jueves, 11 de junio de 2020

ALFONSO ALBACETE



ALFONSO ALBACETE, PINTURA CON MAYÚSCULA




Alfonso Albacete (Málaga, 1950) es uno de los pintores más relevantes del arte contemporáneo español a día de hoy. Su obra ha sido expuesta en numerosos museos y galerías, teniendo el placer la Galería Ana Serratosa de poder incluirse entre ellas.
 
Este artista de origen andaluz, que pasó la mayor parte de su infancia en Murcia, fue discípulo del artista Juan Bonafé. Esto, unido al hecho de crecer junto a la costa levantina, harán de la luz y el color elementos fundamentales en su obra.
 
Albacete cuenta además con una formación en arquitectura.  Aunque terminó sus estudios, nunca llegó a ejercer de manera profesional, pues tan solo dos años después de licenciarse presentó su primera gran exposición individual en Madrid. Con ella recibió un gran abrazo de la crítica y la oportunidad de dedicarse completamente al arte de manera profesional.
 
Durante sus primero años tuvo una breve etapa conceptual, como muchos artista de su generación, pero pronto se decantó por la pintura, donde cuenta con una prolífica trayectoria.
 
El mar de la china, Dorado
 


Alfonso Albacete pertenece a una generación de pintores españoles que comenzaron sus andaduras a principios de los 70. En todos ellos se aprecian claros estilos personales que los hacen fácilmente diferenciables, pero también están presentes ciertos elementos comunes.
 
Es frecuente el uso de una paleta de colores vibrantes, así como un discurso apolítico en sus obra. Todos ellos apostaron por la pintura como medio de expresión, refiriéndose a ella con mayor o menor intensidad dentro de su obra.
 
En el caso de Albacete, la reflexión sobre la pintura es constante, y ha ido ganando intensidad con el paso de los años.
 
Destiempo 13, Primera siesta
 

Principales características de sus obras


Dentro de la generación de Alfonso Albacete existen varios artistas como Villalta, Gordillo o Manolo Quejido con unos estilos personales muy claros y diferenciadores. Por ello nos centraremos en destacar aquellos aspectos que resaltan dentro de la obra de Albacete.
 
El autor reconoce que el componente lumínico es una de las claves dentro de su obra. En ella predomina una luz blanca, propia del levante español, y que recuerda en más de una ocasión a los cuadros del también levantino Sorolla. Gracias a este elemento, Albacete consigue hacernos reflexionar sobre el paso del tiempo, así como dotar al cuadro de la vitalidad tan propia de su estilo.
 
Otro elemento a destacar es el uso de una paleta de colores vivos, tan recurrente entre su generación. Albacete tiende a sobresaturar esta paleta, como muestra de su admiración por culturas asiáticas como la India.
 
Para el autor, la relación entre lo real y lo imaginario es lo que se produce dentro de la obra, por lo que su estilo presenta ese equilibrio entre la figuración y abstracción que tanto lo caracteriza.
 
Por último cabe señalar que el uso de la figura humana en sus obras no es de una manera directa, sino simbólica. No pretende que se conviertan en el centro de atención del cuadro, sino una parte más dentro del mensaje. Es por ello que se representan figuras sin cara, desnudas o difuminadas, despojándolas así de los prejuicios del que mira.
 
El mar de la china, cadmio
 

Principales influencias artísticas en sus obras



En la obra de Alfonso Albacete se pueden encontrar referencias muy variadas. Algunas son muy claras y directas, como puede ser la importancia de la luz de Sorolla, pero otras necesitan una reflexión más sosegada.
 
El padre del artista se dedicaba al mercado de la seda, lo que supuso que a lo largo de su infancia recibiera visitas de mercaderes asiáticos con cierta frecuencia. El impacto de ver a empresarios de Japón o India en un niño de la España rural de 1950 sería extraordinario, lo que terminó despertando un temprano interés del artista por estas culturas.
 
