sábado, 5 de abril de 2025

PONTEVEDRA

 

«Outras historias posibles», la exposición que surgió del cabreo por la invisibilización histórica de las artistas





El Café Moderno acoge la muestra en la que se exhiben piezas de Ana García Pan, Emilia Guimeráns, Anne Heyvaert, Tusi Sandoval, Blanca Silva y Laura Terré


Ana García Pan, Emilia Guimeráns, Anne Heyvaert, Tusi Sandoval, Blanca Silva y Laura Terré son las seis artistas protagonistas de Outras historias posibles, la muestra que hasta el 30 de mayo se puede visitar en el Café Moderno de Pontevedra después de haber sido exhibida en el Museo Centro Gaiás. Su comisaria, la crítica y profesora de arte Susana Cendán, remarcó que la muestra «xurde dun cabreo, dun enfado, non só pola situación de desventaxa das artistas na historia da arte, senón comigo mesma por non ter sido capaz, por non ter sido consciente moito antes, de que arte, como en tantas outras profesións, sucede nunha situación social e, como tal, está mediada por múltiples circunstancias políticas, sociais, culturais, económicas...», por lo que uno de los objetivos es proporcionar «referentes artísticos de mulleres que complementen e completen os relatos históricos herdados».

Tras aludir a que cuando estudió historia del arte «os meus referentes foron nun 99 % masculinos», Susana Cendán señaló que «superar este tipo de sesgos (...) é un compromiso firme e honesto. Non hai volta atrás». Es por ello que abogó por cuestionar «os relatos históricos desde perspectivas inclusivas que complementen a visión parcial que eu mesma, como historiadora da arte, recibín».



En cuanto a la muestra, esta está contextualizada en la década de los 80: «A imaxe que nos chegou daqueles anos e, en certa maneira, continua moi presente nos discursos museísticos e historiográficos en Galicia é o dunha xeración de pintores fundamentalmente masculinos cuxos recorridos, a pesar de cruzarse en momentos puntuais cos das nosas artistas, apenas xeraron sinerxías ou correlacións».

«Son artistas que naceron na década dos 50 e que comezaron a despuntar na década dos 80, sobre todo nos 90, e algunhas delas, incluso, a finais dos 70, é o caso de Anne Heyvaert e de Ana García Pan, sobre todo», apuntó Susana Cendán, quien se mostró convencida de que «cada unha destas artistas merece unha exposición monográfica que revise e contextualice a súa traxectoria de maneira completa, mostrando todo o seu potencial. Como así xe fixo e se continúan facendo con moitos artistas da década dos anos 80».


Entre las artistas presentes en la inauguración de esta muestra, Anne Heyvaert reconoció estar «encantadísima» con esta exposición itinerante. «Creo que para nosotras significa un reconocimiento de nuestro trabajo, pero también un aliciente, a lo mejor, para trabajar más y volver a tomar el trabajo con ilusión (...). Estoy encantada de estar considerada como artista gallega, a pesar de mi acento. Llevo más de 40 años, casi 45, viviendo en Galicia y realmente me considero de aquí».

Laura Terré rememoró cómo con 17 años emigró a Cataluña para estudiar «y allí me quedé. Y ahora, curiosamente, la reivindicación de mi trabajo se hace en mi lugar de origen. Esto es una maravilla y por eso estoy aquí».


En su intervención, tuvo un especial agradecimiento a Susana Cendán por su esfuerzo a la hora de sacar adelante esta muestra: «Yo pensaba, está probablemente rellenando el esfuerzo que yo no hice porque también es verdad que llegó un momento en que tiramos la toalla. Tiramos la toalla porque eran tantas las dificultades y tan difícil el camino que, en mi caso personal, decidí no seguir picando la mina y, de repente, llega una mujer que vuelve a abrir cajones, vuelve a desenrollar rollos y a darle una nueva vida a esas obras que ya parecían olvidadas».

La muestra del Café Moderno se abre con un cuadro que Blanca Silva realizó en Vilagarcía, donde esta artista nacida en A Coruña empezó a pintar. «Sigo pintando, sigo traballando», añadió trasladando también su agradecimiento a Cendán «por vir tamén pola aldea a sacar cosas cheas de po».


