martes, 27 de mayo de 2025

EL CONFIDENCIAL

 


EN EL MUSEO DE HISTORIA DE MADRID

Luces de bohemia antes de Valle-Inclán: el Madrid de los bajos fondos culturales cobra vida

La exposición '¡Viva la bohemia! Los bajos fondos de la vida literaria' reúne más de un centenar de piezas, muchas inéditas, y revive el pulso artístico de una ciudad que aún soñaba con París y resistía con literatura, dibujos y tabernas


'Los chulos' (1906), José Gutiérrez-Solana. (Colección Banco Santander)


A finales del siglo XIX, Madrid era una ciudad laberíntica, oscura y, en algunos aspectos, casi amenazante. "Un Madrid de callejones", como la define Alberto Martín, comisario de la exposición ¡Viva la bohemia! Los bajos fondos de la vida literaria, y donde la bohemia encontró su mejor refugio. Sus calles estrechas, mal iluminadas, estaban salpicadas de cafetines, tabernas y pensiones de bajo coste, donde poetas, ilustradores y pintores compartían una estética de vida que rehuía los valores burgueses.

 

Este paisaje urbano comenzó a transformarse con la colocación de la primera piedra de la Gran Vía en 1910. La nueva avenida, símbolo de modernidad, arrasó con buena parte de ese casco antiguo que albergaba el alma bohemia de la ciudad. La reforma urbana no solo cambió el aspecto de la capital, también su espíritu: la bohemia, que había encontrado en los bajos fondos su sentido vital, empezaba a convertirse en un recuerdo.

Así, la muestra comisariada por Martín, en el Museo de Historia de Madrid hasta el 1 de junio, tiene una clara vocación: mostrar que la bohemia fue mucho más que un estilo excéntrico. "Fue una forma de protesta", subraya Martín, "una respuesta artística y vital contra la ramplonería y la hipocresía de la sociedad".

 

El recorrido arranca con los bustos de Julio Antonio de María y Rafael Lasso de la Vega, junto al cuadro Tejados de Madrid, de Eduardo Chicharro, que evoca las buhardillas donde nacía el sueño artístico. Desde allí, el visitante se adentra en un viaje que abarca desde mediados del siglo XIX hasta la publicación de Luces de bohemia, en 1924.

        Algunas de las obras expuestas en ¡Viva la bohemia! (Museo de Historia de Madrid)

La exposición se estructura en cinco ámbitos temáticos, con más de 30 prestadores de obras procedentes de museos y colecciones públicas y privadas. Entre pinturas, esculturas, dibujos, fotografías y una cuidada selección bibliográfica, el espectador puede trazar un mapa emocional y crítico de la bohemia madrileña.

 

"Había una necesidad de mostrar el diálogo entre escritores, pintores, ilustradores y músicos", explica el comisario. Ese diálogo se refleja en obras de artistas como Ramón Casas, Anglada Camarasa, Raimundo de Madrazo, Ricardo Baroja o Juan Gris. Algunas de estas piezas, como el busto de Valle-Inclán realizado por Ezequiel Zalayeta o el retrato de Mariano José de Larra por Ricardo Baroja, se exponen por primera vez.

 

La muestra, además, propone una revisión de la bohemia como movimiento cultural. "No todos los bohemios eran iguales ni todos buscaban lo mismo", advierte Martín. Desde los postrománticos hasta la llamada golfemia, el recorrido se adentra en las distintas formas que adoptó la disidencia artística en Madrid, una ciudad que fue testigo y escenario central de esa vida al margen.

Artistas, obras y miradas de la bohemia

Una de las virtudes de esta exposición es la calidad y variedad de las obras seleccionadas. "Tenemos un dream team", afirma el comisario, bregado en este tipo de formatos y con trabajos previos también vinculados a las relaciones entre arte, música y literatura.

LA OPINIÓN (LA CORUÑA)

 

La Luis Seoane ofrece una exposición sobre arte japonés


Exposición 'Arte y guerra. Geishas y samuráis en el antiguo Japón' en la Fundación Luis Seoane. / LOC



La Fundación Luis Seoane acoge del 29 de mayo al 7 de septiembre la exposición Arte y guerraGeishas y samuráis en el antiguo Japón. Este es un proyecto comisariado por Ferrán López Alargada, presidente de la Federación Española de Anticuarios. La muestra reúne una selección de las obras pertenecientes a una de las colecciones de arte japonés más importantes del país.

