martes, 2 de septiembre de 2025
EXPOSICIONES
domingo, 24 de agosto de 2025
APASIONADA DEL ARTE
La gallega que «ficha» artistas extranjeros para el MoMA: «No conozco otro museo que haga el trabajo que yo hago en este, es un privilegio»
Elena Pérez-Ardá López es una apasionada del arte con un sueño cumplido: trabajar en uno de los museos más importantes del mundo. «No conozco otro departamento que haga el trabajo que hacemos nosotros, para mí es un privilegio», señala.
Los sueños, a veces, se cumplen. Que se lo digan a Elena Pérez-Ardá López, una andaluza de nacimiento, pero gallega de corazón (con un año y medio se mudó a Galicia), que como apasionada del arte anhelaba algún día poder trabajar en el MoMA, uno de los museos más importantes del mundo. Aunque todo era un sueño, ya de adolescente sus pasos iban encaminados a que, quizás, algún día pudiera cumplirse. Con 16 años sembró la primera semilla. Todo empezó con una beca del Ayuntamiento de A Coruña para cursar primero de bachillerato en Estados Unidos. Hizo las maletas y durante un año vivió en Míchigan, «con una familia estupenda». La experiencia, recuerda, fue muy buena. Al terminar el curso regresó a A Coruña e hizo el último curso del bachillerato artístico en Adormideras. El arte era el timón por el que guiaba sus pasos, y se mudó a Salamanca para estudiar Bellas Artes. «Yo tenía muy claro que quería dedicarme a esto, que quería estar en el mundo del arte, y la verdad es que costó, me costó mucho trabajo. Pero gracias a las becas lo he ido consiguiendo». Tras un paréntesis al terminar la carrera, en el que volvió a casa para hacer en la UDC un máster de educación en arte, voló hasta Islandia gracias a una subvención, donde estuvo seis meses trabajando en una residencia de artistas. «Un proyecto muy bonito», apunta Elena.
Dice el refrán que la cabra tira al monte, y los apasionados del arte a Nueva York. De nuevo, con ese destino en el horizonte, probó suerte con la beca Argo para hacer unas prácticas en un centro cultural en Estados Unidos. Se las concedieron. Y poco a poco empezó a acariciar su sueño. Ya estaba en la ciudad, solo había que llamar a la puerta. «Una vez que estaba allí decidí pedir las prácticas en el MoMA, eran como mis prácticas soñadas. Es uno de los museos más importantes del mundo, tiene una colección impresionante. Para mí era un sueño. Las pedí varias veces, y al final me hicieron la entrevista y las conseguí», indica Elena, que en el 2017 estuvo tres meses en un departamento del museo.
En ese momento ya tenía claro que ese era su lugar, donde le gustaría quedarse, pero finalmente regresó a España. Estuvo trabajando en varias galerías de arte en Madrid, también en el Reina Sofía, hasta que después de la pandemia decidió aplicar a otra beca, la Fulbright, para volver a la ciudad de los rascacielos. «Es importante decir que en este sector no sales de la carrera y ya consigues tu primer trabajito, y a partir de ahí poco a poco vas haciendo tu vida. No, aquí hay que ser abierto de mente, tienes que tener muchas ganas de ir pasando todos estos procesos. Es verdad que si tienes la oportunidad de irte, también hay muchas posibilidades fuera. Para mí, aunque en otros sectores es complicado, en el mundo de bellas artes, historia del arte... te tiene que gustar mucho, tienes que estar muy seguro de que es lo que quieres hacer para ir tirando », explica Elena, que recuerda lo que le decían los profesores en la carrera, «no son solo unos estudios, sino que es un estilo de vida».
La beca Fulbright la llevó de nuevo por unos meses a Nueva York en el 2022, en este caso al museo FIT, de diseño y moda, en el que estuvo trabajando para una comisaria como asistente de investigación y participaba en el proyecto de una exposición. «Hay gente que llega y que lo pasa mal, otra que no se acaba de ver aquí, yo conecté con la ciudad. A ver, es muy dura, muy grande, y no sé si es que tuve suerte o una predisposición desde el principio para que me gustara, pero le vi todas las cosas buenas. A mí me abrió todas las puertas, suena de película, lo típico de las oportunidades, pero para mí, en cierto punto, fue así». Cuando finalizó su estancia en el FIT, ya tenía claro que no quería volver, y se puso buscar trabajo. Las vueltas que da la vida, que justo en ese momento en el departamento en el que ella había hecho las prácticas en el MoMA en el 2017, siete años antes, estaban buscando a una persona. Mandó la solicitud, pasó el proceso de entrevistas, y, a los tres meses, la llamaron para decirle: «El puesto es tuyo». Se quedó sin palabras.
