martes, 27 de noviembre de 2018

UNA BUENA EXPOSICIÓN EN BARCELONA




                             REALISMO JAPONÉS


Por primera vez en Europa se presenta la obra de los más prestigiosos artistas japoneses contemporáneos

El Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) acoge  ‘Realismo Japonés Contemporáneo’, con las obras más destacadas del Hoki Museum de Tokio, dedicada exclusivamente a la pintura realista actual.

 
 
'La mujer que amaba las barbas' (2012) de Fumihiko Gomi.
 
 
Además del alto nivel artístico de esta exposición, la propuesta del MEAM significa la primera vez en Europa de los más prestigiosos artistas japoneses contemporáneos, en el campo de la figuración y el realismo.
 
 La muestra   reúne las 60 obras más destacadas del primer museo en Japón dedicado exclusivamente a la pintura realista actual.
 
'Estilo de vida con máscara de gas-versión adulta' (2017) de Kenichiro Ishiguro.
 
 
‘Realismo Japonés Contemporáneo’ cuenta con la participación de 14 pintores japoneses de gran prestigio, desde los pioneros, consolidados a los ya maestros dentro de este escena pictórica.
 
Figuras femeninas dotadas de la sensibilidad y la exquisitez propias del arte nipón o paisajes cuidadosamente trabajados son algunos de las motivos principales que forman la exposición.
 
'Paso de Orofure' (2010) de Hiroshi Noda
 
ALGO SOBRE LOS ARTISTAS:
 
Hiroshi Noda es el sensei (maestro), el decano del realismo japonés. Ni siquiera parece que tenga 82 años, ni que haya vivido la durísima posguerra de la II Guerra Mundial, que dejó un Tokyo devastado y dos bombas atómicas en su isla. En una época en que predominaba el arte abstracto, Noda encontró en el realismo su tao, su particular camino hacia el alma. «Se dice que lo figurativo es una técnica clásica, del pasado. Pero el realismo es una manera para alcanzar la verdad, la existencia del ser», asegura Nodaen una de las salas del Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM), donde expone tres obras: un desnudo, un paisaje y el retrato de una niña.
 
Noda habla de eternidad, alma y espíritu. Le fascina el Palau Gomis, un palacete dieciochesco del Born. Señala la pared de color crema, rugosa, con cicatrices:«Esto es como un cuadro. Aquí hay tiempo. Pero pocos pintores usan el volumen y las texturas, como hacía Antoni Tàpies, por ejemplo». Ahora sí, señala su desnudo femenino, con un fondo matérico:«Los humanos somos frágiles. Hay que contrastar la fragilidad del cuerpo con el peso de la materia para buscar esa eternidad», explica el artista, que hace más de 20 años fundó el Instituto de Estudios de Pintura Realista Contemporánea en Hiroshima.
 
Noda encabeza la delegación japonesa que ha aterrizado en Barcelona para la inauguración de Realismo japonés contemporáneo, una colectiva de 14 artistas que se podrá ver hasta el 2 de diciembre. Es la primera vez que las colecciones del Hoki Museum salen de Japón. Será un camino de ida y vuelta: en primavera, el MEAM viajará a Chiba (ciudad de 900.000 habitantes en la bahía de Tokyo) para mostrar a los artistas nacionales.
 
La exposición descubre las tendencias del nuevo realismo japonés, que se enmarca entre el clasicismo europeo y cierta espiritualidad zen. De hecho, sorprende la marcada influencia de la tradición occidental, sobre todo en los bodegones y paisajes de Toshiro Aoki, que desprenden cierto aire del siglo XVIII, aunque con una luz distinta. Aoki vivió un par de años en Berlín y el sur de Francia. Viajar a Europa es casi una obligación entre los artistas japoneses.
 
Tras graduarse en la Universidad de Arte de Musashino, Ryo Shiotani estudió durante un año en Florencia, sumergiéndose en el Renacimiento, replicando las obras de Leonardo Da Vinci. «Aprendí sobre todo óleo y témpera. No hago pintura europea, soy japonés. En mi obra hay un fuerte espíritu japonés pero con técnicas europeas», explica. Su colega Osamu Obi también estudió en la facultad de Musashino y después se marchó a París, donde se hizo un asiduo del Louvre y copiaba a Rembrandt.
 
¿Dónde reside ese espíritu japonés?«En la cultura japonesa existe un gran respeto hacia la naturaleza. Creemos que hay algo de divino y sagrado en el mundo natural. Por eso trato de incorporarlo en mi obra», apunta Toshihiro Ohata, que en sus paisajes de playa pinta literalmente con arena. «No se trata de una mera representación de la realidad. Necesita profundidad y espiritualidad. Pintar es algo espiritual», dice frente a su Barca varada (2010).
 
"Escena del mar interior:vista lejana del Monte Noro".Toshihiro Ohata
 
 
«Desde Antonio López ha habido un boom de la pintura realista española, hay mucho interés fuera», explica José Manuel Infiesta, director del MEAM. De hecho, en 2013, el Museo de Arte de Nagasaki dedicó una magna retrospectiva a Antonio López titulada Maestro del realismo. Y uno de los jóvenes artistas nipones, Kenichiro Ishiguro, realizó varios talleres con el maestro español. Aunque Ishiguro no ha podido venir a Barcelona se muestran varias de sus obras. En sus paisajes industriales su realismo recuerda al de Richard Estes. Luego están los retratos de Estilo de vida con máscara de gas, que remiten a los desastres nucleares de la IIGuerra Mundial y a la fuga radioactiva de Fukushima.
 
El Hoki Museum abrió sus puertas en 2010. Y sólo 10 meses después lo hizo el MEAM. «Estando en la otra punta del mundo y sin conocernos, ambos museos apostamos por la figuración como forma expresiva del nuevo arte contemporáneo», destaca Infiesta. De ese azar nace un camino de ida y vuelta, de intercambios que acaban de empezar.

 

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