Pedro Otero, director gerente de Afundación, subrayó que la muestra «nos ofrece unhas miradas complementarias e, por iso mesmo, tamén imprescindibles para comprendermos a totalidade e a complexidade dun panorama cultural tan plural como é o noso». «Necesitamos seguir integrando voces e visións que nos permitan comprender as moi diversas achegas que o articulan», insistió remarcando que se trata de «artistas fundamentais no devir da nosa arte».

Por su parte, José López Campos, conselleiro de Cultura, puso el acento en la importancia de seguir «poñendo os ollos na cultura (...). Nos tempos tan convulsos, tan complexos, tan difíciles que nos toca vivir, onde temas que se daban por suposto están máis en cuestión que nunca, creo que é fundamental que botemos unha ollada reflexiva, tranquila, ponderada nos distintas proxectos culturais que temos en Galicia. Eu, que son un optimista compulsivo, creo que hai esperanza».

Destacó lo necesario de «construír discursos integradores que dirixan a ollada cara ao talento de mulleres como as protagonistas deste proxecto», que «quere celebrar a diversidade conceptual e estética como exemplo da riqueza da produción artística galega nas últimas décadas do século XX».

(LA VOZ DE GALICIA)

MÁLAGA

 


'Kandinsky, pionero del arte abstracto': al son del pintor en el Centro Pompidou-Málaga


La sede del museo francés en Málaga invita a recorrer de cabo a rabo la carrera de un artista fundamental de la vanguardia, con obras de primera magnitud


'Improvisation 3', óleo de 1909

La obra de Vassily Kandinsky (1866-1944), una de las figuras más destacadas del arte moderno, se consideró durante mucho tiempo como la primera expresión del arte no figurativo de comienzos del siglo XX. Aunque en la actualidad se reconoce que los orígenes de la abstracción son múltiples, la contribución decisiva del artista de origen ruso a la idea de un arte «autónomo», libre de cualquier referencia al mundo exterior, se aprecia en su obra teórica y en su papel de instigador, editor y profesor.

Gracias a las donaciones y al legado de su viuda Nina Kandinsky, el Centre Pompidou conserva el fondo de obras más completo del artista. Todas las pinturas aquí presentadas pertenecen a la colección del Centre Pompidou – Musée national d’art moderne. Esta retrospectiva repasa la extraordinaria trayectoria de Kandinsky por Rusia, Alemania y Francia. A través de cinco capítulos, la exposición recrea sus inicios figurativos, la génesis del arte abstracto en Múnich, su regreso a su Rusia natal durante los años revolucionarios, su enseñanza en la Bauhaus y sus últimos años en París.

MÁS INFORMACIÓN



COLECCIÓN MASAVEU

 

Cinco grandes obras maestras que no te puedes perder de la colección Masaveu


Las obras más destacadas del arte español del siglo XX presentes en la colección Masaveu se podrán visitar en Madrid hasta el 20 de julio en la Fundación María Cristina Masaveu




LEÓN

 

Citas con el arte leonés

Desde artistas estrella, dígase Ai Weiwei, a propuestas delicatesen como la exposición de El Palacín con la colección de Gabino Diego, a los creadores de aquí, el arte bulle en León


Aunque la primavera entre con fuerza lluviosa, marzo reclama calle y el arte que se puede ver en León no sólo es buena disculpa para acudir a los diferentes centros sino que es casi una propuesta obligatoria para los amantes de la cultura. Hay de todo, porque el músculo que se puede hacer pateando la ciudad está en consonancia con la fuerza creadora que se puede ver del Palacín al Musac, de El Albéitar a Botines, con parada en el Museo de León, previo repaso al siempre presente ILC con sus Sala Provincia y CLA. Son sólo algunas de las opciones que hay para disfrutar del reposo de mirar y en cada una de ellas hay la personalidad de artistas mundialmente reconocidos que tienen el mismo valor que el creador de distancia corta que también tiene mucho que decir en sus exposiciones. Si llueve son una gran alternativa y si hace buen tiempo sería injustificable perdérselas y no planificar una buena mañana o tarde de empaparse de la cultura a la que se llega por su propio pie.