La exposición, impulsada por el Ayuntamiento de A Coruña, ofrece un panorama completo sobre la vida japonesa del siglo XIX. Para ello utiliza un conjunto de piezas significativas como fotografías de épocaarmaduras, kimonos tradicionales y una serie de objetos diversos, junto con un apartado dedicado a la obra La gran ola de Kanagawa de Katsushika Hokusai, que pertenece al género Ukiyo-e (traducido como pinturas del mundo flotante), del que también habrá otras obras en la muestra.

En total, la Fundación Luis Seoane expondrá más de cien obras que han sido cuidadosamente seleccionadas por el comisariado. Todas las obras que componen la muestra estarán agrupadas en seis secciones: Teatro, Geisha, Shunga. Las imágenes de primavera, Netsuke, kakemono y fotografías de época, Cultura de Guerra y Samuráis.

PHotoESPAÑA

 

Los rostros del arte en las fotografías de Graziano Arici


Andy Warhol. Biennale 1987 ©Graziano Arici

Joan Miró. Biennale 1956 ©Graziano Arici

Salvador Dalí. Biennale 1961 ©Graziano Arici


En algunos contextos, el retrato fotográfico es una herramienta semiótica muy poderosa de reconocimiento social, generalmente cultivado como una forma de consagración y prestigio.

En esta exposición, las fotografías se presentan como documentos históricosobjetos iconográficos y objetos visuales con individualidad y relevancia propias. De esta manera, cada imagen no solo logra revelar su fuerza visual y su propia historia, sino también la compleja red de acontecimientos históricossocialespsicológicos e iconográficos que la sustentan.


LEONORA CARRINGTON

 

Huyó para no ser recluida en un psiquiátrico y encontró en México la raíz en el surrealismo: Leonora Carrington





lunes, 19 de mayo de 2025

GALERÍAS

 

Ourense muestra su gran potencial como galería de arte


Hay interesantes muestras en el centro comercial, la sala Valente, el espacio de Verino y la Casa dos Poetas de Celanova

Antonio Carrera Ramos inauguró la exposición Vexo Cores en la sala Valente

Una exposición es la oportunidad perfecta para descubrir la obra de un artista o de acercarse a una selección de varios autores. Y puede ser en una galería o en un museo, pero también en otros espacios menos habituales. Lo importante es que la sociedad lo disfrute. Pasear por el centro comercial Ponte Vella permitirá alternar las compras con una sesión de cine o picar algo en uno de los locales de restauración con ir descubriendo las piezas de la exposición «¿Qué es la inspiración?» de Leandro Sánchez.

Y quien se acerque a la tienda de Roberto Verino en el Paseo podrá descubrir «Un paisaje humano», de Carlos Ferreiro. El pintor utiliza como técnica el lápiz de piedra negra para dibujar y el de grafito para los textos que integra en las obras, que hacen referencia a piezas musicales. Se clausurará el 28 de junio.

En la Casa dos Poetas de Celanova hasta el 18 de junio está «Arte en tinta», de la colección de grabados de Afundación. Reúne el hiperrealismo de Eduardo Naranjo o Quintana Martelo, el mundo onírico de Jorge Castillo, la delicadeza de Carmen Laffon, el equilibrio luminoso de Berta Cáccamo, la abstracción de Broto y el volumen de Chillida.

En la sala Valente de la ciudad, Antonio Carrera Ramos expone «Vexo Cores», formada por más de 50 obras de diferente tamaño (medio y gran formato) y estilos en color. Hay también diez plumas en blanco y negro. Hasta el 15 de junio.

SANTANDER Y MADRID

 

El Centro Botín y el Reina Sofía ultiman la muestra más completa de la artista viveirense Maruja Mallo


«La sorpresa del trigo», óleo sobre lienzo de 66 x 100 centímetros, pintado por Maruja Mallo en 1936, es uno de los cuadros que formará parte de la retrospectiva CENTRO BOTÍN



Más de 90 cuadros y dibujos de la visionaria pintora serán expuestos en Santander y Madrid entre el 12 de abril y el 16 de marzo del 2026

El Centro Botín ultima la inauguración de la exposición «Maruja Mallo: máscara y compás. Pinturas y dibujos de 1924 a 1932», que se convertirá en la retrospectiva más completa hasta la fecha de una artista que nació en Viveiro en el año 1902 y falleció en Madrid en 1995. Compondrán la muestra más de 90 pinturas y dibujos que presentan un recorrido por toda su carrera: desde el realismo mágico de sus primeros años hasta las configuraciones geométricas y fantásticas de sus últimas obras. Coproducida por el Museo Nacional Centro de Arte Sofía y comisariada por la historiadora Patricia Molins, responsable del departamento de Exposiciones temporales del citado museo, podrá visitarse entre el 12 de abril y el 14 de septiembre en el centro de arte de la Fundación Botín en Santander. A continuación, entre el 7 de octubre del 2025 y el 16 de marzo del 2026 podrá verse en el Reina Sofía, en Madrid.