sábado, 23 de agosto de 2025
BARRIO CON ARTE
El barrio madrileño se consolida como un referente cultural con exposiciones que combinan geometría, luz, memoria y abstracción
Salesas, epicentro del arte
contemporáneo con cuatro
galerías imprescindibles
Madrid nunca deja de reinventarse. Y en esa constante transformación, el barrio de Salesas se consolida como uno de los núcleos más activos y vibrantes del panorama artístico madrileño. A medio camino entre Chueca y Chamberí, este pequeño enclave acoge algunas de las galerías de arte más interesantes de Madrid, donde la creación contemporánea se manifiesta en formas tan diversas como la luz cinética, la abstracción geométrica o la introspección pictórica.
Este mes, cinco espacios expositivos invitan a recorrer las calles del barrio con calma, mirada atenta y disposición para dejarse sorprender. Desde los juegos ópticos de Julio Le Parc hasta la memoria visual de Jon Koko, estas galerías ofrecen un viaje sensorial y conceptual por distintas formas de entender el arte hoy.
Claudia Wieser: armonía entre geometría, diseño y arquitectura
A pocas calles de distancia, en Casado Santapau (Calle de Piamonte, 10), la artista alemana Claudia Wieser propone un diálogo entre la abstracción geométrica y el legado del modernismo. Sus obras se construyen como collages visuales en los que se entrelazan formas limpias, materiales diversos y referencias a la arquitectura clásica y contemporánea.
Wieser explora las posibilidades expresivas de la simetría, el orden y la repetición, y lo hace desde una sensibilidad que rehúye del frío academicismo. Hay en sus piezas una búsqueda de equilibrio entre lo visualmente estructurado y lo emocionalmente evocador.
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Jon Koko: memoria, silencio y paisajes interiores
En Alzueta Gallery (Calle Marqués de Monasterio, 1), la muestra ‘Recuerdos de casas y espacios’ de Jon Koko ofrece una experiencia completamente distinta. El artista nos introduce en un universo melancólico y contemplativo, en el que predominan los tonos suaves, los cielos nublados y las escenas silenciosas.
La pintura de Koko está cargada de nostalgia, pero también de serenidad. Sus imágenes evocan recuerdos personales, atmósferas íntimas y lugares que parecen existir en una frontera difusa entre el sueño y la vigilia. Una exposición ideal para quienes buscan una conexión emocional y pausada con la obra artística.
Karina Beltrán y los símbolos que emergen del color
Continuando en el barrio de Salesas, en Galería Estampa (Calle de Justiniano, 6), la artista canaria Karina Beltrán presenta la exposición ‘Talismán’, una serie de trabajos que oscilan entre lo figurativo y lo abstracto. Sus composiciones parecen esconder significados ocultos bajo capas de color, trazos sugerentes y formas simbólicas.
Beltrán construye un lenguaje visual propio en el que conviven lo orgánico y lo racional, lo intuitivo y lo planificado. La muestra invita a una lectura lenta, casi meditativa, de cada obra, como si cada una contuviera un secreto por descubrir.
La Cometa: un puente entre Madrid y América Latina
Cierra este recorrido La Cometa (Calle de San Lorenzo, 11), una galería nacida con la vocación de tender puentes entre el arte latinoamericano y el contexto europeo. Con sede también en Bogotá y Medellín, el espacio madrileño ha apostado desde su apertura por propuestas innovadoras y diálogos interdisciplinares.
Su programación actual continúa en esa línea: obras que combinan tradición y vanguardia, discursos críticos con una fuerte carga estética y creaciones que invitan a cuestionar el rol del arte en una sociedad en transformación constante.
Un barrio que respira arte
La concentración de estas cuatro galerías en tan pocos metros convierte a Salesas en uno de los barrios con mayor densidad artística de Madrid. Más allá de sus boutiques de diseño, sus cafés de autor o su arquitectura señorial, esta zona se perfila como un referente para los amantes del arte contemporáneo.
La propuesta no solo es diversa en estilos y formatos, sino que permite al visitante construir su propio itinerario cultural a pie, combinando la contemplación artística con el disfrute urbano. En un verano en el que la ciudad se reinventa a través de sus espacios culturales, Salesas confirma que el arte no descansa, sino que se transforma.