Por galones, Ai Weiwei es el que atrae público no sólo de León sino de fuera. Don Quixote, nombre de la muestra, traza un amplio recorrido por una selección de trabajos realizados a lo largo de los últimos veinte años de la trayectoria de Ai Weiwei (Pekín, China, 1957), reconocido por su capacidad para fusionar arte y activismo político. Se incluyen más de cuarenta obras entre instalaciones, vídeos y cuadros ejecutados con ladrillos de juguete. Se trata, además, de la primera muestra que exhibe en profundidad su serie de cuadros realizados con bloques de Lego. Diecinueve obras en las que el artista parte de cuarenta colores para producir imágenes que recrean cuadros de la historia del arte o modifican fotografías procedentes de los medios de comunicación. Con respecto a ellas, el artista explica que Lego, al igual que los diseños textiles y de alfombras, la impresión con tipos móviles de madera de la dinastía Song (ca. 1000 d.C.) o los mosaicos romanos antiguos, «encarna cierta sensación de atemporalidad».

En el Museo de León hay una doble idea de exposición. Este proyecto expositivo integra cerca de una treintena de fotografías realizadas por el fotógrafo leonés José Ramón Vega, acompañadas por textos de Tomás Sánchez Santiago, autor reconocido con el Premio de la Crítica de Castilla y León 2018. Ciertos deslumbramientos, título de la muestra, integra imágenes que intentan sugerir sutiles espacios narrativos, momentos detenidos, llenos de luz, una luz a veces deslumbrante y contundente y otras musitada y pretendidamente incidental. José Ramón Vega y Tomás Sánchez Santiago, que habían trabajado juntos con anterioridad, han creado una unidad poética capaz de transmitir al visitante sensaciones y sentimientos en torno a la palabra y a la imagen. La publicación del libro La belleza de lo pequeño (Eolas Ediciones), de Tomás Sánchez Santiago, puso en contacto a ambos autores y les alineó.

La fotografía se impone también en El Palacín. En fotografía, algo pequeño puede llegar a ser un gran tema. El pequeño detalle humano puede convertirse en un leitmotiv». Las palabras de Cartier-Bresson sirven de introducción a la exposición de fotografía «Colección Gabino Diego. Notas de viaje» que este viernes 28 de febrero abre sus puertas en El Palacín de León. La muestra, diseñada específicamente para ser expuesta en la capital leonesa, está comisariada por María Millán y conformada por 145 obras en las que el viaje, en todas sus facetas, es el eje fundamental.

La Concejalía de Acción y Promoción Cultural que dirige Elena Aguado ha elegido esta exposición debido a que la colección de fotografía de Gabino Diego es una de las más importantes de España y en ella figuran los nombres más destacados de la fotografía internacional y nacional, y también con presencia de artistas leoneses.

Pero las propuestas se suceden en el CLA o la Sala Provincia, en la sede del ILC de la Diputación. Por allí dos nombres leoneses de primer orden como Jose Sevillano o Toño Benavides dejan muestra de su talento en el grabado y la ilustración. O en El Albéitar, hasta con tres exposiciones. Modernismo. Hacia la belleza del objeto cotidiano, en Botines es otro imperdible.

BILBAO

 

Llega Klimt- El Sueño Dorado la experiencia total y emocionante para descubrir el arte y la vida de uno de los pintores más fascinantes de la historia

El Next Museum Bilbao acoge esta primavera una resplandeciente ola de oro



Klimt- El Sueño Dorado: más dulce que la luz, la experiencia total y emocionante de descubrir el arte y la vida de uno de los pintores más fascinantes de la historia. Tras el éxito de la pasada temporada en Milán y Turín, llega a Bilbao la exposición inmersiva dedicada al hipnótico y revolucionario artista que hizo de la sensualidad del oro su inimitable firma estilística. El poder de la tecnología, combinado con el esplendor del arte más refinado, llevará al visitante a un mundo de encanto y maravilla, derribando límites y barreras con un soplo de luz.

El recorrido constará de seis áreas principales

La vida de Klimt se presentará a través de su cronología, para que el público pueda comprender los hechos más destacados que influyeron en su vida y en su arte, convirtiéndole en un artista revolucionario, máximo exponente de la Secesión vienesa. La exposición utiliza unas estructuras denominadas cajas de luz, que representan las principales obras de Klimt en gran formato para hacerse fotos y selfies. En este sentido, toda la exposición está llena de oportunidades para hacerse selfies. A diferencia de lo que es habitual en los museos, la organización invita al público a hacerse fotos y compartir su experiencia en la exposición en las redes sociales, a través de los canales oficiales de la exposición.