Maruja Mallo, nacida en Viveiro en 1902 y fallecida en Madrid en 1995, con varias de sus obras. La artista formó parte junto con Alberti, Dalí, García Lorca, Buñuel o María Zambrano de la Generación del 27 CENTRO BOTÍN

El Mago/ Pim Pam Pum», óleo sobre lienzo de 60 x 74 centímetros pintado por Maruja Mallo en 1926 CENTRO BOTÍN


El dosier de la muestra destaca la «personal y heterogénea producción artística» de la pintora viveirense, que «difuminó los límites entre lo popular y lo vanguardista, entre estética y política». «Fue una artista visionaria que logró reflejar las preocupaciones de su época y anticiparse a muchas de las nuestras», agrega. Mallo fue una de las figuras más destacadas y singulares de la Generación del 27, un importante grupo de artistas y escritores establecido en Madrid del que formaron parte Rafael Alberti, Salvador DalíFederico García LorcaLuis Buñuel, Rosa Chacel o la filósofa María Zambrano.

Detalle de «Naturaleza viva», óleo de 1943 CENTRO BOTÍN

Fechas. Podrá visitarse del 12 de abril al 14 de septiembre en el Centro Botín de Santander, y del 7 de octubre al 16 de marzo del 2025 en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Carrera. Marcada al inicio por el realismo mágico y en la última etapa por las obras geométricas y fantásticas.

(LA VOZ DE GALICIA)

MÁLAGA

 

La fiesta ochentera de la pintura moderna: "Entonces España se sentía joven"

La exposición 'Pintura liberada' reúne una treintena de 'hits' de los jóvenes artistas de los 80, de Luis Gordillo a Miquel Barceló, para mostrar la transformación política y social del país


'Personajes a la salida de un concierto de rock' (1979), de Guillermo Pérez-Villalta.MUSEO NACIONAL REINA SOFÍA

Antes que canciones pegadizas e indumentarias atrevidas, la Movida fue un invento plástico. De hecho, buena parte de la música pop, el cine, el cómic, la moda y los demás elementos que rompieron en los años 80 con la estética gris de la dictadura incorporaron sus colores y formas de la nueva pintura figurativa que venía fraguándose desde los años 70. Esta es seguramente la raíz más influyente de la reacción que la cultura popular brindó a la Transición y al cambio de paradigma de la España democrática.

Al mismo tiempo, sin embargo, hablamos de una raíz invisible, oculta tras el apogeo de otras fiestas que la memoria selectiva de la Movida dejó tras de sí. Ahora, el Museo Carmen Thyssen Málaga brinda su particular reparación con su nueva exposición temporal, Pintura liberada. Joven figuración española de los 80, un «mosaico heterogéneo y colorista de una pintura figurativa que surgió como referente de una España que se sentía joven y que había cambiado con su incorporación tanto a Europa como a la vida democrática», tal y como explica la directora artística de la pinacoteca, Lourdes Moreno.

En aquellos años 80, España «vivió una revolución cultural que tuvo su reflejo en una pintura hedonista, subjetiva, onírica, vinculada a la reivindicación política y llena de color, como símbolo de la modernidad que llegaba con la Transición y la democracia», continúa Moreno. Pero este lenguaje tuvo ya su origen ya en los años 70, a través de pioneros como Eduardo Arroyo y Luis Gordillo, «cuya pintura narrativa llamó la atención de los esquizos de la figuración madrileña, quienes encontraron en sus códigos una posibilidad de expresión útil a sus inquietudes». Esta pintura liberada no representó por tanto un fenómeno verdaderamente rupturista, sino que se caracterizó más bien por su rápida capacidad de absorción y reelaboración de códigos previos: una lógica de reciclaje que responde a la naturaleza heterogénea del conjunto de artistas implicados.

