domingo, 16 de febrero de 2020

ARTISTA POLIFACÉTICO



El apostolado de José María Cano, junto a El Greco en la Catedral de Toledo


La muestra del polifacético artista se podrá ver hasta el próximo 1 de marzo en la sacristía



Durante quince días se podrá disfrutar en la catedral de Toledo de una exposición única, «Apostolados», que establece un diálogo entre la obra del Greco y la de José María Cano, excomponente del mítico grupo Mecano, que muestra en la sacristía doce retratos que produjo en diferentes fases entre 2015 y 2019 y que ya han pasado por el Museo de Arte de San Diego, en Estados Unidos y por el Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa.
 
Una muestra singular, que fusiona la catedral con el siglo XXI y que la llena de vida, como ha dicho el deán, Juan Miguel Ferrer, en la presentación. Por primera vez el Expolio y los cuadros del Greco, del pasado, conviven con los de un artista contemporáneo, bajo la bóveda de cañón adornada con la gran pintura al fresco del napolitano Luca Giordano y junto a obras de Goya, Claudio Coello, Velázquez, Tiziano, Tristán o Juan de Borgoña.
 
El autor de temas que son patrimonio de toda una generación lleva años, desde 1998, dedicado a la pintura, utilizando una técnica conocida como encáustica que consiste en usar múltiples capas de resina y cera como aglutinante de los pigmentos. Aunque no ha participado en la presentación la muestra, porque quiere que su obra hable por él, sus colaboradores dicen de que está emocionado y feliz con el resultado, que, incluso, cuando se terminó de montar, cantó un trozo de una opera en la sacristía.
 
«Apostolados» se podrá ver en la sacristía de Toledo durante el horario habitual de la catedral y con la entrada de acceso a la misma hasta el 1 de marzo, ya que las exigencias de la actividad del templo y la llegada de la Cuaresma no ha permitido prorrogarla por más tiempo, según ha explicado el deán, que ha sido el encargado de presentar la exposición acompañado de la curadora o comisaria, Rosa Martínez, que ha explicado que cada uno de los integrantes de Cano está inspirado en personas reales en las que el artista «veía la personificación de las cualidades de los apóstoles como mensajeros del Evangelio» a través de virtudes como la fe, la esperanza o la caridad.
 
Entre estas personas reales está Daniel el hijo de José María Cano, que se convierte gracias al arte en San Juan, «símbolo de la pureza del alma, el amor y la entrega como elemento esencial que tiene que inspirar el nuevo milenio», según explicó la comisaria de esta muestra que, según el deán, va a permitir, por primera vez, que en la catedral de Toledo se establezca «un diálogo singular entre la obra de un genial artista del pasado, El Greco, y otro artista contemporáneo polifacético, como es José María Cano», lo que permitirá ver «dos versiones sobre un mismo tema» y las sensibilidades de dos épocas distintas.
 
La exposición, fruto de la colaboración entre el Cabildo primado y el artista, ha sido preparada, según explicó Ferrer, con delicadeza dentro de los esfuerzos para ayudar a conocer y profundizar el valor del patrimonio artístico de la catedral de Toledo generado a lo largo de los siglos por la fe cristiana.
 
Entre los múltiples encargos que recibió Doménikos Theotokópoulos, pintó al menos seis grupos de apóstoles y el que se conserva en la sacristía de la catedral es el original y fue realizado hacia 1607. Según explican fuentes del Cabildo, «la ubicación de este apostolado en la sacristía responde a la misión de los obispos que, como continuadores de la transmisión del mensaje evangélico, debían de incitar al arrepentimiento y la oración. Las pinturas del Greco fusionan el género retratístico con la imagen de la devoción y son extraordinariamente contemporáneas en su estilo y factura. La dirección de las miradas (seis a la derecha y seis a la izquierda) indica que en su disposición espacial los apóstoles siempre tenían a Jesús en el centro».
 
Sobre la obra de José María Cano, explican que ha sido deseo del propio artista profundizar en el significado que estos personajes pueden tener moral y espiritualmente en nuestros días. Aunque alcanzó gran popularidad como miembro fundador de uno de los grupos de música más importantes de los años 80 y 90 en España, la relación de José María Cano en las artes comenzó en su juventud con estudios de arquitectura y clases diarias de pintura y dibujo en la academia de Rafael Hidalgo de Caviedes en Madrid, donde adquirió una rigurosa preparación técnica. Tras cerrar su etapa en Mecano, comenzó a trabajar en música clásica con Montserrat Caballlé, Plácido Domingo, Renée Flemnign, Ainhoa Arteta y Teresa Berganza y otros. Su ópera Luna ha sido editada recientemente por el sello alemán Deutsche Grammophon. Sin embargo, desde 1998 hasta la actualidad Cano se ha focalizado en las artes visuales como medio fundamental de expresión. «Se considera a sí mismo un artista que defiende el potencial liberador de la pintura para dar forma a dos de sus preocupaciones fundamentales: cómo el individuo lidia con su propio destino, y la divergencia entre los conceptos de verdad y realidad».
 

 

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