenta aritmética del aprendizaje, el silencio encogido de la veneración, las pruebas iniciáticas y el vértigo de la mensuración del yo…»
Eugenio D’Ors
Nadie escapa a la fascinación del Prado. Pocos artistas, no solo españoles, han podido sustraerse a la tentación de buscar en el Museo del Prado una fuente de aprendizaje o de inspiración; a veces, planteada la cuestión como un homenaje más o menos explícito, otras como un ejercicio plástico y creativo a partir de la obra que sirvió de referente o modelo. Sabemos, así lo contó, y dejó escrito Manuel Muñoz Barberán en alguna ocasión, que el Prado fue parte de su aprendizaje, admirando, observando detenida, minuciosamente, las composiciones, el dibujo, las pinceladas… de los grandes maestros; o, directamente, copiando alguna de las obras maestras que el museo alberga.
En los años cincuenta, su pasión por Velázquez, El Greco o Goya quedó reflejada en los numerosos apuntes, dibujos, acuarelas… esbozos y copias creadas a partir de nuestros más señeros pintores. De Goya, de la obra del zaragozano, que se encuentra en el Prado, pueden datarse distintas copias, a las que hay que sumar la que realizó, esos años, del Entierro de la Sardina, cuadro en propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Una pasión que siempre he pensado que ha quedado reflejada en uno de sus temas más relevantes: el carnaval, las mascaradas, que mezcló, con felices logros y sugerentes resultados, su fascinación por Goya con la atracción que sentía por Venecia. Las estancias en Madrid –donde expondría en las salas Toisón y Grifé & Escoda–, y las consecutivas visitas al Museo del Prado, fueron habituales en la trayectoria de Muñoz Barberán entre los años cuarenta y finales de los sesenta. Aunque la pasión por el Prado nunca abandonaría al de Lorca, como podemos fácilmente apreciar en esta Galería del Prado fechada en 1994.
No le ha interesado a Muñoz Barberán destacar, en la escena representada en este cuadro, obra o pintor alguno, que se nos permita identificar –una evidencia o, más propiamente, ausencia notoria cuando contemplamos el óleo–. Barberán ha preferido mostrarnos el ambiente de un día cualquiera en el Museo del Prado; haciéndonos partícipes del momento en el que varios grupos de visitantes recorren las salas de la institución y deambulan por sus galerías, deteniéndose frente a alguna significativa pintura de las que embellecen y adornan sus paredes.
Al fondo de la galería, Barberán ha esbozado –quedando apenas sugerido en el lienzo– el grupo escultórico, en bronce, que Leone Leoni dedicó al Emperador Carlos V; un conjunto escultórico –que concluyó su hijo Pompeo– colocado en el centro de la rotonda que Juan de Villanueva ideó como tributo al Panteón de Agripa edificado en la ciudad de Roma Barberán nos regala en este cuadro, perteneciente a la última época del artista, una lección magistral sobre pintura. La atmósfera, el aire, que parece haberse detenido un instante en la galería, se convierte en el verdadero protagonista de la obra. La luz atraviesa la cristalera de la bóveda y dibuja con precisión las arquitecturas de la estancia, contribuyendo a acentuar las gradaciones de color entre el brillo del suelo, las paredes nacaradas y esos potentes grises azulados de las columnas y los techos abombados. Una luz que acaba por posarse, en forma de luminosa y exacta pincelada, sobre cada una de las figuras, de los personajes que animan la fugaz escena, que parece haber sido congelada por la mirada y el trazo del murciano.
Hay otro cuadro de Barberán, realizado en 1995, que –este sí– protagoniza la rotonda de Villanueva y el bronce de los Leone representando a Carlos V como héroe victorioso, con coraza, dominando El Furor; a la manera de César imponiendo la paz romana o, si nos atenemos a Virgilio –en quien Leone se inspiró, para crear su conjunto escultórico–, a Eneas pacificando El Lacio. Son cuadros, como se ha citado, de los últimos años del pintor. Cuadros que formaron parte de la muestra, celebrada en Chys en 1995, El Museo del Prado en mi casa. Toda una declaración de amor apasionado a la pinacoteca española. Esta Galería del Prado forma parte, en la actualidad, de los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, y están expuestos en la sala de juntas de dicha corporación; entidad a la que perteneció, como miembro de número, el lorquino Manuel Muñoz Barberán.
'Cindy Sherman. Mujeres': la primera gran retrospectiva de la fotógrafa en España en más de 20 años que ver en Menorca
La prestigiosa galería Hauser & Wirth reúne en la isla balear muchas de las imágenes de la conocida fotógrafa creadas entre las décadas de 1970 y 2010, en una retrospectiva que recorre sus series más conocidas.