La experiencia de realidad virtual, está incluida en la entrada a la exposición. El visitante, cómodamente sentado en taburetes giratorios, podrá ver a través de los ojos de Klimt, empeñado en observar el mundo a trescientos sesenta grados e inspirándose en los paisajes que le resultaron más familiares para sus obras del llamado Periodo Dorado.

Hay dos novedades interactivas en esta exposición

Por un lado la máquina del tiempo El visitante se podrá acercar a dos pantallas y dejarse cautivar por la magia de la tecnología: en un instante, su rostro se reinterpretará al estilo de Klimt, transportándole a otra época, entre el oro resplandeciente y la exuberante naturaleza de sus obras más famosas. En la primera pantalla, el reflejo dorado, el retrato del visitante se verá envuelto en preciosas decoraciones doradas, líneas sinuosas y detalles refinados, evocando obras maestras inmortales como El beso y Retrato de Adele Bloch-Bauer. Un viaje a la elegancia y el simbolismo del Art Nouveau, donde cada detalle brilla con luz propia. En la segunda pantalla, encanto floral, el visitante se transportará a la dulzura y los colores del periodo de floración, cuando Klimt abrazó la naturaleza y la transformó en vibrante arte. Su rostro se fundirá con extensiones de flores, pinceladas oníricas y tonos vivos inspirados en obras como El campo de amapolas y Jardín con girasoles. Una inmersión en un sueño floral, donde la naturaleza es la protagonista.

Por otro lado El Árbol de la Vida, una experiencia interactiva donde una de las obras maestras más emblemáticas de Gustav Klimt, cobra vida. Los visitantes podrán acercarse a la gran proyección y tocar con las manos las ramas doradas del árbol. Las espirales cobran vida, los detalles centellean y la naturaleza cobra vida. Cada toque desencadena una ola de transformaciones: hojas que danzan en el aire, fragmentos dorados que se iluminan, símbolos ocultos que emergen en un derroche de luz y color. Se trata de una obra en movimiento donde cada visitante podrá dejar su huella: el Árbol de la Vida cambia, evoluciona y se enriquece continuamente, transformando el arte en una experiencia colectiva, única e irrepetible. Más que una obra para observar, es una obra para experimentar. El oro de Klimt brilla, la naturaleza cobra vida y el visitante se convierte en parte de una obra maestra atemporal.

Como siempre en las Exposiciones de Next Exhibition, y nuestra filosofía de edutainment, habrá un taller educativo para las visitas de centros escolares". Una novedad en las exposiciones producidas por Next Exhibition es la inclusión del uso de la inteligencia artificial aplicada al arte, en colaboración con la start-up internacional MORGHY.AI.

La IA reelabora el concepto actual de amor absoluto utilizando el estilo de Klimt. “Las oportunidades que brinda la IA generativa en el campo del arte son infinitas”, explica Federico Morgantini, fundador de MORGHY.AI. “Entre ellas está la posibilidad de interpretar temas modernos con la poética y los rasgos gráficos de los grandes artistas del pasado. Aquí utilizamos la poética de Klimt para interpretar aspectos del amor que aún eran tabú en la época del artista, como la homosexualidad, el interracialismo, el poliamor y las peculiaridades físicas”.

El eje de la exposición es la Zona Inmersiva donde paredes, suelos y todo elemento estructural del lugar desaparecen para fundirse en un mar de oro. Gracias a la tecnología del videomapping y a un sistema de proyectores de alta definición, cuadros emblemáticos como «El beso», «El árbol de la vida», «La esperanza», «El retrato de Adele Bloch-Bauer», acogen literalmente al público en su interior, inundándolo de luz y abrazándolo en un remolino dorado durante un largo momento de armonía y belleza. El vídeo se proyecta en bucle y puede verse varias veces, desde distintos puntos de vista: de pie o sentado en la sala, convirtiéndose en parte integrante del cuadro escénico, arrullado por la banda sonora de música clásica que puede, aún más, realzar la emotividad del viaje.