Los colores sobresaturados son un claro reflejo de estas culturas, que llegarán a expresarse de una manera más clara en colecciones como “El mar de la China”, o en aquella dedicada a los jardines japoneses.
 
También podemos apreciar influencias de los expresionistas abstractos, con una figuración que tiende a abstraerse, o con la clara importancia de la luz en sus obras.
 
También se muestran trazas del Pop Art, Duchamp o incluso Pollock , con las recurrentes salpicaduras de pincel tan presentes en sus cuadros.
 
 Natura trece, Especulacción
 

Temas presentes en sus cuadros


Uno de los aspectos a destacar dentro de la obra de Alfonso Albacete es la temática, que se mantiene constante a lo largo de los años. En ella se ve una clara influencia de sus primeros años de arte conceptual, al trabajar minuciosamente sobre el concepto y el boceto antes de ponerse a representar.
 
La temática que más lo caracteriza es la reflexión sobre la pintura, cuyo fin es expandir sus límites. Como muestra de ello encontramos la figura del estudio del pintor que se repite a lo largo de los años. Albacete nos muestra la realidad que se produce dentro del estudio, el proceso creativo que tan frecuentemente tendemos a idealizar.
 
Otro de los elementos que aluden a esta temática son las pinceladas salvajes, o los intencionados chorretones, que nos recuerdan las materias primas con las que trabaja el artista y las vuelve más presentes.
 
Por último no podemos olvidarnos de la metapintura que tanto a repetido a lo largo de los años. Con ello nos referimos al hecho de incluir cuadros antiguos en sus obras, lo que vuelve a jugar con la idea del tiempo, y el trabajo del artista como creador.
 
También es importante señalar la recurrencia del paisaje en su obra. Estos paisajes suponen recreaciones de momentos o vivencias pasadas, donde se emplea de manera recurrente la línea del horizonte, así como la orilla del mar. 
 
Por último, no podemos pasar por alto el uso de la naturaleza muerta por medio de bodegones, ya sean clásicos o más actuales que sigue presente desde sus inicios. Estos bodegones funcionan como guiños para el espectador, que lo acercan al proceso de creación y lo ubica en el tiempo.

Variante-2016

Análisis de sus obras u obras más representativas


Como ya hemos señalado, Alfonso Albacete cuenta con una larga producción pictórica. Es por ello que hemos querido comentar algunas de sus obras más conocidas, para así poder conocer la artista más al detalle.
 

En el estudio

En el estudio podría considerarse como una de las obras más representativas de su trabajo, en parte porque es la que le dio a ser conocido a un mayor público, y por otro lado porque reflexiona sobre un tema muy frecuente en su discurso: el proceso creativo y la figura del pintor en pleno proceso de creación.
 
Esta obra se caracteriza por sus colores vivos, por el cuidado uso del cuadrado que se rompe por un arco que funciona como metáfora y punto de unión entre lo real y lo que ocurren en la cabeza del autor. 
 
Además cabe señalar la mancha blanca que representa al artista, y que al no estar definida pretende hacernos pensar en las idas y venidas del artista sobre el lienzo.
 
En el estudio


El mar de la China

El mar de la China es una obra compuesta por más de 20 lienzos que funcionan como una transición cromática, y que como muchos otras obras del autor, reflexiona sobre una misma idea, de ahí el sentido de la repetición.
 
En ella se aprecia un mar visto desde vista aérea, en donde aparecen salpicados unos barcos de la costa china. En ella el autor pretende reflejar tres realidades y hacernos reflexionar sobre cada una de ellas.
 
En primer lugar están las profundidades marinas, una presencia que puede pasar desapercibida pero que en todo barco se tiene muy presente. Por otro lado está la superficie del agua, que cambia de color a lo largo de la obra, y que también fruto de unos cambios.
 
Por último, sobre esta superficie acuática hay una serie de elementos que flotan, se relacionan con ella y dejan un reflejo sobre ella. Todos estos son los elementos presentes en esta obra, y sobre los que el autor trabaja de manera repetitiva.
 
 
Mar de la China y Cueva Negra
 




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