Si te sigues quedando con ganas de más, la exposición que el Museo del Prado tiene preaprada para ti no tiene ningún desperdicio: Antonio Muñoz Degrain.
martes, 12 de agosto de 2025
BIENAL EN PONTEVEDRA
De estar en Arco a la pieza de Olafur Elliasson, todo lo que le debe la Bienal a Carlos Rosón
El arquitecto y coleccionista pontevedrés Carlos Rosón junto a una obra de Carlos Bunga. DAVID FREIRE |
Aparte del trabajo de Carlos Bunga, a Carlos Rosón (Santiago de Compostela, 1955) le han gustado especialmente la exposición de Gervasio Sánchez, el vídeo de Isabel Rocamora y la obra de Christian Villamide en esta Bienal Internacional de Arte Contemporáneo. "He visto trabajos buenísimos", dice con entusiasmo. La suya no es una opinión cualquiera. De hecho, podría considerarse una de las opiniones más autorizadas sobre arte contemporáneo que existen hoy en Pontevedra. Arquitecto y coleccionista, está detrás de la Fundación RAC (Rosón Arte Contemporáneo), que atesora más de 300 obras de 170 creadores internacionales. En 2009, la Fundación Arco le entregó su premio a la mejor colección de arte privada. En 2018 recibió uno de los Premios Arte y Mecenazgo de la Fundación La Caixa.
Ha sido un éxito recuperar estas exposiciones. Han inundado la ciudad y le han dado una nueva vida
Le interesó muchísimo así que, cuando vino aquí, se acercó a Ourense para ver lo que quedaba de todo aquello y, a partir de ahí, empezó a trabajar. Por eso el título de su propuesta es Saltimbanqui. Hace referencia a todas estas piezas de la exposición que están en equilibrio. Al mismo tiempo, todo está conectado de alguna manera con su historia personal, porque Carlos tiene un origen muy humilde y en este caso ha trabajado con materiales de desecho, objetos deteriorados o sin uso, a los que ha dado una nueva vida. Todo esto se complementa con un vídeo de Alexander Calder, de los años 20, titulado Le Grand Cirque (El gran circo), con una serie de personajes, creados con alambre, con los que se monta un espectáculo circense.
El arte debe ser rupturista y cuestionar la sociedad; debe hacer que la gente se revuelva un poco
"Me parece muy valiente hacer una bienal con un tema como este", dijo el fotógrafo Gervasio Sánchez sobre el hilo conductor del evento: la guerra. ¿A usted qué le parece?
Es un tema muy duro. Pero es que el arte debe ser rupturista y cuestionar la sociedad, debe hacer que la gente se revuelva un poco y reflexione. La guerra, desgraciadamente, es un tema de absoluta actualidad. A pesar de ser un tema difícil, creo que los artistas lo han sabido enfrentar muy bien y que hay unas piezas fantásticas tanto en el Museo como en el Pazo da Cultura. Antón Castro ha sido muy valiente planteando y desarrollando esta idea.
(DIARIO DE PONTEVEDRA)
ARTE EN MADRID
Si estás en Madrid en agosto, estas son las exposiciones que no puedes perderte
De la inmersiva de Cleopatra al reencuentro con ‘Doctor Zhivago’ en Madrid, estas son las propuestas a tener en cuenta durante el mes
CCCB
Picasso, Dalí o Goya se reúnen en 'El aire conmovido', la exposición imprescindible del verano
Hasta el 25 de septiembre de 2025, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) abre las puertas de una muestra de diferentes manifestaciones artísticas, seleccionadas por Georges Didi-Huberman, que exploran el concepto de duende de Federico García Lorca.
Barcelona, siempre generosa en su calendario de arte, ocio y cultura, suma esta temporada una cita imprescindible, la exposición En el aire conmovido. Hasta el 28 de octubre de 2025, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) se convierte en escenario de una ambiciosa muestra con más de 300 obras de grandes figuras de la cultura europea reunidas bajo el criterio y la mirada única del historiador y ensayista francés Georges Didi-Huberman.
La propuesta basa su puesta en escena en la representación emocional a través del arte. Tomando este concepto como punto de partida, diferentes manifestaciones artísticas de personalidades como Camarón, Colita, Salvador Dalí, Picasso, Giacometti, Goethe, Goya, Victor Hugo, Jahnsen, Lorca, Miró, Pasolini, Picasso, Rodin o Zürn conforman un diálogo sobre la capacidad de las imágenes para conmover y transformar.