“Estamos seguros de que un revolucionario como Klimt habría apreciado la posibilidad de abrazar al observador con su arte, de darle vida traspasando las texturas del lienzo. El videomapping presentado en la exposición recorre las diferentes etapas artísticas, con especial atención a la Edad de Oro, llena de magia y encanto. Hemos diseñado un recorrido expositivo que permite al visitante comprender emocionalmente a Klimt en todos sus matices como pintor y como hombre”

viernes, 28 de marzo de 2025

SOROLLA

 

Sorolla en Andalucía

Hasta el  06 de abril de 2025



Joaquín Sorolla, pintor infatigable, viajero pertinaz, hombre curioso, cosmopolita e inquieto, fraguó un estilo de vida propio marcado por el constante deambular. A lo largo de toda su vida recorrió el mundo que tuvo a su alcance de manera constante. Y siempre la pintura fue el principal motor de sus desplazamientos. Sorolla gustaba de pintar al natural, era un pintor plenairista, y esta actitud ante la pintura comportaba desplazarse, viajar y plantar el caballete y el lienzo ante el lugar o la escena que quería representar. No era un pintor que gustara de trabajar en el estudio, era un pintor de acción.

De las innumerables localidades Sorolla que visitó (y pintó) en nuestro país, sin duda Andalucía ocupó un lugar muy destacado. Entre los años 1902 y 1918 Sorolla realizó continuos y numerosos desplazamientos por tierras andaluzas que le llevaron por las provincias de Málaga, Granada, Sevilla, Huelva, Córdoba, Cádiz, tanto por sus ciudades como por sus pueblos. La fascinación por sus paisajes, la admiración por sus monumentos, el interés por sus gentes y sus costumbres quedó reflejada en un importantísimo número de obras inconfundibles de las que aquí presentamos una pequeña pero significativa muestra de cómo Andalucía captó la atención y la admiración de Sorolla.

Frente a sus clásicas representaciones marineras o las optimistas pinturas de playa que pintó a la orilla del mar en su Valencia natal o sus escenas del veraneo elegante en el Cantábrico, en el sur de España Sorolla realiza una producción más variada y lírica en todas sus manifestaciones. La diversidad e intensidad de lo representado por el pintor se manifiesta, por ejemplo, en la monumentalidad sobrecogedora del paisaje de la Alhambra de Granada con Sierra Nevada al fondo, en el silencio intimista de los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla, en el jaleo de sus cafés cantantes o la belleza racial de sus bailaoras, en la solemnidad de sus procesiones de Semana Santa o en la belleza de la costa de Málaga. El mundo del trabajo, del ocio, de la fiesta, de la religiosidad popular…

Sorolla en Andalucía se impregna de todo cuando ve y lo pinta todo. Siempre desde su inconfundible y magistral estilo donde la luz ocupa un lugar primordial.

Esta exposición se enmarca dentro de la programación oficial de la conmemoración del centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla.






 

VIGO

 

La «Mujer con caracola» ya es de Vigo



Beatriz Fernández Catoira posó para su marido, el pintor Francisco Torrón, en una obra que ha sido donada al Concello y que se puede ver en la Casa das Artes

Le llamaba mucho la atención que yo le dijese que a través de una caracola se escuchaba el mar», recuerda Beatriz Fernández Catoira. Se refiere a Francisco Torrón (A Coruña, 1934-Madrid, 2020), el artista cuya obra se puede ver hasta el 20 de abril en la Casa das Artes de Vigo. La sorpresa y la atracción por ese elemento, debida a que era sordo desde los cuatro años, le llevó a representarlas en varios de sus cuadros. Uno de ellos, titulado Mujer con caracolaha sido donado por la familia del pintor al Concello de Vigo. Se redondea el simbolismo de la composición pictórica en la identidad de la mujer, su propia esposa, Beatriz Fernández Catoira. «No me importa que digan que yo era la musa de Francisco. Francamente, me llena de orgullo, pero nunca lo pensé; yo era la compañera que estaba siempre ahí», dice Beatriz Fernández Catoira, viuda de Francisco Torrón, el artista cuya obra, hasta ahora poco expuesta al público, está sorprendiendo a quienes la visitan en la Casa das Artes. Se podrá ver hasta el 20 de abril.

