Exposición única de tres artistas de la familia Vaquero
Palacio Quintanar acoge la muestra 'Paisaje de Fondo', con obras de Vaquero Palacios (1900-1998), Vaquero Turcios (1933-2010) y Juan Vaquero Ibáñez (1978)
| Obra de Vaquero Palacios que forma parte de la exposición 'Paisaje de Fondo'. - Foto: Palacio Quintanar |
Palacio Quintanar, Centro de Innovación y Desarrollo para el Diseño y la Cultura, acoge una exposición especialmente significativa en el mundo cultural de Segovia, dedicada a los artistas de la familia Vaquero que pertenecen a tres generaciones con un denominador común: la mirada e influencia del paisaje castellano en Joaquín Vaquero Palacios (1900-1998); su hijo Joaquín Vaquero Turcios (1933-2010) y su nieto, Juan Vaquero Ibáñez y las relaciones y recuerdos de los tres surgidos desde su casa familiar segoviana.
A esta saga de artistas, Palacio Quintanar dedica la totalidad de las salas de la planta de acceso, en esta muestra especialmente proyectada para este centro de la Consejería de Cultura.
La exposición, preparada durante largos meses, está comisariada por la directora de la Galería Pradilla, Elena Fernández Manrique, estudiosa de la obra de los tres Vaquero y a ella se debe el título de la muestra, 'Paisaje de Fondo', inspirado en un poemario de Juan Ramón Jiménez, 'Animal de Fondo', que de alguna manera rinde homenaje al iniciador de la familia de artistas, ya que Vaquero Palacios y Juan Ramón fueron amigos y compañeros en Nueva York.
Está formada por medio centenar de obras de Vaquero Palacios y Vaquero Turcios, clarificadoras de las distintas posiciones de padre e hijo frente a la representación de la pintura. El primero proviene de una escuela naturalista de pintura al aire libre que compagina con trabajos de arquitectura y específicamente arquitectura industrial, como las centrales hidroeléctricas para la Compañía del Cantábrico. Una obra que el artista y arquitecto va depurando durante de su larga trayectoria hacia campos de Castilla y paisajes antropomorfos y que culmina con una obra de trazo suelto y paisajes que plasma de memoria, de recuerdos, cuando su visión es ya muy débil.
En el caso de su hijo, Vaquero Turcios, su condición de muralista determina su inspiración y convierte su trayectoria en la más prolífica de la segunda mitad del siglo XX en España en el campo de la pintura mural y la escultura integrada en la arquitectura y el espacio urbano, por influencia del Informalismo.
La exposición se completa con fotografías de Juan Vaquero Ibáñez, que vive y trabaja en Segovia, inspirado en este caso en el trabajo de su padre y su abuelo, más allá de su propia mirada educada en las amplias extensiones de los paisajes de tierra adentro. Afirma que trabaja con ese «impulso heredado» al haber crecido rodeado de las imágenes de ambos artistas que, sin darse cuenta, han ido definiendo su manera de ver y plasmar el mundo.
Dada la relevancia de la muestra que une por primera vez en una exposición en la ciudad de Segovia a los tres, se han programado conferencias a cargo de artistas, historiadores y arquitectos, entre ellos, otro de los nietos de Vaquero Palacios e hijo de Vaquero Turcios, Joaquín Vaquero Ibáñez.
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