El germen de la muestra es literario: el Romance de la luna, luna, incluido en el Romancero gitano (1928) de Federico García Lorca. En este poema, el autor explora la noción estética del concepto del "duende", término que siempre ha interesado a Didi-Huberman y que Federico García Lorca condensa en el verso "en el aire conmovido", metáfora de la tensión sensible entre el observador y la obra. Desde ahí, el recorrido se organiza en estaciones temáticas —infancias, pensamientos, rostros, gestos, paisajes, política y un regreso final a la infancia— que invitan a un viaje emocional y reflexivo
lunes, 11 de agosto de 2025
CGAC
PRISCILLA MONGE. CUESTIONES DE VIDA O MUERTE
La obra de Priscilla Monge, ha sido frecuentemente incluida en la escena posconceptual latinoamericana de los noventa, pero hay que tener en cuenta que en esos años ni Costa Rica ni la región centroamericana a la que pertenece figuraban en los mapas del arte latinoamericano reconocido internacionalmente.
Formada en la Universidad de Costa Rica, donde dominaba una estructura docente ligada a los esquemas de las bellas artes académicas, y tras un periodo de estancia en Bélgica, retorna a su país natal donde desarrolla una obra contundente y revulsiva que tiende a poner al descubierto los sistemas de opresión, exclusión, discriminación y dominio en la vida cotidiana; en definitiva, todo aquello de lo que ni se suele ni se quiere hablar: los insultos, los gestos, lo incómodo, en definitiva la pervivencia de formas arcaicas e injustas en un mundo moderno solo en apariencia. En ese sentido sus obras son pioneras en muchos sentidos y no solo en Centroamérica, donde su influencia es decisiva a finales de los años noventa, cuando se produce una transformación radical del ámbito artístico al tiempo que se consolidan los tratados de paz y se cierran décadas de conflictos en los diversos países de la región centroamericana. En su obra de esos años se abordan cuestiones como la violación marital y el abuso sexual, la normalización de la menstruación, el maltrato o el feminicidio, que en ese momento aún estaba por tipificar.
Sin embargo, sus obras no son manifiestos, ni ensayos de investigación y mucho menos se acercan al amarillismo periodístico. Todo se desarrolla en voz baja, con ironía y con dosis de humor, sacando partido a lo paradójico, con resultados ingeniosos, sutiles, que permiten reflexionar en silencio.
En un plano más visible aparece la confrontación de las esferas públicas y privadas de las vidas individuales y en sociedad, como escenarios que son vasos comunicantes en permanente tensión. A través de medios y lenguajes tan diversos y contundentes como el textil y el bordado, la pintura y la escultura, entendida como collage de objetos encontrados o como su manipulación con el objetivo de variar su significado y sentido, la luz de neón, el dibujo, el vídeo, la fotografía y el texto, Priscilla Monge, construye escenas y situaciones de confrontación entre el espacio real de la cotidianidad y su interpretación social y psicológica.
Ha participado en la Bienal de La Habana (1997, dirigida por Llilian Llanes), la Bienal de São Paulo (1998, comisariada por Paulo Herkenhoff), la Bienal de Venecia (2001, en la sección oficial comisariada por Robert Storr, y 2013, en la representación costarricense), la Bienal de Limerick (2003, comisariada por Virginia Pérez-Ratton), la Bienal de Sevilla (2004, comisariada por Harald Szemann), la Bienal de Liverpool (2006), o la Bienal de Pontevedra (2010) y es también relevante su inclusión en 1999 en la muestra comisariada por Gerardo Mosquera, Pervirtiendo el minimalismo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, coincidiendo con un ciclo de exposiciones sobre arte latinoamericano dirigido por M.ª Carmen Ramírez. En el CGAC, ha participado en la exposición Camiños III con una obra centrada en la problemática de la menstruación en el espacio público y en Traballo en equipo, en el Museo Centro Gaiás de la Ciudad de la Cultura, con un vídeo de 1999 sobre la problemática del maltrato doméstico que pertenece a la Colección CGAC.
Sus piezas están situadas entre las dimensiones significativas de lo verbal y de lo visual de los signos y las representaciones. Como ella misma afirma: “Se encuentran en un espacio fractal, ese espacio entre la palabra y la imagen y viceversa. Es en ese límite donde el arte genera un lugar seguro y de búsqueda espiritual y seguramente de cambio”.
La exposición reúne obras de todas sus etapas incidiendo en aquellas con una especial significación social y propone revisar su obra como un trabajo anticipatorio y seminal de las preocupaciones feministas sobre la vida cotidiana que hoy continúan vigentes.