Francisco Torrón desarrolló su creación artística en paralelo a su actividad profesional como restaurador de Patrimonio Nacional en el Palacio Real de Madrid. Ese trabajo le privó de la libertad suficiente para desarrollar una carrera artística, que no detuvo en el plano creativo, pero sí en el expositivo. «Decía que una exposición no es coger cuatro cuadros que tienes y ponerlos todos juntos. Él hacía los cuadros, las jaulas para el embalaje, se preocupaba del transporte, iba al lugar y la montaba para una semana. Un trabajo enorme», señala Beatriz para explicar el porqué de que la obra de su marido no haya tenido mayor trascendencia en España.

La recuperación de esa memoria llegó a través de la tesis doctoral de Pablo Torrón Pelluz, el nieto del artista, que también es pintor y escultor. Con esa base, en la que se recogen cerca de 500 obras, presentó un proyecto a la convocatoria pública de exposiciones realizada por el Concello de Vigo para la Casa das Artes, y resultó elegido.

Beatriz Fernández posó en más ocasiones para su marido, pero sus hijos sostienen que estuvo siempre presente en su obra, incluso en algunas restauraciones que hizo. «Dicen mis hijos que siempre me tenía en su cabeza de artista», añade. Francisco, uno de sus hijos, que además tiene un establecimiento de hostelería en la calle viguesa de los Cestos, le dice que su padre la llevaba a todos sus trabajos. «De verdad que eso es algo que me emociona un montón porque todo el mundo quiere dejar algo en la vida. Yo he sido siempre su apoyo, su compañera, la que estaba a su lado y la que le he empujado en casi todas las ocasiones; así que me digo, pues sí, yo también dejo algo, dejo mi imagen», afirma orgullosa esta mujer nacida en A Coruña.

Trabajo en Castrelos

Nuestra protagonista no jugó un papel pasivo en la vida del artista. Las constantes conversaciones del matrimonio convirtieron a Beatriz en toda una experta en técnicas de pintura y de restauración, «no por estudios», aclara, «sino porque Paco era muy hablador». Prueba de ello son sus precisos recuerdos del trabajo de restauración realizado por Francisco Torrón en el Museo Municipal Quiñones de León de Vigo. Allí, a finales de los años sesenta, cuando estaba al frente Ángel Ilarri, Francisco Torrón restauró el retablo de la capilla del Pazo Quiñones de León y una cruz de Filipinas de nácar. Beatriz Fernández es capaz de documentar aquellas restauraciones. «El retablo estaba todo enganchado con alambres porque se caía a trozos. Cada pieza que se tocaba era galleta. Paco tuvo que vaciar aquello, darle unos productos y tuvieron que encender las cocinas para que se secara», relata.

«Para la cruz de nácar acabamos con todas las conchas de madreperla que había en Tui, en A Coruña, en todos los anticuarios, en Madrid y en El Rastro, porque de la concha de la madreperla solo se usaba el borde. Y de ahí se sacaban las plaquitas que luego tenía que tallar para hacer todos los dibujos que tiene. Y luego les daba por encima con betún de Judea y lo limpiaba para que ya el negro del betún quedara justo entre la parte que él tallaba», afirma.

Para realizar aquel trabajo, la familia Torrón Fernández pasó tres veranos en Vigo, en una casa alquilada en Samil. Las vivencias de aquella época justifican, según explica Beatriz, la donación del cuadro al Ayuntamiento vigués. «Le gustaba mucho Vigo y disfrutamos muchísimo aquí», asegura.

Francisco Torrón se formó artísticamente en la Academia de San Fernando, en donde coincidió con María Moreno, la artista que se casó con Antonio López. Allí, trabajó en el Palacio Real, pero también en otros edificios del patrimonio nacional, como los frescos de Luca Jordán en El Escorial. «Los bedeles de allí decían, ahora ya no son los frescos de Lucas Jordán, son los frescos de Francisco Torrón», recuerda, con una sonrisa amplia.

Fernández Catoira aún deja al descubierto otro secreto artístico de su marido. Hacía como los pintores antiguos, preparaba los lienzos desde el principio. «Al ser restaurador, tenía una ventaja sobre el resto de los pintores; sabía lo que le ocurriría al cuadro con el paso del tiempo», explica. Las de Francisco Torrón y Beatriz Fernández han sido dos apasionantes vidas unidas por el arte. Los vigueses y viguesas pueden asomarse a ellas hasta el 20 de abril en la Casa das Artes.

(LA VOZ DE GALICIA)