sábado, 21 de junio de 2025

DESDE EL TALLER

 

Paco Leiro: «Busco agradar al público y también el éxito»

El escultor cambadés conversa con FARO desde el taller donde crea sus obras


El ‘Territorio de Artista’ de Paco Leiro en Cambados es testigo de la trayectoria del que tal vez sea el escultor vivo más relevante de España. Antes era una finca donde sus bisabuelos, primero, y su abuela y su madre, después, plantaban maíz y tenían viñas. «Cuando tenía 18 años, en 1975, les pedí permiso para hacer aquí mi estudio y construí una pequeña cabaña de madera y uralita en la esquina trasera; mi abuela la llamaba el chalet», relata mientras nos muestra las dos amplias naves que han sido su taller en diferentes etapas de sus ya 50 años de carrera artística. En la planta superior está la vivienda, que también sufrió ampliaciones a medida que iba necesitando más espacio. 

Durante el recorrido por el jardín, el almacén, su actual taller y una galería en una planta superior vamos descubriendo piezas escultóricas de madera, piedra y alguna de metal que reflejan el mundo creativo del artista desde que comenzó a serlo. «Cuando me aburro de la madera, trabajo en piedra o modelo en barro para hacer piezas en bronce, las menos».

«Esta es la última pieza que hice aquí», explica en la estancia que fue su estudio desde 1982 hasta que se le quedó pequeña. «Se llama ‘El décimo tercer trabajo de Hércules’, quien tuvo 12, pero éste me lo inventé yo». Es una escultura de más de cinco metros de altura hecha en un enorme tronco de castaño con una parte superior ensamblada. Representa a una figura humana portando un sofá con piernas y es una de las obras de su serie de seres mitológicos, como también lo es ‘El Tritón’, rebautizado por los vigueses como ‘El Sireno’ de la Porta do Sol, el David sentado en una sandalia gigante con gesto de frustración tras el atentado contra las Torres Gemelas, un centauro con apariencia de ratón o una Venus sobre una colchoneta de playa ante una bandeja de sushi comiéndose una almeja gigante. «Son interpretaciones irónicas que hago de la mitología, a la que trato de desacralizar», dice. Una de esas obras representa a un ser yacente con un hierro clavado en el pecho, que puede recordar a un Cristo o a una momia egipcia, salvo al ver que posee tres cabezas y que sujeta en sus manos un martillo y un puntero, símbolos de la masonería.


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