Así, la exposición del Museo Carmen Thyssen reúne unas treinta pinturas en diversos formatos de una veintena de artistas. Los citados Eduardo Arroyo y Luis Gordillo abren la nómina «como referentes fundamentales para el resto»: a partir de aquí, desfilan en el catálogo pintores que «no constituyeron un grupo determinado, sino que presentan procedencias diversas», apunta Lourdes Moreno. Así, de Madrid proceden, entre otros, Carlos Alcolea, Carlos Franco y Herminio Molero, cuya figuración «dialoga de manera eficaz con lo el contexto histórico reconoce como alta cultura». Pero, al mismo tiempo, Alfredo Alcaín, también en Madrid, «es quizá el más vinculado de todo el movimiento al mundo pop».

Andalucía aportaba, por una parte, las figuraciones manieristas que desde Tarifa facturaban Guillermo Pérez Villalta y Chema Cobo; y, por otra, «una diversidad formal que representaban Joaquín de Molina en Málaga, Alfonso Albacete en Antequera y Alfonso Fraile, Manolo Quejido y Luis Gordillo en Sevilla, a donde por cierto se trasladó Pepe Espaliú tras regresar de París».

Cataluña registró una transformación en dos direcciones, «entre la abstracción y la pintura-pintura propuesta por el grupo Trama y la influencia figurativa y expresionista que Ferran García Sevilla y Miquel Barceló impulsaban desde Mallorca». En Galicia, Antón Patiño y Menchu Lamas, a través del grupo Atlántica, conciliaban la rabia expresionista con el rigor conceptual mediante «el intenso cromatismo, el esquematismo de las figuras y la potente síntesis entre lo autóctono y lo foráneo». Todos ellos están presentes en una muestra en la que también hay versos sueltos, como Miguel Ángel Campano, «que empezó siendo informalista y residía en París, con lo mezclaba referencias clásicas francesas, como la de Cézanne, con su reconocible pintura gestual».

A pesar de esta disparidad geográfica, y como sucedía con todos los ámbitos de la Movida, Madrid ejerció de catalizador fundamental de esta renovación, además de impulsor clave para artistas como Chema Cobo en el panorama nacional. Solo la creciente figura de Miquel Barceló, que ya fue seleccionado para la Documenta de Kassel en 1982, amenazó con suficiente autoridad a la hegemonía capitalina que aspiraba a centralizar el escaparate. En cualquier caso, el arte español nunca volvió a ser el mismo. Y España, claro, tampoco.

(EL MUNDO)


LA CORUÑA (Futura exposición)

 

La Fundación Barrié exhibirá 75 obras para redescubrir a Fernando Álvarez de Sotomayor

La Coruña acogerá en octubre una muestra por los 150 años del nacimiento del pintor


'Abuela y nietos', una de las pinturas que componen la muestra


La Fundación Barrié conmemora los 150 años del nacimiento del pintor Fernando Álvarez de Sotomayor (Ferrol, 1875 - Madrid, 1960) con una gran exposición que abrirá sus puertas en octubre e invitará a redescubrir al célebre retratista gallego mediante un cuidado recorrido por su obra. Serán 75 piezas –pinturas en su mayoría, fotografías y documentos– procedentes de importantes colecciones institucionales y privadas de España, Chile, Italia y Francia que se exhibirán en la sede de la ciudad herculina, entre el 10 de octubre y el 11 de enero de 2026.

La exposición ofrecerá una panorámica completa de la trayectoria del pintor ferrolano. Será un recorrido cronológico que abordará todos sus periodos creativos, desde sus primeras obras hasta su evolución tras la Guerra Civil, con una selección de obras que atiende a su calidad y relevancia, destacan desde la Fundación. Con especial énfasis en el retrato, que será la base tras el primer grupo de la muestra: para Sotomayor, este fue un género apreciado en el que prodigó y se sintió especialmente cómodo, dejándose influir por maestros como Velázquez, Van Dyck o los retratistas británicos. Desde Barrié añaden que en cada una de sus piezas «se revela, en su gusto por la naturalidad expresiva, la pincelada larga y la ejecución directa y rápida, su aprecio de las grandes tradiciones pictóricas presentes en el Prado, especialmente las de la pintura española y la flamenca, unido a una voluntad de estilo propia que le hizo destacar entre los artistas de su generación».

El otro núcleo será el costumbrismo gallego, con una colección de escenas rurales, marineras y festivas que representan escenas próximas a la geografía natal del ferrolano. Su visión, «vitalista y colorida», se expresa en un estilo que bebe de la tradición flamenca y holandesa, «que conoció de cerca durante sus viajes en la época de pensionado». Y completarán el repertorio otros motivos que trató el artista, como los temas de costumbres en Flandes, la mitología, las visiones de figuras femeninas solitarias en una gama de actitudes y el paisajismo.