La fotografía es un medio para explorar la identidad". Con esta frase, Cindy Sherman (Nueva Jersey, 1954) sintetiza su manera de mirar a través del objetivo y su forma de situarse dentro de la historia del arte. Considerada una figura clave en la fotografía contemporánea, ha transformado el autorretrato en un campo para cuestionar, desmontar y reconstruir las imágenes de la feminidad. Un propósito que ahora se puede apreciar, hasta el 26 de octubre de 2025, en la galería Hauser & Wirth, en la Illa del Rei de Menorca.
Bajo el título Cindy Sherman. Las mujeres, esta institución cultural presenta la primera exposición individual de la fotógrafa en más de veinte años en España. La muestra reúne piezas icónicas creadas entre las décadas de 1970 y 2010, en una retrospectiva que recorre sus series más conocidas y que toma su título de una obra teatral de 1936 escrita por Clare Boothe Luce. Como aquella pieza, la exposición explora las complejas interacciones entre mujeres de distintas clases y apariencias, y reivindica el papel de Cindy Shermancomo una artista que cambió para siempre la forma de entender la fotografía.
Entre las obras expuestas se encuentra la serie que la catapultó a la fama, Untitled Film Stills (1977-1980), con la que se consolidó dentro de la llamada 'Generación del Cine', un grupo de creadores que reflexionaban sobre la influencia de los medios de comunicación y la cultura de las celebridades. En Menorca, estos pequeños fotogramas dialogan con los grandes retratos de actrices ficticias, mujeres de la alta sociedad y referentes de moda que realizó en décadas posteriores, en los que aborda la multiplicidad de representaciones y percepciones públicas de lo femenino.
La exposición avanza hacia sus trabajos más recientes: Society Portraits (2008), con mujeres de alta sociedad retratadas en lujosos fondos digitales que subrayan el aislamiento y el narcisismo derivados del exceso de privilegio; Ominous Landscape (2010), donde modelos de alta costura aparecen desplazadas en paisajes inhóspitos de Islandia, Capri o Nueva York; yFlappers (2016–2018), inspirada en las jóvenes emancipadas de los años 20, aunque aquí envejecidas, ajenas al paso del tiempo. En todas ellas, la tensión entre belleza, artificio, poder y decadencia permanece latente.
Cindy Sherman siempre rompió moldes, incluso con su método de trabajo. Ella lo es todo en sus imágenes. Es la fotógrafa, la modelo, la estilista. Puede que esta sea la razón por la que, desde sus inicios, algunos la acusaron de egocentrismo por retratarse una y otra vez, algo que siempre consideró un malentendido: su objetivo no era mostrarse a sí misma, sino desaparecer en sus personajes y explorar cómo se construye la imagen de la mujer.
En cualquier retrato de Cindy Sherman se percibe algo perturbador, algún gesto o una sombra que altera la superficie. Una sutil amenaza que impregna su universo, plena de rostros impecables que, al mirarlos de cerca, revelan una corrupción interior.
Su habilidad para transformarse no es casual. Criada en un Long Island aún semi-rural, con veranos descalza y libertad para jugar, Cindy Sherman fue la menor de cinco hijos de una profesora y un ingeniero que la tuvieron mayores. Estos orígenes fueron los que le llevaron a sentir la sensación de no encajar, un sentimiento que quizá explique su impulso por convertirse en otras personas. Pero encontró en el arte su mejor aliado.
Desde niña destacó, con las mejores notas en dibujo, y desde los 12 comenzó a perfeccionar ese talento actoral y visual que, décadas después, Andy Warhol resumiría diciendo: "Es lo suficientemente buena para ser una actriz de verdad".
Pionera del postmodernismo, Cindy Sherman ha interpretado un archivo entero de arquetipos. Con ironía y lucidez, sus autorretratos desmontan la construcción mediática de la feminidad y denuncian la artificialidad —maquillada, operada y codificada— que domina nuestra cultura visual desde hace décadas.
Desde los años noventa, su prestigio se ha multiplicado gracias a exposiciones en instituciones como el MoMA y a la venta millonaria de algunos de sus autorretratos, consolidando su lugar como una de las artistas más influyentes de nuestro tiempo.