La dimensión pública de Sotomayor también tendrá su espacio, con referencias a su labor en la organización de exposiciones clave como la de 'Obras maestras del Museo del Prado' (1939) en Ginebra, así como a su dilatada gestión al frente del museo madrileño. Comisariada por Javier Barón, jefe de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado, y con la colaboración del conservador Pedro José Martínez Plaza, la exposición incluirá estudios sobre el artista y cada una de las obras expuestas. Como complemento, la Fundación Barrié organizará una conferencia inaugural, visitas guiadas y talleres didácticos dirigidos a centros escolares de toda Galicia, con el objetivo de acercar a los más jóvenes el legado de Sotomayor.

El ferrolano fue uno de los artistas más reconocidos de su generación. Ganó la Primera Medalla en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid (1906) y Barcelona (1907), participó en numerosas muestras internacionales y ocupó cargos clave como director del Museo del Prado y de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. También dirigió la Escuela de Arte de Santiago de Chile, país con el que mantuvo fuertes vínculos.

(A B C Galicia)

LUGO

 

Jorge Espiral presenta la exposición dedicada a Luis Seoane: 

"Fue un genio"

Jorge Espiral reúne hasta el 15 de junio medio centenar de obras originales de Luis Seoane, uno de los artistas gallegos más emblemáticos, en una exposición en la galería La Catedral


Su arte fue tan vanguardista que todavía hoy, 70 años después, sigue estando de actualidad. La impronta de Luis Seoane —uno de los artistas gallegos más emblemáticos— recobró vida en Lugo a través de la galería La Catedral (en concreto, del local que está en la Rúa Bispo Basulto), donde se exponen medio centenar de obras originales, recabadas en colecciones privadas y en fondo de galería.
"Conseguí reunir unas 50 piezas, entre cuadros y grabados, lo que es muy difícil. Toda esta obra procede de colecciones privadas y también de fondo de galería y es original. Hay cuadros y grabados que fueron realizados entre los años 50 y 70", explica Jorge Espiral, pintor y gerente de La Catedral.

Hasta el 15 de junio

La exposición se inauguró este miércoles y permanecerá abierta, en un principio, hasta el 15 de junio aunque se podría prolongar dado el interés generado entre los lucenses, incluso los más jóvenes.

"Hay gente joven que está redescubriendo ahora a Luis Seoane a través de esta exposición y les llama la atención, sobre todo, que es una obra muy contemporánea pese a haber sido hecha en los años 50. Fue, sin lugar a dudas, un adelantado a su tiempo", afirma Jorge Espiral.

Obras

En La Galería, se pueden ver seis lienzos, realizados entre los años 60 y 70, un dibujo y medio centenar de piezas de obra gráfica, serigrafías y, sobre todo, xilografías (grabados sobre madera).

Dentro de las obras expuestas en La Catedral, hay algunas tan conocidas como las series de las Doce cabezas, Campesinos, Circo o Paxaros.

"En la exposición, se pueden ver seis serigrafías de la carpeta emblemática Doce cabezas, de 1958. También tenemos serigrafías de otra carpeta, Circo; de Campesinos, esta de 1954, y de Paxaros, Homenaxe a un paxaro, de 1976. También tenemos otra obra emblemática, Cego violinista zurdo, de 1958", comenta Jorge Espiral.

Portada

Una de las piezas más originales de esta exposición es una portada de un libro de Rubén Vela, Introducción a los días, realizada por Luis Seoane.

"Luis Seoane montó la editorial Botella al Mar en Buenos Aires y ahí se editó el libro de Rubén Vela. Es una obra muy curiosa porque lleva una portada hecha por él, en tinta china", asegura Jorge Espiral, que reconoce su pasión por Seoane.

"Es complicado encontrar piezas de Seoane pero fui buscando en un sitio y otro y reuní todas estas. Es difícil conseguir obra de él, pero lo logré. Es un lujazo esta exposición. La última que hice de Luis Seoane fue en 2019 pero esta ocasión es única y Seoane es un genio", admite Jorge Espiral.

Precios

Pese a ser uno de los artistas más representativos de la cultura gallega, hay en esta exposición obras de Luis Seoane al alcance de todos los bolsillos.