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El arte que viene: las mejores exposiciones de la 'rentrée'
Las caricaturas bélicas de Mario Armengol, un diálogo artístico entre Picasso y Klee, la relación de Miró con Estados Unidos y el legado de Mercè Rodoreda son algunos de los reclamos artísticos de la temporada
Una de las caricaturas de Mario Armengol que se verán en 'Tinta contra Hitler' / MARIO ARMENGOL / MNAC
La guinda, o una de ellas, al programa de actos y festejos con el que la Fundació Joan Miró de Barcelonaconmemora este año su 50 aniversario: una gran exposición que explora la relación entre Joan Miró y sus 'colegas' americanos y ahonda en la huella que el barcelonés dejó al otro lado del charco. Obras de Louise Bourgeois, Helen Frankenthaler, Lee Krasner, Arshile Gorky, Alice Trumbull Mason, Jackson Pollock y Mark Rothko, entre otros, jalonan el recorrido y acompañan a Miró en su periplo americano. La muestra, organizada en colaboración con The Phillips Collection de Washington, presta especial atención a las dos retrospectivas de Miró en Nueva York, en 1941 y 1959, así como a las visitas que hizo a Estados Unidos entre 1947 y 1968.
Fundació Miró de Barcelona. Del 10 de octubre al 22 de febrero.
El universo Rodoreda, ese imaginario hecho de desarraigo, exilio y realismo fantástico, cobrará forma a partir de diciembre en el CCCB con una exposición de autora que transforma en pieza de museo el legado literario y cultural de la autora de 'La plaça del Diamant' y 'La mort i la primavera'. Con "la radicalidad de su literatura" en el centro y un diseño museográfico que transforma el espacio en un árbol que conecta orgánicamente las diferentes salas, 'Rodoreda, un bosc' reconstruye la "constelación intelectual y artística" de la escritora catalana a partir de documentos originales del fondo de la Fundació Mercè Rodoreda, materiales históricos, fotografías, fragmentos de películas y obra plástica y literaria.
Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Del 5 de diciembre al 27 de mayo.
Picasso y Klee, mano a mano en Madrid
Dos artistas con aparentemente poco (o nada) que ver, hermanados por obra y gracia del coleccionista alemán Heinz Berggruen, de cuyos fondos se nutre la exposición 'Picasso y Klee en la Heinz Berggruen Collection'. Un diálogo entre obras maestras que conecta el exceso y la sensualidad de Picasso a la introspección espiritual de Klee a través de la voluntad compartida de "destruir la realidad a través de un lenguaje plástico de enorme radicalidad". Dos hombres, un destino y medio centenar de obras para azuzar el diálogo visual e intelectual entre los dos artistas favoritos de Berggruen. En Madrid, la exposición se completa con una selección de obras de la colección Thyssen, algunas de las cuales fueron propiedad de Berggruen y permiten abordar la estrecha relación entre el coleccionista alemán y el barón Thyssen.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Del 28 de octubre de 2025 al 1 de febrero de 2026.
Todo Lee Miller en Londres
Meses después de la exposición-aperitivo eminentemente bélica'Lee Miller. Crónicas de guerra' que pudo verse en otoño en Fotonostrum, llega el atracón del plato principal: (casi) todo Lee Miller en la mayor retrospectiva dedicada a la fotógrafa estadounidense. Una concienzuda exploración de "la visión poética y el espíritu intrépido de Miller" en un apasionante viaje de 250 fotografías, algunas de ellas inéditas, que cubren todas las vidas de la modelo y fotoperiodista que alternó con los surrealistas en el París de entreguerras, pasó por las páginas de 'Vogue', documentó la barbarie de los campos de concentración nazis y se arrancó el horror de la guerra en la bañera de Hitler. La exposición, además, incide en aspectos poco conocidos de su carrera, como los paisajes egipcios que inmortalizó en los años 30.
Tate Britain (Londres). Del 2 de octubre al 15 de febrero.
A Mario Armengol corresponde el honor de ser el único artista catalán (y español) contratado por Churchill para reírse de Hitler. O, mejor dicho, para disparar obuses con forma de chiste y caricatura contra el Tercer Reich. Su historia, desconocida hasta no hace mucho, emerge en el MNAC en una exposición que muestra una pequeña parte, apenas 150 originales, de las más de 2.000 caricaturas y 'cartoons' satíricos que realizó entre 1941 y 1945 por encargo del Ministerio de Información británico y publicó en diarios y revistas de países aliados de Londres y neutrales. Con la pluma convertida en poderosa arma de guerra, 'Tinta contra Hitler' repasa la insólita peripecia de Armengol y presenta su trabajo no en orden cronológico, sino a partir de ámbitos temáticos como los límites del humor, los 'amigos' de Hitler', la neutralidad de España y Finlandia, la cultura popular como inspiración contra el nazismo y el Führer como centro de todas las dianas.