"Tenemos obra gráfica de Seoane a partir de 200 euros. Hay de todo. Tenemos obras en homenaje a Lorca y la portada del libro Lonxe, de Lorenzo Varela. Hay también alguna xilografía iluminada (acuarelada) a mano", manifiesta el galerista.

Sargadelos


La exposición podrá verse en horario de once de la mañana a dos de la tarde y de cinco a nueve de la noche.

El conocido pintor, ceramista y poeta Luis Seoane nació en Buenos Aires, pero sus padres fueron emigrantes gallegos. Con Isaac Díaz Pardo recuperó la antigua fábrica de Sargadelos.


 

CITA CON EL ARTE

 

Madrid se rinde a Frida Kahlo en una exposición que despierta los sentidos



Madrid tiene nueva cita con el arte, pero no con cualquier arte: con el de una mujer que convirtió el dolor en belleza, la lucha en identidad y su cuerpo en un lienzo de emociones. Frida Kahlo by Woman Experiences no es una exposición al uso, es una inmersión total en el universo más íntimo, valiente y sensorial de la artista mexicana más icónica del siglo XX. El Paseo del Pintor Rosales se convierte hasta nuevo aviso en un rincón de Coyoacán, donde lo emocional y lo estético se funden para ofrecer una vivencia transformadora.

‘Frida Kahlo by Woman Experiences’

Nada más cruzar el umbral, el visitante se desprende del ruido exterior y se adentra en un espacio que no pretende simplemente mostrar, sino hacer sentir. La exposición se divide en tres salas temáticas, cada una diseñada para representar no sólo una etapa vital de Frida, sino una emoción, un eco, una herida abierta.


Primera sala: imágenes que no sabías que existían

Una selección fotográfica inédita nos abre las puertas a momentos íntimos y poco conocidos de Frida. Instantáneas que no están en los libros, ni en los museos. Vemos a la mujer más allá del mito: risueña, doliente, abrazada a sus raíces o sumergida en silencios. Es la Frida humana, capturada con una sensibilidad que parece hablarnos directamente al corazón.

Segunda sala: cartas con olor a tinta, amor y desgarro.

Aquí se escucha a Frida con su propia voz. En las cartas que se exhiben (auténticas, manuscritas, palpitantes) encontramos confesiones de amor, frustración, ironía y deseo. Frida escribe a Diego, a amigos, a médicos, a sí misma. Cada letra traza la geografía emocional de una mujer que supo amar y sufrir con la misma intensidad con la que pintaba. Leer estas cartas es entrar en su diario no declarado, en su alma sin filtros.


Tercera sala: Live Art Room, el corazón de la experiencia.

Es en este espacio donde la magia se desborda. Proyecciones envolventes, sonidos que vibran en el pecho, aromas que evocan México y una puesta en escena inmersiva donde el visitante no sólo contempla: participa, siente, respira a Frida. Aquí el arte se hace carne y emoción. No hay cuadros, hay atmósferas. No hay distancias, hay piel. Es como pasear por los recuerdos de la artista, guiado por sus colores, sus músicas y su dolor convertido en belleza.

Gastronomía con alma mexicana dentro de la exposición

Pero la experiencia no acaba en la última sala de la exposición. Para quienes buscan una vivencia completa, la propuesta se amplía con una cena mexicana que trasciende lo culinario. Tras el viaje sensorial por la vida de Frida, los comensales acceden a un espacio decorado como un patio colonial mexicano, donde la tradición se palpa en cada rincón y la velada se convierte en un tributo multisensorial.


El menú degustación (compuesto por cinco tiempos cuidadosamente diseñados) es una oda a la cocina mexicana más auténtica, con guiños a los sabores que Frida amaba. Desde un ceviche cítrico servido en loza artesanal hasta unos moles con el equilibrio justo de intensidad y dulzura, pasando por platos que mezclan lo indígena y lo mestizo como si fueran versos culinarios. Cada bocado cuenta una historia: la de su tierra, la de sus raíces, la de su legado.

A esto, en la exposición, se suma una cata de tequila y mezcal, presentada como un ritual sensorial, con explicaciones sobre los agaves, los procesos de destilación y los maridajes más idóneos. Aquí no se brinda sólo con el paladar, también con el alma. Y todo ello, acompañado de música en vivo, que envuelve la experiencia en un ambiente de celebración íntima, como si Frida nos invitara a una de sus fiestas, rodeada de colores, flores y espíritu indomable.